El pasado 23 de julio se cumplían 136 años de su nacimiento en Wolverhampton
26 jul 2019 . Actualizado a las 15:15 h.Frederick Pentland (Wolverhampton, 1883 - Lytchett Matravers, 1962) es uno de esos nombres de los que las nuevas generaciones, como un servidor, no han oído hablar, pero ello no significa que el británico fuera uno de los primeros hombres importantes en esto a lo que hoy llamamos fútbol y que tuvo sus inicios en la isla británica. Un 23 de julio, pero de 1883, nacía el que iba a ser el primer entrenador del Real Oviedo cuando llegase su fundación en 1926 -aunque llegaría en el mes de junio y no en marzo-.
Su fichaje supuso una noticia impactante al llegar procedente del Atlético de Madrid, donde esa última temporada había conseguido llegar a la final de la Copa del Rey. Antes, como decíamos, marcaría una época en el fútbol español y de ello bien se acuerdan en Bilbao, donde con el Athletic conquistó dos ligas y cinco copas, de los que salieron dos históricos dobletes y goleadas al Barcelona y Real Madrid.
En el Real Oviedo, instauró un novedoso sistema de tirar los penaltis. Pedía al encargado de lanzarlos que se colocase de espaldas entre el balón, de cuero, y la portería. Cuando estuviese preparado y listo para lanzar, el jugador iría corriendo al balón, se daría la vuelta y lanzaría. Así lo pondría en práctica el defensa izquierdo Trucha, que formó parte de la disciplina oviedista las cinco primeras temporadas de existencia del club carbayón. La víctima, en este caso, sería el prestigioso portero Ricardo Zamora, que sufrió el primer penalti lanzado al estilo 'Pentland'.
No sólo logró cambiar el fútbol español con novedosas técnicas como la anterior, también implantó un nuevo sistema alternativo al ya conocido como 'la pirámide invertida'. Antes de su llegada a España, el fútbol nacional veía como se instauraba el 2-3-5 en las formaciones de todos los equipos. Frederick Pentland quiso innovar y convertir aquel esquema en un doble 2-3-2-3 en el que los interiores retrocediesen durante el encuentro al centro del campo. A sus equipos siempre les exigía que jugasen de banda a banda y que tuviesen potencia de tiro en sus piernas.
Sin duda, el británico es uno de los entrenadores que más influyeron en el fútbol español cuando este aún daba sus primeros pasos en España. De aquella nunca imaginarían las dimensiones que ha alcanzado hoy este deporte. Una de sus frases a destacar, que siempre decía con su mítico bombín y puro en boca fue la siguiente: «jugador que necesita más de un regate, es porque está mal colocado».
