La sangría que no cesa

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Luis Suárez anota el 2-2 ante el Real Oviedo
Luis Suárez anota el 2-2 ante el Real Oviedo LFP

El Real Oviedo volvió a encajar más de un gol por sexta vez en lo que va de temporada

01 oct 2019 . Actualizado a las 10:45 h.

De los ocho encuentros jugados hasta la fecha por el Real Oviedo, tan solo en dos el conjunto azul no encajó más de un gol. Fue ante Lugo y Extremadura, ambos en el Carlos Tartiere. Elche y Zaragoza anotaron dos en su visita al municipal ovetense, mientras que los carbayones encajaron tres en Riazor y otros dos en Fuenlabrada, Miranda y Ponferrada. Casi nada.

Que el Real Oviedo ya no es el equipo inconsistente que era antes de la llegada de Javi Rozada está claro. Salvo en el debut ante el Extremadura, donde el miedo de jornadas pasadas se apoderó de los azules y el conjunto de Almendralejo llegó con claridad a la portería de Champagne en el primer tiempo, en El Toralín y el domingo contra el Zaragoza la historia fue diferente.

Había un plan y, con sus debes, el Oviedo supo ejecutarlo. Algo que no es poco viendo de donde se venía. Pero los fallos individuales, grotescos en algún caso, tiraron por la borda el trabajo. Pasó ante la Ponferradina, cuando tras 60 minutos muy correctos y un 0-1 en el marcador, todo se fue al traste en cinco minutos inexplicables. Y algo parecido pasó ante el Zaragoza.

Los de Javi Rozada recibieron la visita de uno de los equipos que más domina a sus rivales y que más ocasiones genera. Una pesadilla para un conjunto que atraviesa el momento en el que están los azules. Pero el técnico ovetense, con el trabajo ya realizado por semana, entendió el partido y combatió con sus armas. No sabemos lo que hubiese pasado si Christian no falla en aquel lance con Dwamena, pero sin duda alguna el encuentro se habría puesto muy de cara para los carbayones.

Tras realizar un despliegue importante de defensa en bloque, tapando las líneas de pase interiores (negando el camino a Kagawa y Eguarás fallando pases que normalmente no falla) y obligando al Zaragoza a jugar por fuera, otro fallo individual niveló la balanza. El Tartiere no se lo creía. Ya en el segundo tiempo, y tras otro gol de Ortuño, combinación por dentro, resbalón de Tejera y error en la marca. 

La gran noticia del encuentro fue que el Oviedo no se desmoronó. Y eso ya es mucho. Aunque el equipo siga dando la sensación de cada golpe recibido genera un dolor demasiado grande, los azules mostraron síntomas de recuperación anímica. Ahora falta lo primero: no cometer errores groseros incompatibles con el fútbol profesional.