Luismi - Tejera, un tándem conocido

A. SUÁREZ / P. FERNÁNDEZ OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Sergio Tejera y Luismi Sánchez, en su época con el Nàstic
Sergio Tejera y Luismi Sánchez, en su época con el Nàstic LaLiga

Gaditano y barcelonés se vuelven a juntar tras su notable experiencia pasada en el Nàstic

19 ene 2020 . Actualizado a las 04:00 h.

Apenas fue media liga, pero suficiente para crear una pareja que ofreció grandes ratos de juego en el Nou Estadi de Tarragona. Luismi Sánchez y Sergio Tejera vuelven a formar pareja en el centro del campo, pero esta vez enfundados en la camiseta del Real Oviedo.

La situación actual de ambos futbolistas tiene muchos paralelismos con lo vivido en la campaña 16/17. Luismi llega a un equipo en el mercado invernal tras un notable periodo de inactividad. Tejera es titular fijo en un conjunto que le cuesta dominar el centro del campo. Su unión en el Nàstic solucionó estos problemas. Está por ver si Javi Rozada consigue el mismo resultado.

Uno de los futbolistas que coincidió con ellos dos en ese Nàstic de Vicente Moreno (posteriormente le sustituirían Juan Merino y Victoriano Rivas) fue Juan Muñiz. El asturiano recuerda perfectamente cómo el gaditano «venía de no jugar casi nada. Los primeros partidos acababa muy cansado, pero estar de verano a Navidad sin jugar cuesta mucho cuando vuelves. A él no se le notaba nada. Es un animal en lo físico».

Sin duda, entre las cualidades de Luismi se encuentra el de un despliegue físico sobresaliente, muy superior al de la media de la categoría. Pero no es el único pro del jugador cedido por el Valladolid: «Tenía lesiones musculares que recuperaba en tres semanas. Físicamente es de lo más bestia que vi. Las lesiones le cortaron, pero tiene nivel de Primera. En este mundo hay mucho jugador que tiene nivel, pero por circunstancias no se afianzan. Luismi es uno de ellos».

Una dupla de quilates

Para Muñiz, la unión de ambos futbolistas los benefició y también al equipo: «Tejera estaba muy solo en el centro del campo y Luismi le dio la vida. Barría todo por detrás, pero no solo eso, con balón aportaba tanto en salida como en campo rival. No hacía muchas faltas, robaba y punto. Una cantidad de balones exagerada».

Con un futbolista de esas características a su lado, es normal que «a Tejera le dio la vida. Tener una bestia así al lado le liberaba en ataque. Y a la hora de sacar el balón lo mismo». Un tándem que ahora el oviedismo desea volver a ver en el Carlos Tartiere.