Una temporada llena de obstáculos

ALFONSO SUÁREZ OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Los futbolistas azules celebran el gol de Rodri ante el Tenerife
Los futbolistas azules celebran el gol de Rodri ante el Tenerife Real Oviedo

El Real Oviedo vive el curso más convulso y complicado desde su regreso al fútbol profesional hace cinco años

21 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

No se puede decir que la temporada del Real Oviedo esté siendo tranquila. Todo lo contrario. Los sobresaltos se han convertido en la tónica del club carbayón desde el pasado verano. Polémicas, problemas con las inscripciones y con las publicidades, futbolistas sin ficha tramitada, hasta tres entrenadores, la marcha de Michu y Del Olmo y, para rematar, una pandemia global que detiene la competición cuando los azules habían conseguido encadenar dos victorias de forma consecutiva.   

Si este parón obligado por la trágica situación de España, de Europa y del mundo puede afectar al conjunto carbayón solo se sabrá si se consigue reanudar la competición. Javier Tebas y Luis Rubiales ya han manifestado su intención de finalizarla, incluso más allá del 30 de junio y pudiendo llegar a hacer excepciones con la finalización de los contratos profesionales (30 de junio), aunque la situación que vive España a día de hoy no hace muy factible este hecho a corto plazo. El coronavirus se ha instalado en nuestro país y el fútbol no iba a ser una excepción. 

Por ahora, el Real Oviedo es uno de los equipos que no cuenta con ningún infectado por este virus que ya se ha llevado a más de 1.000 personas en España. De hecho, la entidad de la capital del Principado rechazaría las pruebas de detección en el caso de que LaLiga se las ofreciera, como ya hicieron previamente equipos como el Valladolid, Osasuna o Eibar. La buena noticia, por ahora, es que ningún miembro de la primera plantilla, filial o cuerpo técnico tiene síntoma alguno. 

El coronavirus, el último obstáculo

Pero esta trágica pandemia es solo la última piedra que han encontrado los azules en la temporada. Hasta tres entrenadores han pasado ya por el banquillo del Tartiere. Todos ellos con una filosofía y una visión del fútbol muy distinta. Una consecuencia del hecho de no tener un rumbo fijo y marcado desde hace años. La marcha de Joaquín Del Olmo dejó un vacío de poder que nadie se atrevió a reclamar hasta la llegada de Francesc Arnau. El director deportivo ha cogido el toro por los cuernos y no titubea a la hora de tomar decisiones drásticas, ya sea la venta de futbolistas como Joselu o el cese de un entrenador de la casa como Javi Rozada. 

El coronavirus frenó también la nueva unión que se estaba forjando entre equipo y afición tras las victorias ante Tenerife y Extremadura. Tras una primera mitad de campaña con pitadas y cánticos contra la junta directiva, el oviedismo y el primer plantel parecían haber acercado posturas y el ambiente en el Carlos Tartiere era cada vez más reconocible. Está por ver también si este parón no ha enfriado los ánimos de una hinchada que empujó contra Albacete y Tenerife como en los mejores viejos tiempos.