Viti: «Lo mejor que tiene el Real Oviedo es su afición, siempre responde»

AZUL CARBAYÓN

Viti posa junto a una portería
Viti posa junto a una portería

El que fuera portero carbayón atiende a La Voz de Asturias para hablar de su vida y de cómo ha cambiado el fútbol

18 ago 2020 . Actualizado a las 09:19 h.

Es uno de esos jugadores con una trayectoria de las que ya es casi imposible encontrar. Victor Manuel García Rodríguez, conocido como Viti (Pruvia, 1959), marcó toda una época en Real Oviedo. Defendió su portería desde 1979 a 1994 de forma ininterrumpida y ayudó después a otros a hacerlo cuando pasó al equipo técnico. Hasta 2010 entrenó a otra leyenda de la entidad como Esteban. Y trabajó en los primeros años de este siglo de forma casi altruista para arrimar el hombro en uno de las etapas más duras de la historia del conjunto azul. Hace una década, no obstante, dejó el equipo de su vida para centrarse en su proyecto ganadero, que le ha colocado en el sector de la producción ecológica y que apenas le deja tiempo para ir al estadio. “Lo mejor que tiene el Real Oviedo es su afición, siempre responde”, destaca Viti, que recuerda un fútbol alejado del negocio, en el que figuras como la del representante apenas tenían peso y en la que los viajes por carretera se hacían eternos: “Conocía las curvas y baches de toda España”

-¿Cómo va su proyecto ganadero?

-Pues estamos ahí. Ahora el tema ecológico está en auge. En mi casa siempre hubo vacas de leche y llegó un momento en que los precios estaban por los suelos, así que solicité entrar en el sector ecológico. Tras un año y medio de preparaciones del terreno y el ganado, llevo unos dos años vendiendo leche ecológica.

-Un reciclaje laboral atípico para un futbolista

-Sí. En mi casa siempre hubo ganado, tenemos terreno y hay que darle utilidad. Es un tema que no me disgustaba y tiré por ello. De momento estoy muy contento.

-¿Le deja tiempo para seguir al Real Oviedo?

-Veo los partidos por televisión pero apenas puedo ir al campo.

-¿Por qué no va al estadio?

-Tengo todo mi tiempo ocupado. Los fines de semana doy descanso al personal y trabajo yo en la ganadería. Verlo por la televisión me resulta mucho más sencillo.

-¿Cómo recuerda el título de Copa de la Liga que ganaron en 1985?

-La verdad es que no lo recuerdo mucho. Fue una competición que crearon de relleno. En La Liga no íbamos bien y en la Copa de La Liga jugaban los no habituales, no se le daba mucha importancia. A las primeras eliminatorias apenas se les daba relevancia pero a medida que vas pasando rondas te motivas.

-¿Cuáles son sus mejores recuerdos con la camiseta del Real Oviedo?

-Ascender a Primera División y clasificarnos para la UEFA. Fue lo más importante que viví en el Oviedo. Sobre todo ascender, porque llevaba mucho años en Segunda y llegué a pensar que retiraría sin llegar a tocar la élite.

-Ya tendrá ganas de que el equipo vuelva a Primera

-Por supuesto, no cabe duda. No es fácil y depende de muchos factores. Hay que volver

-¿Y cuál elegiría como su peor momento en el club?

-Pasamos años malos y difíciles. Hubo momentos muy complicados en los que salir al Tartiere no era fácil y la prensa nos daba por todos lados. En dieciséis años pasé de todo.

-¿Qué cree que diferencia al fútbol actual del que vivió usted?

-Los campos. Mejoraron muchísimo. En el nuestro hubo años… Estuvo muy mal y en invierno era muy complicado. Ahora están prácticamente como alfombras todos y facilitan mucho el juego. La preparación física también ha evolucionado.

-¿A quiénes elegiría como los mejores porteros de la historia del Real Oviedo?

-No lo sé… Yo me fijaba mucho, porque entrené con él cuando era juvenil, en Ratomir Djukovic, un yugoslavo que estaba entonces en la primera plantilla. Aprendí mucho de él, técnicamente era un gran portero.

-¿Quién fue su competidor más duro?

-Competencia siempre hay. Los primero años estuve con Camuel, que era un gran portero. Y luego con Sabino Zubeldia. En mi última época estuvieron otros como Mora. Todos me hicieron esforzarme y trabajar duro para contar con la confianza del entrenador.

-También coincidió con Esteban. Dos de los grandes de la historia del club, él como jugador y usted como entrenador. ¿Cómo fue esa relación?

-Muy buena. Es un porterazo que, además, entrenaba muy bien. Ahí está su trayectoria, que lo dice todo.

-Salió del club en 2010, ¿por algún motivo en especial?

-Llevaba nueve o diez años. Partes con unos objetivos y cuando ves que no se consiguen te vas minando. Yo como futbolista siempre ascendí hasta llegar a Primera. Como entrenador quería volver al fútbol profesional y ese objetivo no terminaba de cumplirse.

-Fueron años duros

-Muy duros. Ibas a entrenar, prácticamente no se cobraba y todo lo hacías por el cariño que le tienes al equipo. Tuvimos que arrimar todos el hombro.

-El equipo se encuentra ahora en una situación complicada, ¿qué cree que supondría un descenso?

-Los descensos siempre son terribles, sobre todo cuando tienes una infraestructura importante. Cuando el Real Oviedo perdió en su día la Primera División se fueron jugadores muy importantes e incluso se desmoronó su programa de cantera.

-Ya casi no se ven carreras como la suya, que pasó toda su vida deportiva en el mismo club

-Ahora es impensable. Cada uno se va del equipo cuando le da la gana y antes existía el derecho de retención. Cuando firmabas un contrato con un equipo estabas ligado a él prácticamente de por vida. Ante la llegada de una oferta los equipos podían hacerte una subida de sueldo y tenían derecho a retenerte. Si no había interés en hacer una buena venta y el rendimiento era bueno, lo lógico era continuar donde estabas. De hecho, muchos jugadores de mi época tienen trayectorias similares en los clubs en los que empezaron. Pero eso ahora prácticamente ni se contempla.

-¿A qué compañeros recuerda de una forma especial?

-Siempre tuve muy buen trato con todos y nunca hubo problemas. Pero tuve más relación con los de casa como Berto, Luis Manuel, Carlos…. Aunque con muchos de fuera llegué a tener una buena amistad. De hecho, Gorriarán todavía viene por aquí de vez en cuando y quedamos.

-¿Pensó en algún momento en irse del Real Oviedo?

-No. Cuando estábamos penando por Segunda División, pues bueno, miras un poquitín. Porque el ambiente no era bueno, porque la gente está cansada de ti o por lo que sea. Pero en serio y de forma firme nunca.

-¿Llegaron ofertas?

-Oficialmente no. Antes no era como ahora, yo ni siquiera tenía representante. Aunque extraoficialmente si se hablaron algunas cosas.

-¿De qué equipos?

-El Espanyol y el Zaragoza, por ejemplo. Pero nunca nada serio.

-Ahora es impensable que un jugador no tenga representante.

-Claro. Los tiempos cambian y ahora mismo el jugador está en manos de su representante y no tiene mucho que hacer sin él.

-Aunque tenga calidad para triunfar

-Si tienes una calidad fuera de lo normal… Pero aun así, con un representante puedes exprimir más la situación.

-Es la parte del fútbol como negocio

-Claro. Hay jugadores que ya tienen tres o cuatro representantes y todo el mundo tiene que ganar dinero.

-¿Cómo vive los derbis?

-Con pasión. Antes estábamos toda la semana con los medios de comunicación, que tenían mucho más acceso a los jugadores que ahora. Me acuerdo que una vez hasta me pusieron una capa de Pelayo en los días previos (ríe). Y esa pasión está intacta.

-¿No tiene ningún vecino sportinguista en Pruvia que le haga un poco la vida imposible en los días previos?

-No, no. Y yo no soy ultra en ese sentido. La gente se porta correctamente conmigo.

-¿A qué jugador del Sporting recuerda de forma especial?

-A los más veteranos como Joaquín o Quini, que eran mayores que yo y tenían trayectorias muy importantes. Había un respeto especial hacia ellos.

-¿Qué delantero se lo puso más complicado?

-Tenían un delantero mexicano, Lucho Flores, que se movía mucho y siempre nos ponía en problemas. También otros como Narciso.

-¿Qué le parece la tendencia actual de que los porteros se apoyen tanto en su juego con los pies?

-Antes a un portero se le exigía parar, porque se jugaba muy poco con él. Pero van cambiando las normas y las tendencias y ahora se descarga todo el tiempo con el portero, que entra mucho en acción con cesiones incluso desde el medio del campo. El fútbol evoluciona y también influye que los campos están muy bien. Antes, cuando el barro daba por las rodillas, era muy complicado jugar con el portero. Yo me acuerdo que la temporada siguiente al Mundial de España (1982), en el Tartiere para sacar el balón de entre el barro… Era terrible. En casa ganamos casi todos los partidos. El rival veía el campo así y casi no quería ni jugar (Ríe). Todo eso ha cambiado y al portero se le pide juego de pies.

-¿Y cómo han cambiado los desplazamientos?

-Yo conocía las curvas y baches de toda España. Íbamos en autobús de esquina a esquina. Aunque luego en Primera División era diferente porque íbamos más en tren o avión. Pero me acuerdo de ir por carretera a Sevilla o a Málaga… Eran otros tiempos. Vivimos muchas peripecias como tener que poner las cadenas para pasar el Huerna o quedarnos atascados por culpa de algún camión.

-¿Qué consejo le daría a un canterano que quiera triunfar en el Real Oviedo?

-No soy mucho de dar consejos porque cada uno debe conocer sus cualidades. Pero lo primero que tiene que hacer un canterano es ser consecuente con lo que sabe hacer. Es decir, no querer hacer más de lo que domina. Y a partir de ahí ir mejorando. Porque ser intenso y competitivo se le supone.

-¿Qué cree que es lo mejor que tiene el club?

- No cabe duda que la afición. Es muy fiel y a poco que le dé el equipo siempre responde.

-¿Cómo nota un jugador ese tipo de respaldo?

- Tienes más confianza para todo cuando tienes a la afición apoyándote. Si sabes que el primer pase que falles te van a pitar pues a lo mejor intentas quitarte el balón de encima lo antes que puedas. Pero con ese tipo de situaciones tienes que contar una vez que firmes como profesional. Habrá momentos buenos y momentos malos y el fútbol es muy olvidadizo. Pasas de lo bueno a lo malo en una semana y hay que saber convivir con ello.