Puntos, sensaciones y malos recuerdos

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Los jugadores del Oviedo y del Espanyol saltan al césped del Tartiere
Los jugadores del Oviedo y del Espanyol saltan al césped del Tartiere Real Oviedo

La visita del monstruo, el debut de Diego López en el Tartiere y las ocasiones falladas por el Oviedo. La contracrónica desde el Tartiere

28 sep 2020 . Actualizado a las 10:52 h.

Diego López fue el primer futbolista en saltar vestido de corto al césped del Carlos Tartiere. A sus 38 años, y tras casi dos décadas instalado en la élite del fútbol europeo, el portero lucense jugaba por primera vez ante el Real Oviedo. Había que conocer el terreno, algo que parece que logró viendo su actuación posterior. Mientras, en el campo azul, Carlos Hernández, Christian Fernández y Mossa, este último vestido de calle al estar lesionado, debatían dentro del mismo rectángulo en el que calentaban los titulares carbayones.

Un monstruo venía a ver al Real Oviedo y el Real Oviedo lo recibió dándole golpes con la almohada. El equipo de Ziganda no se amilanó y firmó unos primeros 20 minutos más que buenos, de esos que en la antigua normalidad la parroquia del Tartiere hubiese convertido en un verdadero infierno para el rival. Obeng, peleado en ese inicio de temporada ya no con el gol en sí, si no con todo lo que esté relacionado con el área de castigo, perdonó el 1-0 cuando el Espanyol no merecía ser perdonado.

Nada es eterno y el conjunto de Vicente Moreno reaccionó. La sola presencia de Embarba amenazaba a la defensa del Real Oviedo, así que imaginen cuando el extremo blanquiazul tocaba el balón. En frente, y como lateral izquierdo, un lateral derecho que no disputaba un partido oficial desde hacía dos meses. Lucas Ahijado cumplió y convenció en el escenario más complicado, algo que le debe espolear en las futuras jornadas.

Las voces de Grippo y Arribas por un lado, y de Diego López y Cabrera en el otro, eran la banda sonora de un primer tiempo que no volvió a encontrar acción en las áreas hasta pasado el minuto 40. Fue entonces cuando Calero hizo una de esas manos que el VAR sanciona cada fin de semana. Tejera y Nieto protestaron mucho, llegando a parar el juego para que Sagués Oscoz se llevase la mano a la oreja y escuchase a su compañero de Madrid. Pero nada. 

Femenías no manchó la ropa hasta la última jornada de la primera parte, realizando una brillante parada a un remate de Wu Lei que estaba invalidado por fuera de juego. No sirvió para nada, pero el balear lució reflejos y generó varios gritos de estupefacción en el Tartiere. Tras el descanso, el Oviedo volvió a lucir pólvora mojada y Viti falló ante Diego López. Era muy difícil pensar que los azules podían ganar a la mejor plantilla de la categoría después de fallar dos ocasiones que no se pueden fallar ni en los entrenamientos.

Raúl de Tomás, estrella del Espanyol y suplente ante el Oviedo a la espera de un posible traspaso en los próximos días, llevaba cinco minutos en el césped cuando Viti cometió uno de esos penaltis estúpidos, pero también clarísimos. RDT batió a Femenías y cuando Ziganda todavía pensaba qué hacer, el Arribas de 2019 visitó el Tartiere para meterse en el cuerpo del Arribas de 2020 y regalar el 0-2 al delantero madrileño. Set y partido.

El encuentro se había acabado antes de que el Oviedo intentase su último asalto al marcador, con Nahuel y Sangalli ya calentando en la banda. Los más de 20 minutos posteriores al segundo tanto del Espanyol solo sirvieron para que RDT se volviese a Barcelona con una brecha en la ceja y Diego López volviese a lucir carrera, galones y fundamentos técnicos en un cabezazo de Edgar. «Bien chicos, bien», gritó el portero del Espanyol tras el pitido final.

Dos puntos en tres partidos. El entorno oviedista está más asustado por lo vivido el curso pasado que por lo visto en estos primeros 270 minutos. O debería ser así, bueno.