La Pizarra: Dominantes, pero tuertos

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

José Ángel Ziganda, durante el Lugo-Real Oviedo
José Ángel Ziganda, durante el Lugo-Real Oviedo Óscar Cela

Analizamos en cinco claves el empate del Real Oviedo ante el Lugo

26 nov 2020 . Actualizado a las 13:59 h.

José Ángel Ziganda movió el árbol y, el martes en el Anxo Carro, el Real Oviedo siguió siendo el Real Oviedo. Y eso es muy importante. Ante el Lugo, y con mucha cara nueva, el conjunto carbayón cumplió con lo mostrado en jornadas anteriores y volvió a ser un equipo agresivo en campo rival, intento en la presión tras pérdida y eficiente a la hora de crear situaciones de peligro. Falló el último pase, afilar el colmillo y, ya a última hora, gasolina en varios futbolistas claves. Eso es subsanable, pero lo otro es muy meritorio.

Javi Mier en la posesión azul

Por momentos, en el Anxo Carro, Javi Mier se reencontró con su versión de siempre. El canterano azul, como en las primeras jornadas de Liga, partió de una posición adelantada, pero esta vez acompañó más al centro del campo y menos al delantero centro. De recibir siempre de espaldas ante Cartagena y Espanyol a ver el fútbol de cara ante el Lugo. No fue una constante, eso es verdad, pero cuando el ovetense se metía entre líneas e intercalaba alturas con Tejera y Edgar la posesión del Real Oviedo mejoraba.

Los inicios del Oviedo eran fluidos, básicamente, porque la presión del Lugo era muy deficiente. Los de Nafti se quedaban a medio camino y ni apretaban a los centrales ni las vigilancias sobre la medular azul eran muy pegajosas. Arribas y Grippo salían y encontraban a los laterales, al doble pivote (Edgar y Tejera se turnaban a la hora de incrustarse en la salida de balón) y al propio Javi Mier. El equipo de Ziganda, sin mucho esfuerzo, se plantaba en tres cuartos casi siempre. Era ahí cuando el tema cambiaba.

Inicio del Oviedo: 1-Arribas con balón. 2:Javi Mier, junto a Edgar (3) y Tejera (4) en la medular
Inicio del Oviedo: 1-Arribas con balón. 2:Javi Mier, junto a Edgar (3) y Tejera (4) en la medular

El dominio del doble pivote y la imprecisión en el flanco derecho

Durante un tramo importante del primer tiempo, el dominio del doble pivote del Real Oviedo fue abrumador. El Oviedo, sin volverse loco, presionaba los inicios de juego del Lugo y el conjunto de Nafti no arriesgaba: balón largo y a disputar. Y Edgar casi siempre ganaba. Cuando los azules atacaban en campo rival y la perdían, la presión tras pérdida era eficaz y la colocación de Edgar y Tejera era perfecta, así que todas las segundas jugadas se teñían de azul. La posesión carbayona rondaba el 70% y solo faltaba un puntito de brillantez en tres cuartos, pero no llegaba.

Obeng no amenazaba al espacio, Javi Mier desaprovechó una ocasión muy clara cuando había hecho lo más difícil y el flanco derecho no tenía el día. Sangalli y Nieto, a través de conducciones hacia dentro o combinaciones entre ellos, superaban fácil a sus defensores, pero cuando tocaba buscar el pase entre centrales o, simplemente, poner un centro desde la banda, el panorama se volvía negro. Los buenos envíos desde el flanco derecho fueron minoría durante todo el encuentro. Desde la izquierda, por cierto, si llegaron un par de centros con peligro, obra de un Cedric muy activo y preciso en todas sus acciones durante el primer tiempo.

El juego directo del Lugo

Salvo unos primeros minutos en los que el Lugo encontró un filón en banda derecha, merced a un par de despistes de Cedric en el repliegue y a la calidad de Iriome y Campabadal, al conjunto gallego le costó rondar el área de Joan Femenías. El juego directo, algo lógico cuando dos de tus jugadores de ataque son Manu Barreiro y Chris Ramos, se convirtió en la gran arma lucense. Y el Oviedo tardó en defenderla como debía.

Cuando era Edgar el que saltaba con Barreiro, el peligro era menor porque los centrales azules estaban más liberados, pero cuando le tocaba a Grippo saltar, los desajustes afloraban. Nieto no acababa de meterse en el encuentro y ser proactivo en la acción defensiva. Por su parte, Arribas y el propio Grippo no leían bien la segunda jugada y en varios balones sueltos pudo llegar el susto. Femenías salvó un tiro de Luis Ruiz y Chris Ramos mandó otro a la grada.

Juego directo del Lugo: 1-Barreiro disputa con Edgar. 2-Chris Ramos, ya perfilado para correr, supera a Nieto. La jugada acaba sin tiro
Juego directo del Lugo: 1-Barreiro disputa con Edgar. 2-Chris Ramos, ya perfilado para correr, supera a Nieto. La jugada acaba sin tiro

El balón parado y el flanco derecho, eficacia similar

El descanso le vino bien al Oviedo y saltó mejor que su rival al segundo tiempo. Javi Mier no apareció tanto como en el primer tiempo, pero los azules volvieron a dominar a través del balón. Tejera y Edgar volvieron a sacar la escoba y, además de iniciar las jugadas en campo rival, se seguían llevando todas las segundas jugadas. El esférico acababa en derecha y ahí volvía a estar el problema. Nieto y Sangalli lo hacían todo bien, pero cuando tenían que ejecutar el pase o el tiro, erraban siempre.

El Oviedo lanzó ocho saques de esquina en el segundo tiempo. Ocho, una cifra muy alta para 45 minutos. Solo uno, que acabó con una clara ocasión que Arribas no fue capaz de definir, llevó peligro. Ni Tejera ni Sangalli, que se alternaron durante todo el encuentro, fueron capaces de poner buenos centros desde la esquina. Cedric, por su parte, seguía transmitiendo buenas sensaciones cada vez que tocaba el balón y, ya pasado el minuto 60, se sacó de la manga un disparo tremendo que Cantero envió a córner. Fue la última acción del camerunés en el encuentro.

De Nahuel a Valentín

El Oviedo ganó mordiente con Nahuel, aunque hubiese estado interesante verlo junto a un inspirado Cedric. Eso sí, el partido fue bajando el ritmo y el dominio azul ya no era tan evidente. A Obeng le costaba un mundo instalar el ataque carbayón en campo del Lugo, Mier se había esfumado con el paso de los minutos y la gasolina del doble pivote y de Nieto se iba agotando.

A su vez, Gerard Valentín entró al partido con la misión de revolucionar el escenario. El extremo gerundense protagonizó las únicas jugadas de peligro que el Lugo fue capaz de crear en el segundo tiempo, necesitando Lucas la ayuda de Nahuel y Tejera para hacer frente al futbolista albivermello. Cuco Ziganda dio entrada a Borja Sánchez, pero el partido ya estaba medio muerto. El '10' azul saltó al campo en el 81' y hasta el 86' no tocó su balón. Y los que tocó, siempre lejos del área y muy escorado.

El Oviedo acumulaba gente en campo del Lugo, Sangalli se metía dentro y había superioridad, pero no existía la profundidad. En la recta final del encuentro, ni gallegos ni asturianos sufrieron. Las tablas estaban firmadas. 

Una constante en la segunda parte: Nahuel con balón, el Oviedo ataca con mucha gente pero sin profundidad
Una constante en la segunda parte: Nahuel con balón, el Oviedo ataca con mucha gente pero sin profundidad