Mossa: «Hacer un equipo de fútbol cuesta mucho y deshacerlo, muy poco»

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Mossa, en El Requexón
Mossa, en El Requexón Tomás Mugueta

La Voz de Asturias entrevista al lateral izquierdo del Real Oviedo, capitán y segundo jugador más veterano de la plantilla

04 jul 2022 . Actualizado a las 21:25 h.

Cinco temporadas y 139 partidos oficiales después, José María Angresola, Mossa (El Puig, Valencia; 1989) entrena en El Requexón como en los primeros días de aquel verano de 2017, cuando era uno de los fichajes del primer proyecto de Juan Antonio Anquela en el Real Oviedo. Tras una sesión muy intensa dirigida por José Ángel Ziganda y una posterior recuperación a cargo de las siempre necesarias manos de los fisioterapeutas, Mossa atiende a LA VOZ DE ASTURIAS en el campo nº4 de la ciudad deportiva azul. Al habla uno de los capitanes del Oviedo. 

—Empecemos por lo más actual, ¿cómo vio la jugada de Pombo ante Las Palmas?

—Lo hubiese pitado, la verdad. Entiendo que el árbitro que está en el VAR tiene que avisar al árbitro de campo. Si va a verla, hay contacto y pitaría penalti. Pombo, ya solo con el control, gana totalmente la ventaja a su marca.

—Málaga, Eibar y Las Palmas: cuatro puntos. ¿Cómo sale el equipo de esta semana?

—Lo pensaba tras el partido ante Las Palmas y hacía un balance positivo. Sacamos cuatro puntos en tres partidos duros, pero con muy buenas sensaciones. Estamos a un paso de que eso se transforme en puntos. La semana me da para ser optimista y pensar en un año ilusionante en el que podamos pensar cosas bonitas.

—En Ipurua, a pesar de la derrota, se vio un Oviedo que no se había visto en otros escenarios.

—En Eibar estuvimos muy bien con el balón, robamos muy rápido y controlamos el centro del campo durante prácticamente todo el partido. Ellos estuvieron siempre a merced nuestra. Pero al final perdimos. Nos faltó algo en esa última acción para que no se nos escapara ese punto, aunque firmamos un partido de tres. Entró gente que no venía jugando y dieron un gran nivel, eso nos hace ser positivos para lo que viene.

—Con el primer tercio de Liga ya consumido, ¿cuáles son los puntos fuertes, y los débiles, de este Oviedo?

—Seguimos siendo rocosos y duros, somos un equipo difícil de ganar. Este Oviedo está muy vivo en todos los partidos, es muy raro que no lo compitamos. Estamos siempre, mejor o peor, pero estamos. Nos falta transformar ese dominio o esas ocasiones en victorias. Cerrar los partidos cuando estamos mejor que el rival: marcar otro gol o que no pase nada en el encuentro.

—La presión es la gran seña de identidad del Oviedo de Ziganda.

—Con el Cuco, desde que llegó, siempre fuimos un equipo rocoso, pero esta temporada hemos dado un paso hacia adelante. Estamos defendiendo bastante más altos que los otros años, hay veces de llevar la línea defensiva a casi el centro del campo. Y siempre juntos. En eso hemos mejorado y se ve. 

—¿Qué papel juegan las sesiones de vídeo en ese trabajo?

—Hacemos de todo. Analizamos al rival y el tipo de partido que nos pueden plantear, pero en lo que hacemos más hincapié es en nosotros mismos. Eso es lo más importante: si estamos al nivel y hacemos las cosas que trabajamos por semana, tendremos muchas más opciones de ganar.

—¿Le abren mucho los ojos o uno se espera lo que va a ver del anterior partido?

—Bueno, uno más o menos sabe lo que te va a decir y lo que te va a pedir. Llevo ya tres años con él y coincidimos casi siempre en lo futbolístico. Lo que te vas a encontrar lo tienes en la cabeza y la lectura del partido suele ser la misma.

—Y en esa presión adelantada, ¿con qué dificultades se encuentran los laterales?

—Lo primero, para hacer una presión tan alta necesitamos que nuestros puntas vayan como van. Eso nos permite apretar más altos porque no estamos a merced de que el rival nos juegue fácil a la espalda y nos haga correr hacia atrás. Los laterales tenemos que intentar ser valientes en la marca e intentar robar alto. Si lo logramos somos muy peligrosos.

—Borja Sánchez y Viti han sido sus compañeros de banda. ¿Qué supone para un lateral jugar con cada uno?

—A Borja ya le conozco mucho. Es uno de los jugadores con más talento de la categoría y con futbolistas así es fácil jugar. Para él, las paredes, encontrarte por dentro o hacer un movimiento le sale de manera totalmente innata. Borja es un jugador que atrae mucho al rival, con él siempre está su lateral y una ayuda. Cuando es capaz de leer esa ventaja, lo explotamos. Incluso a veces tenemos que explotarlo más. 

—¿Y Viti?

—Con Viti he jugado un par de partidos y también me he encontrado muy a gusto. Súper generoso en los esfuerzos, pero es un perfil más vertical y explosivo, sobre todo este año. Pero, por ejemplo, ante el Málaga, vino a recibir a la corta en varias ocasiones y superó a su lateral (Víctor Gómez) a través del control. En general, entrenando trabajamos automatismos que valen para ambos perfiles de extremo. Eso es lo importante y lo que se tiene que ver en el campo. Y lo estamos logrando estos últimos partidos: están saliendo conexiones entre central-lateral-extremo que habíamos trabajado por semana, independientemente de quién jugase.

—Hablaba de que en Eibar el equipo dio un paso más con balón. 

—Creo que hemos mejorado en esa faceta y nos atrevemos a hacer más cosas. Muchas veces los centrales se ofrecen, se acercan Jimmy o Brugman y a partir de ahí vemos qué puertas se nos abren. Lo estamos trabajando en El Requexón y en el campo, sobre todo en los últimos partidos, está saliendo. Atraer al rival con el balón es importante para luego poder atacarle.

—Ziganda estuvo muy discutido, más que nunca, tras la derrota ante el Burgos. ¿Qué le pareció?

—Uno intenta abstraerse de lo de fuera. La gente quiere ver a su equipo ganar y cuando no se hace entiendo que haya nerviosismo, pero nosotros tenemos que ser profesionales. ¿Mirar lo de fuera? Sí, pero hasta un límite. Hay que centrarse en preparar los partidos, eso es lo que te va a dar opciones de ganar. Teníamos claro que habíamos hecho un mal partido ante el Burgos y que en Ponferrada teníamos que ganar. Ganar como fuese. Y lo hicimos.

—Partido muy tenso el de El Toralín.

—Fue una primera parte muy incómoda. Cuando no tienes puntos, la necesidad se nota en el campo. Marcamos un gol pronto y la tendencia es protegerte un poco más, además de que la 'Ponfe' estuvo muy fina con balón. Nos pusimos a despejar balones como locos y ya tras el descanso fuimos superiores. 

—¿Hay poca paciencia en general en este mundo del fútbol?

—El fútbol va muy deprisa y solo vale el día a día. Se tiene poca paciencia en general. Hacer un equipo de fútbol cuesta mucho, no se hace en dos días, y deshacerlo cuesta muy poco. Este año hemos tenido muchas incorporaciones y somos un equipo en construcción. Estamos en buena posición de cara a lo que resta de temporada. Llevo cinco años aquí y estoy con la misma ilusión de hacer algo bonito que la que tenía cuando llegué en 2017.

—Desde que está aquí, ¿qué Oviedo vio más fuerte y capaz de pelear por el ascenso?

—En la primera temporada, la 17/18, llegamos muy fuertes a enero. Funcionábamos muy bien. No teníamos un fútbol muy allá, aunque en casa jugábamos en campo rival y generábamos ocasiones, pero estábamos arriba. En Cádiz, tras el derbi, íbamos 0-1 y estábamos segundos en la tabla. Luego no nos dio. Al final jugábamos con 13 o 14 jugadores, los demás no entraron demasiado en dinámica y nos caímos.

Y el Oviedo posconfinamiento, ojo. El convencimiento y la determinación que tenía ese equipo… Fuimos capaces de ganar muchísimos partidos. Cuando nos poníamos por delante no pasaba nada más, competíamos muy bien en ese escenario. Fue un desgaste brutal en lo anímico, eso sí. Queríamos salvar al equipo como fuese y la implicación de todo el mundo fue del 100%. Había que ser un equipo muy fuerte en lo mental para hacer todos los puntos que hicimos

—¿Qué supone ser capitán del Real Oviedo?

—Es un orgullo que mis compañeros me elijan. Si eres capitán por decreto pues no le das importancia, pero si el grupo te elige te sientes fuerte. Piensas que los que están a tu lado ven en ti algo y eso te hace pensar más en el equipo que en tu beneficio personal. Piensas en representar los valores de este club, claro, intentando hacer ver a tus compañeros lo que significa jugar aquí. 

—¿Y qué significa jugar aquí?

—Este club, hay que decirlo, te exige mucho. Aquí se vive el fútbol con pasión, se respira fútbol en la ciudad y eso hay muchos clubes en Segunda que no lo tienen. Este club te exige mucho a nivel mental. Para mucha gente, la diferencia entre un domingo feliz o uno jodido es lo que nosotros hagamos en el campo. Hay que estar comprometidos: si las cosas no salen que sea porque las cosas no salen, no porque no demos el 100%.

—Jimmy también es capitán, ¿representa ese paso adelante de la cantera azul?

—El oviedista se tiene que sentir orgulloso. A mí me ilusiona ver el papel que están teniendo ahora los Jimmy, Borja, Viti… Los hemos visto trabajar todos los días y ahora recogen los frutos. Los he visto crecer y ver que les va bien te hace sentir orgulloso. Yo puedo sentir al Oviedo todo lo posible, pero ellos son de aquí. Ese sentido de pertenencia lo necesitan todos los equipos y este Real Oviedo lo tiene.

—Hizo empresariales y se se siguió formando, ¿dónde se ve en un futuro?

—Después de licenciarme orienté todo para dedicarme a la carrera deportiva: cursos de entrenador, un máster en dirección de entidades deportivas en el Instituto Johan Cruyff… Pero pensé que ya tenía mucha formación de ese tipo y empecé con la asesoría financiera. ¿Te digo la verdad? Tengo más ilusión por el fútbol ahora que cuando tenía 22 años. Disfruto más del día a día y capto mejor la mejora que te da el entrenamiento. En muchas situaciones entiendo mejor el fútbol y todos esos matices que te hacen ser mejor.

—¿Y lo de ser entrenador?

—Siempre dije que no, porque la del entrenador es la figura más complicada de todas, pero veremos. Ahora ya no digo que no.