Buscando milagros en el desconcierto

A.S. REDACCIÓN

AZUL CARBAYÓN

Cuco Ziganda y Rubén Reyes, de espaldas, en el entrenamiento del Real Oviedo
Cuco Ziganda y Rubén Reyes, de espaldas, en el entrenamiento del Real Oviedo Real Oviedo

Ziganda y los suyos se centran en ganar al Ibiza mientras la actividad en los despachos se acelera

29 may 2022 . Actualizado a las 09:55 h.

Lo importante ahora, la parte deportiva, se centra en el último partido liguero ante la UD Ibiza (domingo 20:00) El Real Oviedo apura sus opciones de playoff tras el traspiés ante la UD Las Palmas, que ha convertido la fase de ascenso en casi un milagro. Las cuentas son claras: ganar y que canarios o el Girona pierdan sus partidos. Se esperan buenas noticias desde El Plantío, principalmente.

José Ángel Ziganda afronta el partido con esperanzas y con buen ánimo gracias, en parte, a la fe de la afición: «Ha costado levantarnos tras lo de Las Palmas, es la realidad (…), pero nos están diciendo que empujemos y que creamos hasta el final».

Independientemente de los resultados, el conjunto carbayón busca un triunfo que le permita cerrar el curso con 68 puntos, su mejor tanteo desde el ascenso de 2015. En los últimos 10 años, esa marca hubiera supuesto jugar playoff en 9 ocasiones. Poca broma.

Apagando incendios en los despachos

Mientras en el verde se ansía una carambola, el milagro deseado por el oviedismo en los despachos parece todavía más difícil. Tras una temporada relativamente tranquila, con apenas críticas más allá de las ocurridas en la Junta General de Accionistas, la situación del club vuelve a rozar el esperpento.

La marcha de Rubén Reyes ha sembrado desconcierto en parte de los encargados de dirigir la nave azul. El fichaje del gijonés por el Getafe no ha hecho más que volver a mostrar un alto nivel de amateurismo. Un director deportivo novel que, lejos de tener una cláusula de rescisión (como la práctica totalidad de profesionales en su puesto), disfrutaba de una para poder marcharse totalmente gratis.

Reyes se marcha del Real Oviedo tras un año en el que se cansó de repetir que su objetivo era crear valor para la entidad. Grandes aciertos, algún que otro error sonado, trabajo incompleto en lo que se refiere a las renovaciones y una relación con el cuerpo técnico lejos de ser fluida. Muy pocas palabras de apoyo al entrenador en sus pocas intervenciones públicas.

Además, el todavía director deportivo planifica ya su llegada al Coliseum Alfonso Pérez deslizando la falta de proyecto dentro del club. Nada nuevo. Miguel Pérez Cuesta, ‘Michu', ya abandonó su puesto bajo motivos similares. El asturiano deseó ampliar la secretaría técnica e introducir un departamento de ‘big data' para modernizar el departamento. Sus peticiones fueron rechazadas. A su sucesor, Francesc Arnau, se le concedió un ayudante de su confianza (David Comamala), más por presión que por convicción, y poco más. El resto del equipo se reclutó de la propia casa.

Uno de esos hombres que trabajaron con el catalán fue Roberto Suárez. El de Grao continuará la próxima temporada en la secretaría técnica tras la negativa por parte del club a facilitar su salida. Tiene un año más de contrato y, él sí, cláusula de rescisión. Suárez, que llegó a tener prácticamente acordado el acuerdo con el Getafe, se mantendrá en su puesto, pero no será una alternativa a la dirección deportiva.

Pase lo que pase mañana, el Real Oviedo volverá a llegar tarde al mercado de fichajes. La misma situación que ocurriera el año pasado. Cuando amanezca el lunes, en el peor de los casos, la entidad de la capital tendrá que planificar un nuevo curso en Segunda sin director deportivo, con un entrenador que finaliza contrato, varios titulares indiscutibles que abandonarán el equipo el próximo 30 de junio y otro puñado de futbolistas decisivos que también harán las maletas a lo largo del mercado de fichajes. De una tacada, el Real Oviedo podría quedarse sin Femenías, Costas, Brugman, Borja Sánchez y Borja Bastón. Mientras, en los despachos, se toman con calma las entrevistas para suceder a Reyes. Hay nombres que gustan, pero con contrato y, como no podía ser de otra manera, cláusula de rescisión.