La Pizarra: El Oviedo y el balón, creer para luego crecer

Pablo Fernández OVIEDO

AZUL CARBAYÓN

Borja Sánchez y Hugo Rama, durante el Oviedo-Andorra
Borja Sánchez y Hugo Rama, durante el Oviedo-Andorra Real Oviedo

Analizamos los inicios de juego y el comportamiento con balón del conjunto de Jon Pérez Bolo en su debut liguero ante el Andorra

18 ago 2022 . Actualizado a las 09:24 h.

Persuadir es una de las habilidades más importantes que debe tener un entrenador. Saber a qué quiere jugar tu equipo está bien, pero convencer a esos jugadores de que dicha idea es la que más les va a acercar a la victoria es lo verdaderamente complicado. Los equipos de Jon Pérez Bolo tienen un comportamiento defensivo similar a los de José Ángel Ziganda (sí, el Oviedo del Cuco presionaba alto y, además, lo hacía muy bien), pero es en el aspecto ofensivo donde hay ciertas diferencias. Bolo consiguió que la Ponferradina fuese un equipo rico en campo rival, atacaba de diferentes formas y el jugador que tenía el balón solía tener muchas opciones para progresar. Ahora le toca hacerlo en el Carlos Tartiere y, por lo visto ante el Andorra en el debut liguero, no será fácil. 

La gota china del Andorra

El Oviedo presionó muy mal los inicios de juego del Andorra durante todo el primer tiempo y tiene pinta de que se debió a muchas razones. Lo primero es que los de Eder Sarabia son un equipo trabajadísimo en dicho aspecto, superior a la media de la categoría. Lo segundo es que los de Bolo no estuvieron coordinados en ningún momento, desde Bastón y Obeng a los extremos, pasando por el doble pivote. Es decir, se juntó todo. Y aunque dicha superioridad del Andorra a la hora de iniciar desde atrás no se vio reflejada en el área de Tomeu Nadal, ese esfuerzo físico totalmente estéril influye en la mente del futbolista. 

Obeng, Bastón, Hugo Rama o Luismi persiguieron sombras durante mucho tiempo, llegaban siempre segundo y medio tarde a la marca y era entonces cuando les tocaba correr hacia atrás. Que sí, que el Andorra no gozó de ninguna ocasión más o menos clara en ese primer tiempo, pero ver que tu esfuerzo no sirve para nada te condiciona a la hora de resolver problemas cuando te toca a ti tener el balón. Y eso le pasó al Real Oviedo, que se le olvidó qué equipo quería ser cuando el esférico era suya. En el marcador no influyó, pero en el juego -aquí se incluyen las muchísimas imprecisiones en controles y pases fáciles- sí. La gota china del Andorra. 

Ni rastro del plan inicial

En pretemporada se pudo apreciar que el plan del Oviedo con balón todavía estaba en pañales, pero al menos se percibía una intención. Desde que Borja Sánchez se incorporó a la dinámica grupal, el '10' adquirió muchísimo peso en salida de balón. Partía desde la banda izquierda, pero casi siempre se metía por dentro para jugar como interior, incluso en más de alguna ocasión fue el propio Borja el que se juntaba a los centrales en la primera línea. La circulación de juego durante el verano casi nunca fue fluida, pero las piezas parecía que sabían dónde tenían que estar. 

1-Luismi, con balón, en primera línea de salida junto a Tarín y Calvo. 2-Borja Sánchez, como mediocentro. 3-Hugo Rama. 4-Lucas y Aceves, muy altos. 5-Viti libre y cerca de Obeng y Bastón
1-Luismi, con balón, en primera línea de salida junto a Tarín y Calvo. 2-Borja Sánchez, como mediocentro. 3-Hugo Rama. 4-Lucas y Aceves, muy altos. 5-Viti libre y cerca de Obeng y Bastón

Ante el Andorra, quizás debido a esa frustración originada cuando los de Eder Sarabia tenían el balón, el Oviedo casi nunca supo qué hacer. Solo se pudo percibir algún patrón de juego cuando los centrales optaban por el juego directo, un aspecto de juego dominado por los azules desde el curso anterior y que, vía Bastón y Obeng, permitían a los de Bolo asentarse. O también cuando los costados se convertían en la única vía de escape con Aceves y Lucas haciendo 2vs2 junto a los extremos. Pero ni rastró de la otra idea. En algún momento, incluso, Hugo Rama y Luismi se sumaron a la vez a la primera línea de los centrales, dejando vacío el centro del campo y sin que Borja ni Marcelo Flores apareciesen por dentro. 

Inicio de juego del Oviedo: Hugo Rama y Luismi pegados a los centrales en la primera línea. Espacio totalmente vacío en el centro del campo
Inicio de juego del Oviedo: Hugo Rama y Luismi pegados a los centrales en la primera línea. Espacio totalmente vacío en el centro del campo

Tarín y Dani Calvo, además, estuvieron espesos a la hora de detectar las oportunidades que de vez en cuando el Andorra les dejaba en bandeja. Los centrales azules progresaron muy pocas veces a través de la conducción, quizás condicionados al ver las pocas líneas de pase que tenían por delante. Eso sí, a veces, esas líneas de pase las tienen que crear ellos. Cuando hicieron esto último el Oviedo hizo daño, con Dani Calvo dividiendo al rival, la marca de Borja Sánchez dudando y Aceves aprovechando para atacar el espacio en la profundidad. 

Dani Calvo tras ganar metros en conducción: divide al rival, Borja atrae a su marca y recibe en banda y Aceves ataca el espacio
Dani Calvo tras ganar metros en conducción: divide al rival, Borja atrae a su marca y recibe en banda y Aceves ataca el espacio

Tras los cambios, sentido común

Pocas veces Ángel Montoro y Jimmy se van a volver locos. El primero tiene muchos más recursos en la creación de juego, claro, pero ambos comparten la capacidad de mantener la calma y poner orden cuando el juego lo pide. El ovetense, incluso, es muy bueno en dicho aspecto. Y eso hicieron cuando pisaron el césped del Tartiere. Con la mente fresca al no haber estado presentes en los momentos de mayor dominio del Andorra, el nuevo doble pivote sí puso sobre el tablero esa idea en la que tanto había insistido Bolo durante las semanas anteriores. Eso, además del evidente paso adelante de los azules en campo rival, acercó a la victoria al conjunto carbayón. Aunque luego apareciese el temido balón parado y el gol en el descuento del Andorra. 

Inicio de juego: Montoro con centrales, Jimmy en la siguiente línea junto a Marcelo, Aceves y Lucas
Inicio de juego: Montoro con centrales, Jimmy en la siguiente línea junto a Marcelo, Aceves y Lucas