Nuevo caso de acoso a IU: el coche del exalcalde de Cangas del Narcea aparece quemado

Raúl Álvarez REDACCIÓN

COMARCAS

El exalcalde de IU en Cangas del Narcea, José Ramón Martínez
El exalcalde de IU en Cangas del Narcea, José Ramón Martínez

El vehículo desapareció de un depósito municipal, donde estaba por un embargo, y fue hallado diez días después en un monte de Ibias. Los hechos ocurrieron a principios del verano, antes del asesinato de Javier Ardines en Llanes y las amenazas en Riosa, y culminan diez años de amenazas

27 sep 2018 . Actualizado a las 20:27 h.

Otro cargo local de IU ha hecho público este jueves un historial de amenazas personales y ataques contra sus propiedades que comenzaron hace una década. José Manuel Martínez, actual coordinador de la coalición en Cangas del Narcea y alcalde entre el 2007 y el 2011, reveló esa serie de coacciones tras trascender que un coche de su propiedad, depositado en unas instalaciones municipales a raíz de un embargo, fue robado el último día de junio para reaparecer quemado diez días después, ya en julio, en un monte del vecino concejo de Ibias. Aunque no existe ningún indicio de que los casos estén relacionados, este nuevo episodio se suma a la preocupación reinante en IU por la sucesión de ataques y amenazas a sus representantes que empezó con el asesinato del concejal llanisco Javier Ardines a mediados de agosto y continuó la semana pasada con amenazas y ataques a la alcaldesa de Riosa, Ana Díaz, y uno de los concejales de su grupo, José Manuel Pello.

Los hechos de Cangas del Narcea, sin embargo, son anteriores a los de Llanes. Ocurrieron a comienzos del verano, el día 30 de junio, cuando alguien se llevó el vehículo de Martínez de un depósito municipal para prenderle fuego fuera del concejo. Los motivos por los que el coche estaba bajo la custodia del Ayuntamiento ejemplifican el ambiente enrarecido en el que entró la política local a partir de las elecciones del 2007, cuando el PSOE fue desalojado del poder tras 24 años en la alcaldía. Martínez se convirtió entonces en regidor con los votos del PP. Cuatro años después, los populares llegaron al poder y de las desavenencias entre Martínez y su sucesor, José Luis Fontaniella, surgieron denuncias al Tribunal de Cuentas por certificaciones inapropiadas de obras, además de una causa pendiente en la Audiencia Provincial. La entrega del coche tiene que ver con la devolución de dinero a las arcas municipales decidida por el Tribunal de Cuentas, que Martínez ha recurrido. 

Ropa quemada, rayonazos y anónimos

Ya desde el 2007, Martínez y sus compañeros de grupo empezaron a sentir presiones. IU les expulsó de sus filas por incumplir un pacto regional para permitir gobernar en todos los ayuntamientos a la lista más votada de la izquierda, aunque a finales del mandado decidió su readmisión. «Nunca te llegan amenazas directas, pero todo empezó ahí. Algunos, después de más de dos décadas, pensaron que al Ayuntamiento era suyo. Nunca he tenido dudas, pero tampoco más que sospechas», señala. Uno de sus compañeros de grupo sufrió una agresión física, mientras que la campaña en su contra no se manifestaba con golpes. «Me quemaron un tendal con la ropa puesta a secar, me rayaron el coche y me mandaron anónimos», cuenta. «No lo dices en el momento porque no quieres que parezca que te haces la víctima. Y porque tienes familia y no quieres que se preocupe». Los actos hostiles y amenazadores no han cesado en toda una década.

Martínez también había decidido silenciar la destrucción del coche, pero la noticia llegó por otras fuentes a un medio de comunicación y ya no tenía sentirlo ocultarla. Las circunstancias políticas han cambiado: aunque él ya no es concejal, los tres representantes de IU en la actual corporación forman parte del equipo de gobierno encabezado por el socialista José Víctor Rodríguez. El coordinador de IU reclamará la responsabilidad del Ayuntamiento y exigirá una compensación. Si su recurso prospera, se ha quedado sin un vehículo que dejó bajo la custodia municipal (un acta notarial da fe de ello). Incluso si no prospera, el valor del vehículo debía descontarse de la cantidad que deberá devolver a las arcas públicas, por lo que su desaparición también le perjudica. Tiene críticas hacia el alcalde. «Dio mucha publicidad cuando le llevé el coche, pero no dijo nada de que había desaparecido», lamenta.

Tanto Martínez como el alcalde dicen haberse enterado de la sustracción del coche y de su incendio a través de la Guardia Civil, que el 9 de julio les informó del hallazgo de sus restos quemados. El Ayuntamiento sostiene que quienquiera que se llevara el automóvil debió de hacerse con unas llaves del depósito porque los accesos no estaban forzados ni habían sufrido violencia.