«El éxito es que la gente de África no necesite ir al hospital»

Raúl Álvarez

CULTURA

Githinji Gitahi, director de AMREF Health
Githinji Gitahi, director de AMREF Health Tomás Mugueta

Githinji Gitahi, director general de AMREF Health Africa, defiende la consolidación de un sistema de salud fuerte como barrera frente a las epidemias y la mortalidad en el continente

18 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El keniano Githinji Gitahi lleva casi tres años al frente de AMREF Health Africa. Con los 48 cumplidos, después de una carrera en organizaciones internacionales y ONG ha vuelto a Nairobi, donde completó sus estudios de Medicina en 1996, como responsable de una entidad fundada por europeos hace más de 60 años y que, hoy, está dirigida y gestionada por nuevas promociones de africanos deseosos de garantizar la cobertura sanitaria en todo el continente.

-¿Es la gestión AMREF un símbolo de los avances y progresos de África?

-Claro que es una señal de que África avanza y se supera a sí misma. Empieza a hacerse cargo de sí misma. Muchos países, de bajos recursos o de ingresos medios, van recibiendo los programas de los donantes y los asumen. Es un signo de que nos hacemos cargo nuestro propio destino.

-Europa parece mirar a África solo cuando hay epidemias o amenazas graves a la salud, pero ese no es el día a día. ¿Cómo es su trabajo cotidiano?

-El verdadero problema es que las epidemias suceden de vez en cuando. Cólera cada cinco años, ébola lo mismo. Pero en el día a día hay otras situaciones, como las de las mujeres embarazadas, y otros problemas, como la desnutrición infantil o las neumonías de los niños, requieren también atención. No se trata solo de las epidemias. Lo importante es tener un sistema de salud con base en cada comunidad, con suficientes trabajadores e instalaciones, gestionado de manera eficiente, financiado con eficacia y, por último, resiliente y con capacidad de respuesta a las epidemias. Eso es lo que intentamos construir, aunque la ayuda extranjera suele responder solo a las emergencias. Los gobiernos, sin embargo, deben construir un sistema que sea bueno todo el tiempo, con la ayuda de sus socios de desarrollo. Nos estamos asegurando de que todo el dinero que llega a África vaya a fortalecer un sistema de salud sostenible y continuo. Un buen sistema de salud previene las epidemias. Si lo hubiéramos tenido, no habría aparecido el ébola o al menos se habría controlado mucho antes. Por eso invertimos en la construcción de un sistema de salud fuerte y robusto.

-Para fortalecer ese sistema, AMREF ha inaugurado en Nairobi una universidad para formar médicos, enfermeras o matronas. ¿Cómo va ese proyecto?

-AMREF lleva muchos años trabajando en la formación del personal sanitario. Hemos dado habilidades a nuestros empleados. Después empezamos con un instituto de formación que expedía certificados y diplomas. Ha formado a comadronas y enfermeras durante muchos años. Ahora lo que hacemos es simplemente pasar a ofrecer programas de grado. Ofrecemos titulaciones universitarias y también queremos hacer investigación. Pero aún somos un proyecto joven, llevamos solo un año de trabajo. Nos gustaría trabajar y colaborar con universidades extranjeras para compartir profesorado, llegar a alianzas con facultades que trabajen en ciencias de la salud o en salud pública. Me gustaría aclarar que la nuestra no es una universidad de aulas, sino sobre el terreno. Nuestros estudiantes hacen trabajo de campo. Podemos ofrecer esa experiencia a los estudiantes de otras universidades para que su aprendizaje sea integral y entiendan lo que pasa en las aulas y en la sociedad.

-En África hay un médico por cada 10.000 personas. La media mundial es uno por cada 1.000. España tiene uno por cada 250. ¿Cuántos nuevos profesionales necesita África para equilibrar esas cifras?

-La cuestión más importante es que ya no contamos el número de médicos, sino el conjunto de trabajadores sanitarios. Porque muchas personas en África no necesitan un doctor. Les vale otro tipo de atención, como una enfermera, una comadrona o un médico comunitario que visita las casas. Así que tal vez necesitamos menos doctores de lo que se piensa. Los niños mueren de malaria, pero no se necesita un médico para tratarla; basta una enfermera. Los médicos son necesarios en centros de alto nivel. Cuanto mejor funcione la atención primaria, menos médicos harán falta. Lo importante es que haya personas con la formación adecuada para trabajar a diario con las comunidades. Y eso puede lograrse en tres meses y no en tres años.

-AMREF nació para llevar médicos a las comunidades rurales, aisladas. ¿Hoy está más para llevar a la gente de las comunidades a los hospitales?

-Lo más importantes es ayudar a mantener a las comunidades fuera de los hospitales. Para eso formamos a nuestros trabajadores comunitarios. Para quienes necesitan más atención ya no siempre son necesarios los flying doctors. Ahora van a los centros de salud locales. Cada vez hay más. Les explicamos por qué es importante que vean a un médico. Para llegar a algunas zonas aún necesitamos mandar ayuda. Tenemos unidades móviles o contenedores situados en las carreteras. Pero el gran éxito es conseguir que las comunidades no vayan a los hospitales porque no es necesario.