John Williams, el músico que pertenece a la memoria de varias generaciones

Alicia G. Arribas

CULTURA

El compositor John Williams a su llegada a los premios del Instituto de Cine Americano (AFI) en Los Ángeles (Estados Unidos)
El compositor John Williams a su llegada a los premios del Instituto de Cine Americano (AFI) en Los Ángeles (Estados Unidos)

El compositor americano es al autor vivo con más nominaciones a los Oscar de la historia: 52

05 jun 2020 . Actualizado a las 17:15 h.

John Williams (Nueva York, 1932), flamante ganador del Premio Princesa de Asturias de las Artes ex aequo con su homólogo italiano Ennio Morricone, es el autor de cualquier banda sonora grabada en la memoria colectiva de varias generaciones.

No en vano es el autor vivo con más nominaciones a los Óscar de la historia: 52, todo un récord, la última, por el episodio IX de la saga «Star Wars: el ascenso de Skywalker». Logró llevarse cinco en 62 años de carrera.

Capaz de volverse eterno con solo dos notas, las que marcan la banda sonora de «Tiburón» que aterrorizaron a sus espectadores durante décadas por lo que traían a su memoria en un acto reflejo, también es el autor de auténticas oberturas sinfónicas, como las que inician la saga de Star Wars o Indiana Jones.

¿Quién no ha tarareado 'si yo fuera rico dubi-dubi-dubi-dubiduuu'?. Ese fue su primer Óscar, la banda sonora de «El violinista en el tejado» (1971), y su tercer intento: con 34 años optó por primera vez a los premios de la Academia de Hollywood con «El valle de las muñecas» (1967) y con 35 por «Adiós, Mr. Chips».

Nacido en Nueva York, su padre era un percusionista de jazz que le animó a tocar el trombón aparte del piano, que era su favorito, pero el joven Williams decidió aprender también a tocar la trompeta y el clarinete.

En 1952, fue reclutado para las Fuerzas Aéreas de EEUU donde se ocupó de la banda militar; casi en los 60 comenzó a componer bandas sonoras para series de televisión, sobre todo, comedias, y así llegó a «Cómo robar un millón y...», protagonizado por Audrey Hepburn y Peter O'Toole. Pero en España, lo que silbaba la gente era la música de «El virginiano», que ponían en TVE.

Pero su primer éxito clamoroso fue la imponente banda sonora de «La aventura del Poseidón» (1972), que le llevó a que las empresas cinematográficas le encargasen un aluvión de músicas para películas de catástrofes.

Es imposible enumerar las bandas sonoras que ha compuesto para cine y televisión; como ejemplo, es uno de los pocos autores que registran más de cuatrocientas entradas de títulos en la página especializada de datos fílmicos por internet IMDB.

Pero Williams, que se bregó al piano junto a Goldsmith, Bernstein o Mancini, no es solo un compositor «neorromántico», como se ha resumido a veces su estilo; su fama le viene, precisamente, de su versatilidad y permeabilidad al jazz o la música para piano o sinfónica, pasando por estilos populares o folclóricos.

Uno de los momentos decisivos de su carrera fue en 1974, cuando el novato Steven Spielberg le contrató para componer la música de su primer filme, «La loca evasión»; ya nunca dejaron de ser amigos y Williams escribió para él aquellas dos notas míticas («Tiburón», su segundo Óscar).

Spielberg le recomendó entonces a otro amigo, George Lucas, que necesitaba un compositor para su película épica espacial, «Star Wars».

Williams utilizó una gran orquesta sinfónica (la de Londres), como se hacía en la época dorada de Hollywood, y creó unos sonidos que ya son parte de la historia; de hecho, la música de «Star Wars» vendió más de 4 millones de copias y se convirtió en la banda sonora sinfónica más vendida de la historia. Fue su tercer Óscar.

Durante los siguientes años, compuso las bandas sonoras de películas como «Encuentros en la tercera fase» (1977), «Superman», «1941» y «Tiburón 2», y después, hizo la banda sonora de «El Imperio contraataca», segunda parte de la saga Star Wars, donde aparece la famosa Marcha Imperial que identifica a Darth Vader. También hizo la música de «El retorno del Jedi».

Después vino «E.T., el extraterrestre», que fue su cuarto Óscar, y «La lista de Schindler», el quinto. Compuso también música para la saga «Indiana Jones» y «Parque Jurásico», la inolvidable banda sonora de «Memorias de una geisha» o la tres primeras películas de la serie de Harry Potter. Williams es autor de la música de más de cien películas.

También ha creado sinfonías y conciertos para flauta, violín, clarinete, viola, oboe, chelo y tuba y ha compuesto por encargo para varias orquestas.

En 1980 fue nombrado director de la Boston Pops Orchestra, de la que se retiró en 1993, y mantiene relación con otras muchas orquestas, como la Boston Symphony y la Filarmónica de Nueva York.

Cuenta con títulos honorarios de varias universidades, la Orden Olímpica del COI, veinticinco premios Grammy, cuatro Globos de Oro y siete BAFTA, la Medalla Nacional de las Artes (EEUU, 2009) y, entre otros, el AFI Life Achievement Award del American Film Institute, 2016), que recayó con él por primera vez en un compositor.