Chanel vuelve a ilusionar a España en Eurovisión veinte años después

Laura Placer Breijo
Laura Placer REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

SloMo parte como una de las favoritas a la victoria esta noche. La actuación de Rosa con Europe's living a celebration en el 2002 fue la única que hizo soñar a España de igual manera

14 may 2022 . Actualizado a las 22:22 h.

El 25 de mayo del 2002 casi trece millones de españoles se sentaban frente al televisor para ver la actuación de Rosa López en Eurovisión. Tras el éxito arrollador de la primera edición de Operación Triunfo, los espectadores ya se imaginaban a la granadina levantando el micrófono de cristal en el escenario de Tallín. Europe's living a celebration se había convertido en un himno y, tras tres décadas de sequía, se daba por hecho la victoria de España. El desenlace de la historia ya lo conocemos: Rosa López quedó séptima para decepción de los espectadores locales, a los que este resultado, el segundo mejor del país en todo el siglo XXI, les supo a fracaso.

Los veinte años siguientes, salvo honrosas excepciones como Beth, Pastora Soler o Ruth Lorenzo, han supuesto la debacle de España en Eurovisión. Ni siquiera el tirón de Amaia y Alfred les llegó para ilusionar al público. Hasta que llegó Chanel. Pocos esperaban este torbellino tras la polémica del Benidorm Fest, pero la artista cubano-catalana ha ido creciendo en las quinielas de los seguidores del festival hasta situarla entre los cinco candidatos con más probabilidades de ganar.

Chanel Terrero pisa esta noche el escenario del Pala Olímpico de Turín en décima posición, rodeada por otros de los pesos pesados de la final. Antes de la actuación de España cantarán los anfitriones, también de los favoritos para la victoria, y tras los últimos compases de SloMo saldrán a escena la neerlandesa S10 y los grandes predilectos para ganar: Ucrania. Actuar entre dos baladas podría jugar en favor de España pero, al ser de las mayores apuestas de la final podrían diluir el foco sobre Chanel.

El décimo puesto le ha dado la victoria a tres países en la historia del festival. La última se la llevó Suecia en el 2015 con los Heroes de Måns Zelmerlöw. La posición con mayor número de victorias, la decimoséptima, la ocupará este año la griega Amanda Tenfjord, que está entre los diez favoritos para ganar este año.

Las opciones de SloMo

Chanel se enfrenta a un reto mayúsculo este año. La mala racha de resultados de España en los últimos años ha llegado a un nivel de hastío por parte de los seguidores del certamen que en ocasiones hasta han pedido la retirada del país de Eurovisión. En las seis últimas ediciones los representantes españoles no han conseguido superar el vigésimo puesto en la clasificación final, contando incluso con la última plaza de Manel Navarro en el festival del 2017. La última vez que el país estuvo entre los diez primeros fue hace ocho años con Ruth Lorenzo y su Dancing in the rain. Para llegar al último top 5 hay que remontarse a la plata de Anabel Conde en 1997 y para recordar la última victoria hay que retroceder hasta el Vivo cantando de Salomé en 1969, hace 53 años. Chanel debería tenerlo fácil para superar los últimos resultados y podría incluso sobrepasar los 125 puntos de Mocedades en 1973, la puntación máxima recibida por España en Eurovisión.

Las apuestas son halagüeñas para Chanel, pero no hay que pasar por alto que son solo un indicador más y no tienen por qué coincidir con los resultados finales. Entre los puntos positivos de la actuación están el desparpajo de la cantante y su cuerpo de baile sobre el escenario. Por primera vez en muchos años España lleva un concepto cerrado con personalidad y con una realización y producción de primer nivel. SloMo es, además, una de las pocas canciones movidas de la gran final, en la que predominan las baladas. Esto podría hacerla destacar sobre el resto de propuestas y quedarse en la memoria de los espectadores de cara a las votaciones. Actuar después del país anfitrión y poco antes de la gran esperada Ucrania hará también que la audiencia tenga ya sintonizada la final y su actuación tenga más exposición.

Pero no se puede dar el triunfo por sentado. La edición del 2021 demostró que las canciones bailables ya no son el reclamo del voto popular que eran antaño. La propuesta chipriota del año pasado, El diablo, se erigía como la sucesora de Eleni Foureira y se quedó en un decimosexto puesto para sorpresa de los espectadores. 

Los favoritos

España se ha colocado entre los probables a la victoria por primera vez en años. En lo alto de la tabla la acompaña Ucrania, que ahora mismo tiene un 60 % de probabilidades de llevarse el micrófono de cristal con Stefania. Reino Unido podría hacerse con el trofeo también con Spaceman, interpretada por el famoso tiktoker Sam Ryder. En los últimos días ha ido cogiendo fuerza entre los seguidores del certamen y muchos lo ven ya como sucesor de los Maneskin, que actuarán en la gala de esta noche. Suecia será un hueso duro de roer también en la final. Las apuestas la sitúan como la tercera opción al triunfo, lo que convertiría al país en el que más veces ha ganado Eurovisión junto con Irlanda, con siete victorias. Italia podría revalidar triunfo este año con Mahmood y Blanco. Los anfitriones tienen mucho apoyo internacional y figuran en más de una quiniela.

En Eurovisión nunca está nada decidido y varios países podrían dar la sorpresa en la final. Serbia, por ejemplo, ha causado furor en su semifinal. La cantante, que interpreta un tema en el que critica la sanidad de su país, ha cautivado al público con una puesta en escena muy particular en la que sale lavándose las manos en directo. Su actuación ha sido la más vista de las eliminatorias y en menos de doce horas ya había alcanzado el millón de visualizaciones en Youtube.