Hamilton, doblado y campeón

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Mark Thompson | AFP

Conquista su cuarto mundial pese a rodar en las últimas posiciones en el Gran Premio de México

30 oct 2017 . Actualizado a las 00:30 h.

No es leyenda deportiva quien está en activo. Se necesita un espacio de tiempo entre el brillo del campeón y el recuerdo de sus hazañas para adquirir el laurel invisible de ese estatus infinito. A Lewis Hamilton, con 32 años, aún le quedan por delante más de medio centenar de grandes premios. Pero no necesitará más títulos para que, un día, cuando otros destrocen sus registros -ojo con Verstappen-, sea considerado uno de los grandes de la fórmula 1. Ayer conquistó su cuarta corona tras una carrera de sustos en el circuito de Ciudad de México y alcanzó así el mismo número de coronas de Alain Prost, este sí, una leyenda oficial.

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Y lo hizo apenas unas semanas después de batir el número de poles de Michael Schumacher, sin duda, el tótem de este deporte junto al finado Ayrton Senna. Cuando se hable de Hamilton en el futuro no solo se referirán sus hazañas numéricas sino, sobre todo, sus formas, su tono aguerrido, su sensación de control en cada carrera, la evolución que le sacó de una puzolana humillante en el 2007 para convertirse en el piloto más completo del momento. Ha sido campeón en el 2008 (con McLaren), y 2014, 2015 y 2017. Este sin duda sabe mejor: 1) porque es el último, y 2) porque este año sí ha tenido un rival enfrente (que también será leyenda) y menos coche para combatirle. Mercedes ha vuelto a ganar, pero ha visto cómo Ferrari le ha tosido en la cara, le ha igualado las fuerzas e incluso le ha superado en la primera mitad del curso. Vettel ha brindado un gran año desquiciando a los ingenieros alemanes para lograr una necesaria capacidad de reacción que permitió recuperar el liderato de Hamilton en el mes de septiembre en Monza. Sí, Mercedes ha ganado pero en este año ha perdido el calificativo de «hegemónica». Ya no dan tanto miedo.

Una carrera extraña

Hamilton lo tenía todo de cara pero el guion saltó por los aires en la tercera curva. Mientras Verstappen se escapaba hacia otra victoria, los dos únicos candidatos al título se rozaban tanto que ambos debían entrar al box por un pinchazo (Hamilton) y un alerón mutilado (Vettel). El alemán de Ferrari comenzó entonces una escalada hacia el infinito obligado a acabar al menos en segunda posición si quería llegar a Brasil con opciones de ser campeón. Y otra vez Vettel dio una lección de fe ante la adversidad, comenzó a remontar posiciones en busca de ese escalón del podio que le permitiese prolongar el sueño de su quinto campeonato. Pero Verstappen y Bottas eran inalcanzables, casi tanto como su compañero Raikkonen. Todos los boxes se quedaron congelados en el ecuador de la prueba. La avería de un Toro Rosso motivó un coche de seguridad virtual, pero todos replicaron la maniobra y las posiciones resultaron prácticamente idénticas.

Con menos en juego, el inglés fue más conservador en los puestos traseros, inéditos para él. Se dio incluso la paradoja de que en la carrera en la que se proclamaría campeón tuvo que hacerse a un lado por su condición de doblado. Al final, escaló hasta la novena plaza -tras un precioso duelo con Alonso- lo que hacía inútil para Vettel un hipotético y milagroso segundo puesto. Hamilton aún no es leyenda. Pero ya ha forjado una increíble trayectoria desde el 2007 para ser considerado uno de los más grandes pilotos de la fórmula 1.

«La fortaleza de mi corazón me permitió seguir», sostiene el tetracampeón

«Era difícil luchar cuando estaba 40 segundos atrás, pero la fortaleza de mi corazón me permitió seguir adelante sin rendirme. Este título se lo dedico a Dios, a mi familia y al equipo». Lewis Hamilton se mostraba exultante tras conseguir alzarse con su cuarto campeonato del mundo en una carrera accidentada. «Tuve una buena salida, pero no sé qué pasó en la curva 3; le di mucho espacio a Sebastian (Vettel)», detalló el piloto de Mercedes cuyas primeras palabras tras bajarse del coche al micrófono de la organización fue un saludo al público: «¡Viva México!», gritó.

Alonso: «Lewis no tuvo rival»

Fernando Alonso reconoció la superioridad del campeón. «Ha sido muy fácil para Hamilton este año. No tuvo a Nico (Rosberg) para batallar hasta la última carrera y no tuvo rival. Ojalá que McLaren el año que viene plante cara a Mercedes», manifestó el asturiano. Sobre su carrera, se mostró satisfecho: «Fue una buena remontada. De últimos a los puntos es un objetivo cumplido». «El coche estuvo fantástico todo el fin de semana y también en la carrera. Es una pena tener poca velocidad en las rectas y aun así intentamos batallar con todos. Fue una buena carrera», se felicitó Alonso.

Verstappen: «Fue el más fiable»

El holandés Max Verstappen, ganador del gran premio, aseguró que la clave de su victoria fue haberse adelantado y luego recibir una buena respuesta de su monoplaza. «La salida no fue del todo buena. Sentí que nos tocamos (con Vettel) en la curva 2 y luego pude hacer mi propia carrera. Me escapé y el auto tuvo un gran equilibrio», señaló el piloto de 20 años. «Cuidé los neumáticos y terminé bien ?abundó?. Sabía que el coche era bueno pero no sabía cómo se iba a comportar». «Fallé la pole, pero quería ganar la carrera. En la anterior me bajaron del podio en el último momento; esta vez no tuve penalizaciones», ironizó. Al referirse a la figura del día, destacó que la de Hamilton ha sido «una gran temporada con muchas victorias, este año fue el piloto de más fiabilidad».