La importancia de un escudero

José Luis Abadín

DEPORTES

AHMAD YUSNI | EFE

Un año después de perder el duelo con Rosberg, Mercedes ha volcado todas sus fuerzas en el inglés

30 oct 2017 . Actualizado a las 00:32 h.

Noviembre del 2016. Acabando el Gran Premio de Abu Dabi, Lewis Hamilton ralentizó al grupo perseguidor para tratar de poner en apuros a Nico Rosberg, que alguien por detrás lo adelantase y de esa forma ganar el mundial. Pero Nico aguantó, llegó líder a la última prueba con renta suficiente para quedar segundo y vencer, y así fue como ocurrió. La tensión de todo el año terminó y Nico celebró en la misma línea de meta su primer y último mundial, ya que unos días después, para sorpresa de todos, anunciaba su adiós a la fórmula 1 desde lo más alto.

No sabemos todo lo ocurrido de puertas adentro en Mercedes, pero seguro que ese ambiente enrarecido tenía muchas versiones. Golpes como el de ambos en el Gran Premio de España fueron el límite que Toto Wolff y Niki Lauda permitieron.

Ya sin Nico, hemos visto a un Lewis Hamilton mucho más relajado, el equipo eliminó toda rivalidad trayendo a un compañero con su visto bueno, sin desmerecer a Valteri Bottas, pero es que el finlandés ha sido un fiel escudero, mucho también ha sido gracias al cambio de actitud de quien se ve superior, de quien lo apoyó desde el inicio. Gestos como la devolución de posición en Hungría ?incluso con el enfado de Toto Wolff?, ayudaron a que Valteri apoye incondicionalmente a Lewis, y de esa forma pudo ayudar a ese estado de forma increíble del inglés, que conquista así su cuarta corona pese al caótico inicio de carrera ayer en México, que le obligó a rodar último buena parte de la prueba.

Esa tranquilidad y confianza que ha transmitido el inglés todo el campeonato choca con el nerviosismo y los errores de su principal rival y líder antes de la mitad de temporada, Sebastian Vettel. Tras un inicio de ensueño, muy parecido al que solía hacer su compatriota Michael Schumacher en sus mejores años con Ferrari, comenzó a cometer errores impropios de quien quiere lograr su quinto mundial. Errores como el de Singapur donde ambos Ferraris acabaron fuera de juego tras la primera curva, le han dejado en bandeja el mundial a Hamilton.

Pero estos errores también son en parte una respuesta a la presión constante a la que le ha sometido el inglés, quien, desde que rompió el récord de poles de Schumi, está intratable.

Este fin de semana lo tenía a tiro para igualar al propio Vettel y a Alain Prost en cuatro títulos y, pese a la accidentada carrera, que discurrió por un guion imprevisto, el inglés celebró por todo lo alto otra jornada histórica.

Se echa de menos, de todos modos, una temporada como la del 2007, con cuatro pilotos de dos equipos en plena forma luchando hasta la última vuelta de la última carrera por el título. Ganaría el mundial de fórmula 1, ganaría el espectáculo. Perdería la tranquilidad del que tiene consigo a un escudero.