El triunfo populista de Rubiales

DEPORTES

J.P.GANDUL | EFE

Promete transparencia y cambios, cuando ha apoyado a Villar y ha demostrado tener un carácter frentista y una dirección personalista, dando pocas explicaciones

19 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Rubiales ya ejerce como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras unas sorprendentes elecciones. «Hay quien me ha engañado y ya se sabrá quiénes han sido», explicó un todavía aturdido Larrea a diferentes medios, tras verse hasta último momento con más de 80 votos de los que solo se consumaron 56. «Me han mentido y es posible que incluso alguno sea de los que me abrazaron al acabar», agregó. El nuevo mandamás de la RFEF, delfín de Villar en sus años más oscuros (y ahora investigados judicialmente), ya ha gritado a quien le quiera escuchar que con él llegará la transparencia y la modernización a la casa del fútbol español. ¿Pero en realidad esas características le han acompañado a lo largo de su trayectoria profesional?

Luis Manuel Rubiales Béjar (Las Palmas de Gran Canaria, 1977) es de Motril, localidad granadina a la que se mudó con sus padres cuando solo tenía tres meses. Madridista desde la infancia, su gran ídolo era Schuster. Debutó con 14 años en el primer equipo del Motril y se formó como jugador en las categorías inferiores del Valencia. A pesar de que jugó más de 300 partidos en categoría nacional en equipos como el Lleida, Xerez, Levante o Alicante, solo 50 fueron en Primera. Zurdo, destacaba más por su garra en el campo que por su técnica (cualidad que mantiene y que le ha valido para remontar y ganarle a Larrea). De ahí que le apodaran Pundonor Rubi. Sufrió 5 descensos como jugador y fue una situación de impagos vivida en el Levante la que le dio popularidad. Hoy en día, Rubiales prefiere no remover mucho aquella época, en la que se llegó a hablar de la venta de un partido. Concretamente, Popular TV desveló una grabación en la que supuestamente se demostraba el amaño de un Athletic-Levante que definió el descenso del Celta. Eran tiempos en los que no había tanta sensibilidad con los amaños y la denuncia no acabó teniendo recorrido judicial.

Pero donde en verdad Rubiales alcanzó la fama fue como presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), a donde llegó desbancando a Gerardo González Movilla en el 2010. Un cargo que usó en su beneficio para apoyar a Villar, basándose en la promesa de que iba a ser su sucesor. En la AFE apostó por una dirección personalista, con un grupo de trabajo reducido y de superconfianza. Nada que ver con lo que ahora promete que hará en la gestión de la RFEF.

En el sindicato de los jugadores también demostró un carácter frentista, que ahora deberá domar para alcanzar consensos con las diferentes instituciones. También se posicionó en favor de los presidentes morosos y criticó con dureza a Hacienda por querer cobrar el dinero que los clubes le adeudaban.

Rubiales también fue presidente de la Mutualidad de Deportistas, de la que todavía sigue sin querer dar su versión de lo que allí sucedió con su gestión, a pesar de que se multiplicaron los gastos por servicios externos a través de la compra y venta de productos financieros. Explicaciones que tampoco han llegado todavía del caso Arquitecta. El Juzgado de Instrucción número 11 de Valencia abrió una causa contra él por lesiones a la arquitecta que estaba planificando la reforma de su piso.

Todo esto podrá aclararlo ahora que pregona que habrá transparencia en la RFEF.