Íñigo López: «No sé por qué me han detenido»

DEPORTES

Javier Blasco | EFE

El central asegura que es inocente, que quiere recuperar la normalidad y volver a entrenarse

04 jun 2019 . Actualizado a las 10:39 h.

Cuando el martes por la mañana abandonaba su casa al filo de las siete y media, Íñigo López (Logroño, 1982) no imaginaba la que se le venía encima. Un grupo de policías lo aguardaban en la calle para registrar su domicilio y detenerlo en el marco de la Operación Oikos. Tras dos días incomunicado, ayer declaró en Huesca ante el juez, que lo puso en libertad bajo fianza de 75.000 euros. Camino de A Coruña, atendió a La Voz de Galicia para narrar su odisea, declararse inocente y mostrar su deseo de que «el revuelo que se ha generado por este asunto no desestabilice al equipo y logre el objetivo de subir a Primera».

Viaja en coche. Su abogado, el también riojano Juan Pablo Lerena, lo acompaña. Llevan puesto el manos libres en el vehículo y el letrado interrumpe cuando alguna pregunta le parece algo comprometedora: «Nuestra responsabilidad nos impide que hable mucho. Hay que entender que esta todo bajo secreto sumarial». Pone serenidad. Calma a una situación que califica de «inhumana». Y pide el máximo respeto y la presunción de inocencia para «una persona que todavía no sabe qué pueden tener o dejar de tener contra él». «Por el resto -declara- no tenemos nada que ocultar, por eso Íñigo salió por la puerta principal del juzgado y por eso no tiene inconveniente en hablar ahora», introduce antes de que comience la entrevista.

-Situémonos en el martes. ¿Cómo fue la detención?

-Pues nada. Tenía reconocimiento médico, así que salí pronto de casa. Eran sobre las siete y media de la mañana. Y estaban esperándome. Me explicaron por encima lo que pasaba. Que tenían que registrar mi domicilio. Y ya está. Te quedas sorprendido. Esperamos a que llegara la secretaria judicial. Subimos. Estaban mi mujer y la niña, de un año, en casa. Y, hombre, no es nada agradable.

-¿Cómo es ese registro? ¿Pudo llamar a alguien?

-Pues, en principio, no pude llamar a nadie porque me requisaron el móvil. Me pidieron el pin y se quedaron con él. Luego sí que me dejaron hacer un par de llamadas con otro teléfono. Más bien ellos las hicieron y me dejaron hablar. El trato tengo que decir que fue bueno. Estaba mi mujer y la niña y no hay queja. A ella le dijeron que no hiciera mucho caso de lo que pudiera salir publicado en la prensa porque quizá no tuviera nada que ver con lo que sucedía. Pero, como estaba todo bajo secreto de sumario, no nos explicaron por qué me llevaban detenido.

-Por la tarde tuvo interrogatorio y pasó su primera noche en el calabozo. ¿Cómo son esas noches privado de libertad?

-Está claro que a nadie le gusta. Pero así está la Ley. Estuve aislado hasta que esta tarde -por ayer- he salido. Había varias celdas y detenidos en otras, pero en la mía estaba yo solo. Son horas difíciles. Piensas principalmente en la familia. En cómo estarán. No sabía nada de mi mujer, de mi hija, de mis padres... Estás ahí, a oscuras, dándole vueltas a la cabeza. Se te viene el mundo encima. De vez en cuando un policía se acercaba y me comentaba algo. Apenas dormí. Ni comí. En estos días, creo que solo tomé un par de barritas energéticas y zumo. No me entraba nada en el estómago.

-Imagino que finalmente le habrán dicho por qué estaba detenido.

-A ver, está todo bajo secreto sumarial y mucho no puedo decir. Algo intuyes por las preguntas, pero yo tampoco sé lo que pasó ni lo que se investiga, en concreto. A día de hoy, no sé, en concreto, por qué me han detenido. Soy inocente.

-Se habla de una trama de amaños y apuestas en la que había otros futbolistas como Raúl Bravo, Carlos Aranda y Borja Fernández, ¿tenía usted trato con ellos?

-A ver, pues en el fútbol más o menos nos conocemos todos y de dos fui compañero. Pero sin mucha relación. Con Carlos [Aranda] coincidí medio año [en el Granada] y con Raúl [Bravo] un mes de pretemporada [en el Córdoba]. Pero no tuve más relación. A ver, coleguitas, coleguitas, tampoco fuimos nunca.

-¿Por qué cree que se le acusa de, supuestamente, pertenecer a esa trama de apuestas?

-La verdad es que no sé en qué se basan para haberme detenido y haberme hecho pasar por esto. Yo no sé nada de tramas de apuestas.

-¿Alguna vez ha apostado en partidos de fútbol?

-Sí. Pero como muchas personas. Yo tenía una cuenta en Internet y apostaba pues, por ejemplo, la final de la Champions, un partido de la Liga italiana. Partidos que a mí, profesionalmente, ni me iba ni me venía nada.

-¿Cuánto suele apostar?

-Ya no lo hago. Desde el 2015 o 2016, creo recordar. Pero tampoco estoy muy seguro. Desde que se prohibió, pues lógicamente dejé de hacerlo. ¿Y qué cantidad? Pues no sabría decirle: cincuenta, cien euros... Nunca cantidades exageradas. Era una afición, no una forma de ganar dinero. Como el que hace una quiniela.

-¿Alguna vez apostó por un resultado de su equipo, ya fuera a favor o en contra?

-En absoluto. Nunca. No se me ocurriría. Ni siquiera apostar que ganábamos.

-¿Cómo fue el interrogatorio, primero de la policía, y, posteriormente, del juez?

-Ahí no le puedo dar detalles porque hay secreto sumarial. Solo puedo indicarle que me preguntaron por si cuando había estado en el Huesca, cuánto tiempo...

-¿Recuerda el partido Huesca-Nàstic, ahora investigado?

-Claro que lo recuerdo. No hace tanto tiempo.

-¿Vio o notó algo raro?

-Qué voy a ver o notar si no estuve ni convocado. De todos modos, le insisto en que sobre esto no puedo hablar nada.

-¿Ha podido hablar con alguien del Deportivo durante estos días?

-Esta tarde -por ayer- he hablado con el nuevo presidente. Fíjese que ni sabía que ya había sido el cambio de Paco Zas por Tino Fernández. Tenga en cuenta que me detienen el martes por la mañana y la elección es por la noche. Sé que ayer -por el miércoles-, el presidente habló con mi abogado y mi representante. Y, bueno, una vez que yo quedé en libertad, también me llamó para interesarse por mí y manifestarme el apoyo del club.

-¿Ha podido ver a su familia ya?

-Sí. Estaban esperándome a la salida del juzgado y la verdad es que fue muy gratificante.

-¿Y ahora qué?

-Pues voy camino de Coruña. No quiero pensar en nada. Solo en estar con mi familia y, lo antes posible, volver a entrenarme. Sé que no habrá necesidad, pero yo me pongo desde ya a disposición del entrenador por si quiere llevarme a Elche. El club me ha dicho que, lo primero, es el tema personal mío. Que me tranquilice y que no tenga prisa por volver. Pero, le repito, yo, por mí, iría ya a Elche.

-¿Qué espera cuando vuelva al vestuario?

-Lo único que espero es que lo que ha sucedido y todo el bombo que se le ha dado no sirva para desestabilizar al equipo. Pienso en mis compañeros, que tantos meses llevan peleando por ascender y, primero, meterse en el play-off. Lo último que querría es que esta situación les perjudicase y se vieran afectados.

-Tiene 37 años. ¿Entiende que lo sucedido, aunque se demuestre su inocencia, puede significar el fin de su carrera deportiva?

-Sinceramente, ahora mismo no pienso nada de eso. Solo que tengo unas ganas locas por volver a entrenarme. Mi idea es hacerlo ya el sábado. Quiero acabar bien la temporada. Que el Dépor ascienda y el futuro se verá.