No alcanzaba esta ronda desde el año 2012, cuando acabó ganando el torneo
02 jul 2021 . Actualizado a las 23:44 h.España vuelve a ser semifinalista de un gran torneo casi una década después. Superó los cuartos de final y superó una tanda de penaltis, dos barreras históricas para la selección nacional. Se sufrió, como toca sufrir en una Eurocopa. Aunque quizás demasiado, teniendo en cuenta el caché de Suiza —por mucho que apease a los franceses— y que España gozó de superioridad numérica durante los últimos quince minutos de partido y toda la prórroga.
El guion previsto
En Rusia, revolución ya hubo una. Luis Enrique entendió que no procedía inventar la pólvora después de ganar a Croacia y por eso se limitó a un par de ajustes en defensa. Pau Torres y Jordi Alba regresaron al once.
El gol de España llegó pronto. En el minuto 8, tras un córner colgado por Koke que nadie remató. El balón sobrevoló a Suiza de banda a banda y lo recogió Jordi Alba en el pico del área, ubicado donde un lateral debe esperar un rechace. Según le venía, el culé empaló. Salió potente y Zakaria metió el pie tímidamente en su camino. Un error de juvenil en unos cuartos de final de una Eurocopa se paga. La trayectoria del balón cambió y Sommer solo pudo mirar de qué manera tan inocente le caía el primero.
Pese a que una ventaja tan tempranera debería haber ayudado a que los futbolistas de Luis Enrique se dedicasen a gestionar con inteligencia los tiempos del partido, la gestión emocional en una Eurocopa es complicada. España, con el toque por bandera, sufría para iniciar jugada desde su portero ante la presión adelantada suiza. Como si dar de vez en cuando un pelotazo fuese una herejía, la selección prefirió meter en problemas a Unai Simón antes que traicionarse a sí misma. En una de esas jugadas trastabilladas, Pau Torres tuvo que pelearse con Embolo para no regalar una posesión dentro del área. Como a perro flaco, todo son pulgas, en la pugna sobra la línea de cal, el atacante se lesionó. Tuvo que sustituirle Vargas.
La renta y los apuros hicieron que, por fin, España llevase el juego a un terreno más pragmático. La selección durmió el partido a la espera de desbrozar el camino al gol —un papel en el que ponía especial insistencia Ferran Torres—. Sin prisas. Un cabezazo de Azpilicueta que detuvo Sommer fue lo más destacado de la escasa producción ofensiva. Suiza se tuvo que dar por satisfecha con dos o tres córneres obtenidos y lanzados con buena intención por Shaqiri. Y nada más. Tan poco dio de sí el primer tiempo cuando España activó el piloto automático que Michael Oliver, el colegiado inglés, añadió un único minuto y nadie protestó.
España, al ralentí
Sarabia tuvo que dejar el campo en el descanso por unas molestias tras un pisotón recibido en el primer tiempo. Entró Dani Olmo. Se esperaba una Suiza impetuosa en la reanudación. El cuadro helvético debía a demostrarse a sí mismo que el equipo pertinaz que tumbó a Francia existía más allá de su lunes mágico. Pero la pierna de Shaqiri encontraba tan pocos socios que el del Liverpool acabó probando un gol olímpico.
España carburaba lo justo y antes de la hora de partido Luis Enrique retiró a Morata para dar entrada a Gerard Moreno. Con su adversario en punto muerto, Suiza empezó a animarse.
Empate a desgracias
Las desgracias se equilibraron en el minuto 68. Un balón que cortó un Laporte sobrado se estrelló contra su socio Pau Torres. El rechace favoreció a Freuler dentro del área, que solo tuvo que ponerle un pase raso a Shaqiri para que este pusiese el empate a puerta vacía. Un premio a su empeño.
Cuando mejor estaban los alpinos y peor España a Freuler se le cruzó el cable. Entrada con los tacos a la altura del tobillo a Gerard Moreno que se lo puso facilísimo al colegiado inglés: roja directa en el minuto 77 de encuentro.
Pese a la superioridad en los minutos finales, España no mostró indicios de prisa. Llorente entró al campo para no ser lateral, sino centrocampista, pero la prórroga fue inevitable.
El tiempo extra fue ya un partido en dimensiones reducidas sobre el campo suizo. Gerard Moreno falló una ocasión clamorosa que de haber protagonizado Morata hubiese sido sainete nacional, Sommer le sacó un balón a Jordi Alba en un chut desde una posición similar a la del primer gol. Volvió a aparecer el meta para seguir negándole otra acción clarísima al atacante del Villarreal y una tercera para lucirse a un tiro de Oyarzabal que buscaba la escuadra. El arquero volvía a opositar a héroe nacional ataque tras ataque.
En la segunda España empujó y empujó. Y no se rindió hasta que llegaron los penaltis, con Sommer ya candidato a ejercer de cristo sobre la cruz de la bandera suiza.
Falló Busquets el primero, lo tiró al palo. Gavranovic marcó. Dani Olmo hizo un golazo. Schär, especialista, falló también. Rodri, que salió a falta de dos minutos para el final de la prórroga para tirar el penalti, falló también. Y Akanji volvió a errar. Gerard Moreno marcó un golazo para devolver a España al buen camino y Vargas lo lanzó a la grada para casi enterrar a Suiza. Oyarzabal, con clase, metió a España en semifinales por primera vez desde el 2012. Su rival saldrá del enfrentamiento entre Italia y Bélgica.
Ficha técnica
1 (1) - Suiza: Sommer; Elveldi, Akanji, Ricardo Rodríguez; Widmer (Mbabu, min.101), Freuler, Zakaria (Scharr, min.101), Zuber (Fassnacht, min.92); Shaqiri (Sow, min.81), Seferovic (Gavranovic, min.82) y Embolo (Vargas, min.23).
Seleccionador: Vladimir Petkovic
1 (3) - España: Unai Simón; Azpilicueta, Laporte, Pau Torres, Jordi Alba; Busquets, Koke (min.91), Pedri; Sarabia (Dani Olmo, min.46), Morata (Gerard Moreno, min.54) y Ferrán Torres (Oyarzabal, min.91).
Seleccionador: Luis Enrique
Goles: 0-1, min. 8: Zakaria, en propia puerta. 1-1, min: 68: Shaqiri.
Penaltis: Busquets: fallo (0-0). Gavranovic: gol (1-0). Olmo: gol (1-1). Schar: fallo (1-1). Rodri: fallo (1-1). Akanji: fallo (1-1). Gerard Moreno: gol (1-2). Vargas: fallo (1-2). Oyarzabal: gol (1-3)
Árbitro: Michael Oliver (ENG). Amonestó a Widmer (min.67), Laporte (min.93) y expulsó a Freuler (min.77)
Incidencias: partido correspondiente a los cuartos de final de la Eurocopa disputado en el estadio Krestovski ante más de 26.000 espectadores.
