Lionel Messi, y su influencia en el juego de Argentina

Javier Lavandeira

DEPORTES

Mohammed Badra | EFE

27 sep 2022 . Actualizado a las 08:24 h.

Atrás han quedado los tiempos en los que Argentina dependía única y exclusivamente de su estrella. Messi ha sido, allá donde ha estado, un jugador diferencial, que hacía que todo girase alrededor de su juego, pero con el tiempo y aún con la presión que subyace en la selección, se ha ido convirtiendo en un futbolista complementario al juego colectivo de los equipos en los que participa. De esta forma estamos viendo cómo ha cedido el protagonismo a Mbappé en su equipo y cómo, posiblemente, dejará espacio al juego colectivo de su selección, en la que tendrá un rol esencial, pero difícilmente diferencial, tal como sucedía antaño.

En la parcela táctica vamos a exponer qué prevalece y qué le cuesta más desarrollar al Messi actual.

Lo primero que observamos es que cada vez le cuesta más desbordar, pero no en el sentido de que no sea un gran regateador, sino que la progresión en el regate ya no es tan progresiva y no supera tantas líneas rivales. También podemos decir que el Messi del Barca, que manifestaba constantes cambios de ritmo en su juego individual, dando sentido a la temporización colectiva, ahora cada vez selecciona más cuándo hacerlo y dónde hacerlo, necesitando más de una asociación dual, influyendo en la táctica colectiva de una forma más grupal y menos individual.

En cuanto a las múltiples características que perduran y siguen haciendo de él un jugador inteligente tácticamente, podemos observar que aporta:

1. Ventajas numéricas para sus compañeros, ya que atrae siempre a varios rivales.

2. Amplitud ofensiva, bien porque sale de los dos costados, obligando al rival a abrirse, bien porque, con su conducción horizontal, atrae y comprime a las defensas, posibilitando la ocupación en amplitud de otros compañeros de equipo.

3. Espacios libres. Con su actitud de no fijar su posición y tratar de encontrarla donde el juego más lo necesite, provoca un fenómeno de distracción-atracción, que posibilitará la aparición de sus compañeros, con movimientos diagonales y profundos.

4. Equilibrio en el juego. Dar el tempo adecuado, combinar horizontalidad con verticalidad, entender el juego sin balón de los compañeros y la asociación grupal continua posibilita manifestar un equilibrio ofensivo para atacar, y equilibrio defensivo para apretar tras pérdida.

Seguro que podríamos aportar muchas más características, que son productivas de su juego, pero lo que realmente nos gustaría destacar de Messi es su capacidad de adaptación al juego y en este caso, en este Mundial que se aproxima, tendrá que poner su calidad al servicio del colectivo y este grupo, a su vez, debe ayudar a que Messi vuelva a ser un jugador importante, rodeado de un sistema, modelo y futbolistas que se adecúen a su capacidad y funcionalidad actual.