Diez claves para entender por qué el turismo tira de la economía asturiana

Susana D. Machargo REDACCIÓN

ACTUALIDAD

PACO RODRÍGUEZ

El informe anual del Sita revela que la apertura de negocios de calidad no cesa, aunque la ocupación sigue concentrada en el verano. La rentabilidad crece, sobre todo, en Oviedo

16 may 2017 . Actualizado a las 19:03 h.

El turismo tira de la economía asturiana. Eso parece desprenderse del último informe del Sistema Información Turística de Asturias (Sita) que se acaba de publicar. Los datos son favorables desde todos los puntos de vista. Hay más plazas y más viajeros que se quedan más noches. Los precios crecen y la rentabilidad se dispara, más en Oviedo que en ningún otro sitio. Llegan más extranjeros. Gastan más dinero,...  El único lunar, por busca uno, es la estacionalidad. La mitad de los clientes del sector siguen llegando durante el verano. Para meses negros, ya están enero y febrero. Estas diez claves resumen cómo fue el 2016 para el mercado en el Principado y explican a qué se debe el optimismo con el que afrontan 2017.

1. Dos millones o siete. ¿Cuántos turistas hubo?

El informe del Sita es más amplio que el del Instituto Nacional de Estadística (INE). No solo contabiliza a los clientes de hoteles, cámpings y establecimientos rurales. También suma a los que se quedan en casas de familiares, a los que alquilar pisos de particulares y a los excursionistas, que son aquellos que hacen salidas de un día, procedentes de alguna localidad asturiana o de otras comunidades. Los 2.195.816 turistas que establecieron un nuevo récord en 2016, son solo los que pagaron en alojamientos colectivos. A esos habría que suma otros 2.794.675 que se quedaron con conocidos o que alquilaron y los 2.138.782 excursionistas. En total, más de siete millones de clientes, en apenas 12 meses.

2. ¿Qué alojamientos prefieren?

Los hoteles siguen absorbiendo la mayor parte de la demanda pero el peso del turismo rural crece año tras año. De hecho, proporcionalmente, los que más han subido son los apartamentos y los establecimientos rurales. Sin embargo, la mejora ha sido generalizada. Todos han tenido más clientes que se han quedado más noches. El reparto ha sido, incluso, equilibrado por territorios.

3. La apertura de plazas no cesa.

La oferta en Asturias no ha tocado techo. En 2016 hubo más camas disponibles que en 2015. En total, 84.962 repartidas en 3.467 establecimientos de todas las modalidades. En este caso, el motor son los negocios rurales y las viviendas vacacionales, que se alquilan y que ahora están incluidas en la nueva normativa de pisos turísticos aprobada por el Principado en agosto del año pasado. Hay un 21,4% más de plazas en las viviendas vacacionales. También el turismo rural crece. Pero, en cambio, los hoteles marcan un ligero descenso, que es más palpable en las categorías más bajas. 

4. Quién vive del turismo.

Los índices de ocupación medios del año por tipo de establecimiento revelan que, salvo en los negocios más profesionalizados, aún es difícil vivir del turismo. Los hoteles llenan, de media, el 40% de sus plazas. Pero los negocios rurales no llegan ni al 18%. Los apartamentos, que son muchos menos, superan ligeramente el 20%. Solo consigue superar el 75% los hoteles en el mes de agosto. Y solo en agosto. Julio es bastante inferior. De hecho, el turismo rural, en plena temporada, alta anda por el 60%.

5. Oviedo, la más rentable.

Pese a que los índices de ocupación aún están lejos de ser excelentes y a que la estacionalidad es una barrera por romper, los indicadores de rentabilidad remontaron en 2016. Los empresarios ganaron más dinero por habitación ocupada y por habitación disponible. Esos son los dos referentes que tienen en cuenta y que se despeñaron durante la crisis. El Sita explica que el mercado mejoró porque subieron los precios y también porque hubo más clientes. Ambos datos están íntimamente relacionados y salieron de los números rojos. El comportamiento de Oviedo es mejor que el de Gijón. Sus precios fueron mayores y sus ingresos también. Hubo, además, diferencias sustanciales en función de la época del año. La tarifa media diaria en agosto en Asturias fue de 78,51 euros. En enero, bajó a 49,53.

6. El turismo crece más que el resto.

El informe de 2016 recopila todos los datos y llega a la conclusión de que el turismo asturiano creció más que el resto de sectores. El Valor Añadido Bruto (VAB), que es el indicador de referencia, refleja que mientras la economía asturiana subió alrededor del 2%, aún con datos provisionales del INE, el sector ligado a los viajes llegó a +5,2%. Esto supone que concentró más del 10% de la economía regional, la meta que se había fijado el gobierno, y que movió más de 2.200 millones de euros.

7. A quién le gusta Asturias.

El perfil de los turistas, salvo por matices, apenas cambió. El más destacado fue la ligera recuperación del mercado extranjero. Los turistas internacionales representaron el 15,8%. Francia, Reino Unido, Portugal e Italia, por ese orden, fueron los principales emisores. Esa distribución es la habitual de los últimos años, aunque con esa evolución positiva por el medio. El mercado nacional rozó el 80%, con los madrileños a la cabeza, seguidos de castellanoleoneses y vascos. El informe destaca el buen comportamiento de otras comunidades, aunque tienen un peso menor. Ese fue, por ejemplo, el caso de Andalucía.

8. La mitad vienen en verano y reservan en internet.

El hándicap sigue siendo desestacionalizar. El Principado promociona nuevos productos en nuevos mercados, vende otras épocas del año y los eventos singulares que llenan el calendario de todas las estaciones. Pero el verano aún es el verano. El 47,3% de todos los viajeros que recalaron en Asturias lo hicieron entre julio y septiembre. La tendencia general es que el resto de los meses también suban pero es complicado. Las cifras de enero y febrero fueron las peores. Del mismo modo, la modernización y la aplicación de las nuevas tecnologías al sector constituye otro reto. Ocho de cada diez viajeros se informó a través de internet pero apenas el 50% utilizó este medio para reservar. Tres de cada diez lo hicieron en centrales de reserva y páginas especializadas. Menos del 20%, directamente en la web de los alojamientos.

9. Nada como la gastronomía y la gente.

La nota que los viajeros otorgaron al turismo del Principado fue muy elevada. Nada baja del notable alto. Pero cuando tuvieron que elegir lo hicieron. ¿Qué es lo que más les gustó? La gastronomía y el trato con la gente. Estos dos apartados recibieron un 8,7 sobre diez. El turismo gastronómico fue un reclamo cada vez mayor y el Principado, consciente de ello, lo está utilizando, convirtiéndolo en un producto de calidad. Marcas como Mesas de Asturias, Sidrerías de Asturias (de reciente creación) y el sello de Alimentos del Paraíso lo confirman. El trato personalizado, algo que permite un mercado no masificado, es siempre otro de los grandes atractivos.

10. Pueblos y museos.

El turista tipo asturiano llega concienciado de que va a hacer kilómetros. El coche particular fue el principal medio de transporte para viajar a la región (el avión ganó terreno pero no amenaza, ni de lejos, al automóvil). Una de las razones es porque los viajeros recorren Asturias de este a oeste de la costa al interior sin tendencia al agotamiento. Así lo reconocieron en todas las estadísticas. Las localidades más visitadas fueron Oviedo, Gijón, Cudillero y Llanes. Entre los rincones más valorados, el caso antiguo de Oviedo. Cuando ya se habla de recursos de pago, la Catedral de Oviedo y dos museos, el Bellas Artes y el Jurásico. Lejos de los núcleos de población dos actividades de turismo activo se encumbraron en el top: el descenso en piragua de ríos y las excursiones con guías. Fueron las que registraron más clientes. Sin embargo, las más valoradas, con un 10, fueron las rutas a caballo.