Puigdemont reitera su plan secesionista en un discurso plagado de falsedades

MERCEDES LODEIRO LA VOZ EN BARCELONA

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Habla de mediación mientras convocan para el lunes el pleno de independencia

05 oct 2017 . Actualizado a las 07:16 h.

Carles Puigdemont mantiene la hoja de ruta de su desafío independentista. Horas después de que la CUP presionase públicamente asegurando que en el pleno del lunes el Parlamento catalán declarará la independencia, el presidente catalán compareció en televisión para justificarse ante los catalanes y el resto de los españoles con un discurso en el que entremezcló el catalán con el castellano y que estuvo plagado de tergiversaciones y falsedades. La única novedad en su discurso fue un duro ataque al Rey («así no», dijo antes de acusarlo de someterse al Gobierno), que contrasta con sus continuas apelaciones al diálogo.

Al igual que hizo gala de un espíritu de diálogo que contrasta con su insistencia en condicionarlo a la celebración de un referendo, lo hizo también de un proceso pacífico, para lo cual insistió una y otra vez en dar una imagen de hecho insólito a la actuación policial del domingo, y obviando tanto la pasividad de las fuerzas de seguridad catalanas como los casos de hostigamiento de los últimos días.

Falseó también la realidad al asegurar que sus propósitos independentistas reciben cada vez más apoyos internacionales, cuando todavía ayer el Parlamento Europeo insistió en que fuera de la ley no cabe nada y le hizo un llamamiento a su cumplimiento. Y reiteró su apelación a una mediación internacional pese a que la Unión Europea dejó meridianamente claro ayer que no tiene nada en que mediar.

Inmediatamente después de la intervención del presidente catalán, que duró ocho minutos, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, le pidió que rectifique y «que respete a España, a Cataluña y sus instituciones». Con semblante muy serio, la vicepresidenta del Gobierno concluyó: «Cada mensaje de Puigdemont es un desasosiego; fuera de la ley no hay democracia ni derechos y hace tiempo que Puigdemont vive fuera de la ley».

El pleno, el próximo lunes

La ambigüedad del presidente catalán, que no habló de independencia, pero sí de que cumplirá con los planes previstos, es una forma de no abrir aún más las brechas en el seno de la coalición independentista, que se debate en el procedimiento y en el alcance de la declaración que tienen previsto aprobar en el pleno del Parlamento catalán convocado para el próximo lunes. En esa sesión, los parlamentarios secesionistas tienen intención de declarar de modo unilateral que Cataluña es una república independiente. Sería una declaración pactada entre Junts pel Sí y la CUP, aunque todavía no se han puesto de acuerdo en si será tras una votación de los diputados o se limitarán a una declaración institucional. En cualquiera de los casos, el órdago es el mismo, no se contará con la oposición, que representa a más catalanes, porque han tenido más votos. Ni con los letrados de la Cámara, que ayer advirtieron que un pleno de esas características es ilegal, ya que contraviene las disposiciones del Tribunal Constitucional.

Los independentistas siguen con su estrategia de ocultación y de hechos consumados. Hablan de pleno «ordinario excepcional», pero niegan que su objetivo sea hacer esa declaración. Justifican los portavoces del PDECat, Esquerra y la CUP en su escrito enviado a la Mesa que esa sesión servirá para que el presidente de la Generalitat valore los resultados del referendo ilegal. Teniendo en cuenta los controvertidos cambios realizados por estos grupos en el reglamento del Parlamento catalán, pueden introducir en cualquier momento en el orden del día una iniciativa en ese sentido para sorprender a propios y extraños.

Las disensiones entre los independentistas es lo que ha impedido sellar el modelo de sesión. Juegan con la expectación. La diputada anticapitalista Mireia Boya dijo que «se trata de un pleno para declarar la independencia o para proclamar la república». Compañeros de Junts pel Sí también admitieron que esa es la finalidad. Sin embargo, al PDECat y a Esquerra les empiezan a salir sarpullidos. Algunos no comparten la idea de hacer una declaración «dura» de ruptura, como les exige la CUP, y prefieren hacerla «en diferido». Es decir, negociar durante seis meses hasta llegar a unas elecciones con la secesión como único punto del programa independentista.

Cataluña fue la comunidad donde más se vio al Rey, con ocho de cada diez espectadores

Tres millones de catalanes vieron en algún momento el discurso que el Rey pronunció la noche del lunes, que alcanzó una audiencia media de 2.853.000 espectadores en Cataluña. Esto equivale a más de ocho de cada diez personas (83,5 %) que veían la televisión en la comunidad. De ellos, 918.000 (28,3 %) siguieron la intervención a través de TV3, que no emitió el mensaje de Navidad.

En el conjunto de España, Felipe VI congregó a 12,4 millones de espectadores en 30 cadenas, lo que convierte su alocución en el discurso real más visto en dos décadas. La cuota fue de un 76,7 %, según datos de Kantar Media difundidos por Barlovento Comunicación. Telecinco fue el canal con mayor seguimiento, por delante de La 1 y La Sexta.

En Galicia, la intervención congregó ante el televisor a 620.000 personas, un 72,3 % de los espectadores gallegos. Por detrás de Cataluña, Andalucía fue la comunidad con mayor número de televidentes.