El certamen «incrustado» desde hace 20 años en la Semana Negra y dirigido por Javier Bauluz concentrará exposiciones, debates, proyecciones y presentaciones sobre la gran crisis humanitaria
06 jul 2016 . Actualizado a las 22:05 h.Desde hace 20 años, unos cuantos días del verano gijonés abren en mitad del ocio estival y del ambiente festivo un mirador frontal hacia aquello que menos quisiéramos ver: el mundo tal y como lo captan los fotorreporteros que cubren en primera línea los conflictos internacionales. Incrustado en la Semana Negra desde que el fotoperiodista asturiano y Premio Pulitzer Javier Bauluz tomase la iniciativa de proponérselo al entonces director de la SN, Paco Ignacio Taibo II, el Encuentro Internacional de Fotoperiodismo Ciudad de Gijón no ha fallado ni un solo año desde entonces, acercando al peregrino recinto de la Semana algunas de las primeras cámaras mundiales, periodistas, testigos o protagonistas directos en los puntos más calientes del planeta. Este año, como «no podía ser de ot manera», los refugiados están en el centro de la mirada de un certamen que durante dos décadas se ha dirigido hacia un mundo que «no ha cambiado o ha cambiado a peor».
Lo diagnosticaba hoy Javier Bauluz en la presentación de unos Encuentros que se desarrollarán entre el miércoles 13 y el sábado 16 de julio, pero que mantendrán abierta al público la exposición central -Somos Refugiados- desde la apertura de la SN, el día 8, hasta su término, en una de las carpas del recinto de Naval Gijón. La muestra será seguramente la cara más visible, con imágenes de Lesbos, Idomeni, el Mediterráneo oriental o las fronteras balcánicas firmadas por Santi Palacios, Olmo Calvo, Sergi Cámara y el propio Bauluz; pero también con otras instantáneas, pertenecientes estas a los Archivos de la Guerra Civil del PCE y de la agencia Associated Press, que recuerdan «cuando nosotros éramos los refugiados»: fotografías en blanco y negro que muestran «prácticamente las mismas situaciones» que cada día se están dando en los confines europeos, Turquía, Próximo Oriente o el norte de África.
Dice Bauluz que ha estado tentado de llevar al blanco y negro las imágenes del presente para recalcar esa identidad. Y también la continuidad de los males que alimentan esas tragedias: la xenofobia que «está tomando mucha fuerza» en Europa y que, en su aspecto político «podría llamarse fascismo», frente a la «Europa de los Derechos Humanos». Tanto las exposiciones, veladas audiovisuales, videoproyecciones y pases de documentales, como las mesas redondas del Encuentro, incidirán seguramente con toda la contundencia posible en esos mismos mensajes. Además de los fotorreporteros participantes en la exposición, tomarán la palabra protagonistas del éxodo español de la guerra civil y alguna de las refugiadas sirias, junto a periodistas de la cámara o la letra escrita, activistas e historiadores: Alejandro Zapico, Fran Sevilla, Jaime Alekos, Jesús Brandulas, Fabiola Barranco, Carmen Bascarán, Patricia Simón, Mariana de la Fuente, Chema Castiello...
Se celebrarán además dos estrenos: los de los documentales Bombardeadas, refugiadas y niñas, del asturiano Alejandro Zapico, y La fuerza de los pequeños, de Patricia Simón, y la presentación del libro Siria, el país de las almas rotas, de Javier Espinosa y Mónica García Prieto. Y, si es posible, el Encuentro vivirá uno de sus momentos más especiales e intensos con la conexión en directo en la noche del sábado 16 de julio con el barco de rescate en el Mediterráneo de Proactiva Open Arms donde viajan los periodistas Mikel Konate y Santi Palacios: una embarcación que -cuenta Bauluz- ayer mismo rescató en su primer día de navegación a un millar de refugiados.
La «partida», dice el fotorreportero ovetense, está planteada. Su resultado es incierto, y en él va mucho en juego: «Si no somos capaces de proteger a los hijos del vecino que llaman a nuestra puerta, seguramente no sabremos defender a nuestros propios hijos», advierte Bauluz.