El «vertido» de Gijón es espuma de mar atrapada entre un banco de algas

E.G. Bandera GIJÓN

GIJÓN

La alcaldesa niega que se trate de contaminación y garantiza que no afecta a la calidad del agua para el baño. La fuga del emisario de Peñarrubia sigue igual que en junio

05 sep 2016 . Actualizado a las 21:05 h.

La voz de alarma la dio un vecino por teléfono a las 10.30 de la mañana del domingo. Doce horas después aún seguía un operativo en el que participaron efectivos de la Policía Local, el Seprona, Salvamento Marítimo, la Empresa Municipal de Aguas y personal de empresas municipales y de la dirección regional de Prevención y Control Ambiental para dilucidar si la mancha en el mar por la que saltaban las alarmas el domingo procedía o no del emisario submarino de Peñarrubia. Hoy, a las 8.30 horas, bomberos y un técnico del servicio municipal de Medio Ambiente salían en lancha para tomar dos muestras que, de la simple observación visual in situ, «parecen estar formadas por grupos de algas flotantes y espuma de mar atrapada en ellas».

Al ser observadas por microscopio en el laboratorio de la Empresa Municipal de Aguas (EMA) de la estación depuradora de La Reguerona, se aprecian algas rojas, protozoos y restos gelatinosos que podrían deberse a medusas. En los próximos días se conocerá un análisis más detallado de estas dos muestras (DBO5, pH, amonio, aceites y grasas e hidrocarburos), que han sido enviadas a un laboratorio externo.

La vista al microscopio es de algas

Sí se midió el pH de ambas muestras y los valores eran ordinarios. También se recogía una segunda tanda de muestras dentro de los análisis semanales (cada lunes) que realiza el Ayuntamiento de Gijón para comprobar la calidad de las aguas en doce puntos del concejo y, con todos estos datos, la alcaldesa, Carmen Moriyón, lanzaba esta tarde un mensaje de tranquilidad. «Las dos muestras no presentan restos de aguas residuales, la vista al microscopio es de algas y no hay motivo de peligro».

En concreto, explicó que son algas matas algodonosas de color rojo, que se denominan alga roja Asparagosis armata y que están formadas por finos filamentos que pueden alcanzar hasta 3 y 4 centímetros de longitud. Este tipo de alga roja está catalogada como especie invasora, procede de las costas de Australia y Nueva Zelanda y se introdujo en las costas españolas a través de los cultivos de ostras. De hecho, está muy extendida en las costas de Galicia, Asturias, el País Vasco y el Mediterráneo.

Los expertos dicen que no se intervenga

En ocasiones, pueden llegar a ser una auténtica plaga, pero en el caso de Gijón la alcaldesa aseguró que los expertos han recomendado que, por el momento, no se intervenga puesto que no afecta a las playas. Moriyón, que facilitó un enlace para observar las fotografías tomadas en la inspección en lancha,  explicó que también había ordenado que la Empresa Municipal de Aguas (EMA) contratara los servicios de un equipo de buzos para que hoy también, a partir de las 15.30 horas, realizasen inmersiones en la zona de Peñarrubia para comprobar el estado del emisario.

Esos mismos buzos, explicó, realizaron un total de 25 inmersiones los pasados martes y jueves con vistas a las inminentes obras de reparación de esta infraestructura. «Se tomaron 15 muestras de agua tras hacer un bombeo expreso en el emisario y no se detectó ninguna cuestión anormal. Hoy exigí que volvieran los buzos, que aún están de inmersión, para comparar si había una rotura, pero a estas horas (pasadas las 17.30 horas) no han encontrado ninguna. La fuga ya había quedado localizada en las anteriores inmersiones y, en el primer medio kilómetro, está la más llamativa», explicó Moriyón.

Por la vía de urgencia

Las inmersiones de la semana pasada son el primero de los pasos que deben darse antes de que la empresa pública Tragsa acometa la reparación de esa fuga. La semana que viene se realizará una batimetría porque, según dijo Moriyón, «hay sospechas de que el emisario esté desplazado y es una información necesaria para realizar la reparación a la mayor brevedad posible». Con Tragsa, en este sentido, ya se han mantenido dos conversaciones y las obras se tramitarán por la vía de urgencia, a través de un convenio entre administraciones que permite agilizar los tiempos.

«24 horas después de la alarma estos son los datos», dijo Moriyón, que agradeció la colaboración de la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente («hablé con la consejera en tres ocasiones») y que también dispondrá de un informe gráfico de la mancha desde el aire realizado con el Helimer Cantábrico. «No era descabellado pensar que era una fuga mayor de la que ya hay», añadió, «no vengo a decir que el problema esté solucionado y que todo es maravilloso, pero sí se puede tranquilizar con datos objetivos a la ciudadanía».

«El problema del saneamiento sigue»

¿Por qué pudo surgir esa mancha de algas rojas y espuma? «Esto ya es una opinión, pero dicen que en muchos casos las algas quedan bajo la arena, como nos ha pasado en el Tostadero, se pudren y huelen. La semana pasada hubo mar de fondo y, de hecho, los buzos que realizaron las inmersiones se llevaron golpes incluso. Quizá eso haya provocado que se hayan movido, pero es una opinión que hay que tomar con cautela».

La alcaldesa también es muy consciente, como insistían los grupos de la oposición esta mañana, de que «el problema del saneamiento sigue, porque estamos en la misma fase de buscar una alternativa» después de que los tribunales impidieran la apertura de la depuradora de la zona este como pedían los vecinos del Pisón.