100 puntos de juguetes solidarios

GIJÓN

Alys Rodríguez, Diana Moisés y Jenny Riveros y, en primer término, Roberto Cabo, en la juguetería de Mar de Niebla..Alys Rodríguez, Diana Moisés y Jenny Riveros y, en primer término, Roberto Cabo, en la juguetería de Mar de Niebla.
Alys Rodríguez, Diana Moisés y Jenny Riveros y, en primer término, Roberto Cabo, en la juguetería de Mar de Niebla. Elena G. Bandera

Son los puntos que se asignan por niña o niño y el único requisito es gastar 20 puntos en un libro y un peluche. Así funciona la juguetería con la que Mar de Niebla se aleja del asistencialismo para garantizar que a ninguno le falten regalos por Navidad

14 dic 2017 . Actualizado a las 08:13 h.

Cada niña o niño tiene asignados 100 puntos. A una familia con tres retoños se le asigna, por lo tanto, 300 puntos. Una bicicleta, por ejemplo, son 70 puntos. El único requisito es que, de esos 100 puntos, 20 se gasten en un libro y en un peluche. Así funciona la juguetería solidaria que Mar de Niebla, la asociación que trabaja por la inclusión social desde el barrio de La Calzada, ha puesto en marcha pensando en las familias que no tienen recursos suficientes para que sus hijos reciban regalos por Navidad. 

«Si quieres niños y niñas con creatividad dales tiempo para jugar» es una de las frases que se han escogido los pequeños participantes del grupo de infancia de Mar de Niebla para elaborar los carteles que adornan esta juguetería que estará abierta hasta el próximo 18 de diciembre para 120 familias que, en su mayoría, participan en los diferentes proyectos y programas de la asociación a lo largo de todo el año. Otras han sido derivadas por entidades con las que colabora Mar de Niebla, ya que no tienen espacio suficiente en sus locales para albergar los juguetes que proceden de diversas campañas de recogida organizadas por todas ellas. «Nos dan una lista y preparamos la cita para que vengan», explica Diana Moisés, técnica de inserción de Mar de Niebla y responsable de la juguetería.

Abierta también al barrio hasta el 22 de diciembre

Del 19 al 22 de diciembre, este espacio solidario también abrirá sus puertas de nuevo a todo el barrio, a cualquier familia que quiera acudir en busca de regalos para sus hijos. Una opción interesante incluso para quienes, pese a tener recursos, opten por darle una segunda vida a juguetes en perfecto estado e incluso que ni siquiera han sido estrenados. En este caso, en lugar de puntos, se entregará un donativo mínimo por los juguetes. «Todo lo que se recaude se destinará a los proyectos educativos de Mar de Niebla», indica Moisés, que imparte el curso de Aprendizaje y Servicio (ApS) de Comercio y Atención al Cliente del que ha surgido la idea de la juguetería solidaria. «El aprendizaje-servicio es una metodología que busca que las personas aprendan haciendo algo que beneficie a la población, que tenga un beneficio social», explica. 

Un método que une aprendizaje y compromiso social, identificando necesidades que existen en el entorno para mejorarlas, desarrollando un proyecto solidario como es el caso de esta juguetería. «Con anterioridad habíamos realizado campañas de juguetes por Navidad en las que las familias nos daban una lista con lo que les gustaba a sus hijos y les entregábamos una caja con los regalos, pero queríamos algo que tuviera un carácter menos asistencialista y de ahí surgió esta juguetería solidaria», cuenta Moisés.

Las familias escogen los regalos de manera autónoma y confidencial

La juguetería, además, está atendida por el alumnado del curso de ApS de Comercio y Atención al Cliente, que se inició en octubre, y ocupa una de las estancias que hasta ahora estaban sin uso en las instalaciones de Mar de Niebla. Se pintaron paredes, suelo e incluso el portón por el que entran las familias a elegir lo que quieren regalar a sus hijos que, por supuesto, no están presentes en ese momento.

La elección se realiza de manera autónoma y confidencial. De hecho, esa intimidad se guarda gracias a la colocación de una cortina que separa la juguetería del resto de estancias. «Cada familia entra y, como mínimo, pueden echar media hora en escoger lo que quieran». Además, voluntarios de la asociación dedican dos días a la semana a revisar, limpiar y preparar todos los juguetes y los libros de manera que la juguetería siempre tenga una buena muestra de todos ellos. Y hay absolutamente de todo y en perfecto estado. 

La mayoría, por el sistema de puntos, rondan los 30 y los 50, pero también hay muchas opciones por 10 y 20 puntos. «Las familias se llevan cinco o seis paquetes por niño», explica Moisés, que añade que se ha escogido una decoración navideña lo más laica posible para respetar la diversidad del barrio.