El contenedor marrón gana terreno en Gijón

E. G. B. GIJON

GIJÓN

Uno de los contenedores de basura orgánica hasta ahora reservados a los colegios con comedor, que ya pueden ser usados por los vecinos
Uno de los contenedores de basura orgánica hasta ahora reservados a los colegios con comedor, que ya pueden ser usados por los vecinos

Ya pueden utilizarse los 38 que hasta ahora estaban reservados a los colegios con comedor y en marzo se instalarán 350 más para seguir impulsando la recogida selectiva orgánica

07 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El contenedor de tapa marrón, al que se tiran los residuos domésticos orgánicos, sigue ganando terreno en Gijón. A los 497 que ya existen desde finales del año pasado, se sumarán en marzo otros 350 que se instalarán en diez zonas del Polígono de Pumarín, Nuevo Gijón, Montevil, Viesques, Nuevo Roces, La Calzada y parte de El Natahoyo, en donde ya se realiza la recogida separada orgánica. Asimismo, los vecinos de las zonas en las que están colocados los contenedores marrones hasta ahora reservados a 38 colegios con comedor escolar, que se reparten por toda la ciudad, ya pueden utilizarlos para tirar sus residuos orgánicos abriéndolos con su tarjeta ciudadana.

La respuesta de los gijoneses que tienen en su entorno uno de estos contenedores está siendo además positiva: la recogida orgánica crecía un 45% en 2018, al pasar de las 491 toneladas en 2017 a las 710 del año pasado. La Empresa Municipal de Servicios del Medio Ambiente Urbano (Emulsa), que mañana recoge dos pajaritas azules de nuevo en Madrid como premio a la excelencia en la gestión de residuos, considera clave la recogida separada de basura orgánica para conseguir que en Gijón se reciclen el 50% de los residuos domésticos.

La Unión Europea estableció en 1998 que todos sus estados miembros debían alcanzar ese porcentaje en 2020. Sin embargo, el reciclaje en Gijón de momento sigue a medio camino de ese objetivo con un 27%, un porcentaje similar al del resto de España.

En marzo, con la instalación de esos nuevos contenedores marrones, se atendería a una población de unos 80.000 habitantes, lo que permitirá ampliar el servicio de recogida orgánica a unas 6.600 viviendas más.

Entre esas nuevas zonas se encuentra el triángulo de calles situadas entre Sanz Crespo, Carlos Marx y la avenida de Portugal; el barrio de Santa Bárbara y parte de las calles que quedaban por tener este servicio en Nuevo Gijón; todas las calles situadas al sur de Velázquez y de la carretera de la Carbonera, así como las del entorno del Centro Municipal Pumarín-Gijón Sur y las situadas entre la avenida Constitución, Gaspar García Laviana, Roncal y Pérez de Ayala, así como todas las calles de El Coto y las situadas al sur de la carretera de Villaviciosa y al oeste de Justo del Castillo.

En 2018, cada gijonés generó 125,7 kilogramos de basura, de los que el 27,12% fueron separados para el reciclaje. En 2017, había sido un 25,3%. Desde Emulsa se destaca, en todo caso, que en los últimos ocho años el reciclaje se ha incrementado en la ciudad casi en un 10%. El resto de recogidas selectivas también se han incrementado en comparación con 2017: la de cartón en un 7%, la de los envases un 11% y la de vidrio, en menor medida, con un 3%.

Al contenedor marrón, que empezó a instalarse en 2015 como prueba piloto en el barrio del Polígono de Pumarín, deben tirarse los residuos de alimentos, cocinados o no, además de servilletas o manteles de papel usados y sucios, tapones de corcho, cerillas, serrín, posos de café o bolsitas de infusiones. Por contra, no deben tirarse en él residuos como colillas, restos de barredura, tiritas, excrementos de animales o pañales, que deben ir al contenedor verde.