En 2018, en una manifestación de pensionistas y jubilados en Oviedo
La primera actuación en público de la charanga Ventolín, en los carnavales de 1981 o 1982
En los primeros años de la charanga, en una manifestación, en los años 80
Con «Rufo», en una manifestación contra la entrada de España en la OTAN en Oviedo
Durante una actuación, a principios de la década de los años 2000
En los inicios, en los primeros años 80, en uno de los carnavales de Gijón
En unos carnavales, en el Café Gijón, a finales de los 90
Durante el 1º de Mayo, en 2010, en Toulouse
En 2012, en Bermeo, tras recibir al barco «Estelle», de la Flotilla de la Libertad Rumbo a Gaza
El año pasado, en Mieres
En 2018, en la Semana Negra, con miembros de Sahara Libre
En 2018, en la protesta por la contaminación de la playa de San Lorenzo
Lleva desde los primeros años 80 siendo la banda sonora de las luchas en Asturias y mañana celebra su 12ª Ventolera republicana en el Pueblo de Asturias: «Si no aparecemos en una manifestación, la gente nos echa de menos»
Ventolín es un personaje de la mitología asturiana que, según algunas leyendas, adormece con hermosos cánticos a los niños pequeños y que reconforta a los adultos mientras duermen, llevándoles el recuerdo de aquellos que añoran. La Charanga Ventolín, la misma que alegra con su música cualquier manifestación, concentración o acto solidario desde principios de los años 80 en Asturias, debe precisamente su nombre a los amables ventolinos. «Somos músicos. No llevamos soluciones económicas, pero transmitimos hermandad hacia la causa del otro. Intentamos paliar el dolor de quienes lo están pasando mal», dice Falo Patallo, uno de los fundadores de la charanga, que celebra mañana, a partir de las cuatro de la tarde, su 12ª Ventolera Republicana en el Tendayu del Pueblu d'Asturies.
Un evento en el que se conmemora la República y que empezó a celebrarse con motivo del 25 aniversario de la charanga, hoy formada por una veintena de personas que comparten el fuerte compromiso con las causas justas y la defensa de los derechos sociales, civiles y políticos, que es la razón de ser de la Ventolín. «La primera ventolera fue tan famosa que consideramos que era una obligación seguir haciendo algo tan guapo», explica Patallo. Una fiesta que, como la que se celebraba en Los Maizales, es uno de los acontecimientos para la izquierda asturiana.
Todos los años, además, aprovechan para reconocer a un colectivo o persona que haya destacado en su lucha por las libertades y, en esta ocasión, van a ser les pandereteres Nun Tamos Toes. La Charanga Ventolín fue reconocida en 2017 con la Medalla de Plata de Gijón. «También la Sociedad Cultural Gijonesa nos dio el premio Rubio en el 2014, pero no estamos en esto para recibir galardones, sino para estar con la gente. Y lo vamos a seguir haciendo con medalla o no», dice otro de sus fundadores, Miguel Ángel San Miguel.