Se trata de un texto «emocionante», según el jurado, que alza la voz contra la discriminación que sufren las personas que padecen problemas de salud mental
12 sep 2019 . Actualizado a las 14:57 h.La novela West End, del autor ibicenco José Morella, ha obtenido el premio Café Gijón 2019, un texto «emocionante», según el jurado, en el que el autor, entremezclando personajes reales y ficticios, alza la voz contra la discriminación que sufren las personas que padecen problemas de salud mental. José María Guelbenzu ha presidido el jurado de la 69 edición de este premio literario dotado con 20.000 euros y que ha sido otorgado por mayoría a Morella (Ibiza, 1972), autor también de novelas como Asuntos propios, que fue finalista del Premio Herralde y galardonada con el Premio Qwerty al Mejor Narrador Revelación, informa Efe.
En la novela ganadora del Premio Café Gijón 2019, que publicará el próximo enero la editorial Siruela, el narrador, ante la necesidad y el deseo de descubrir el misterio que siempre ha rodeado la figura de su abuelo «loco», habla de su familia, en un recorrido por la posguerra, la emigración de andaluces a Ibiza y la transformación que la isla sufrió bajo la explotación del turismo.
«El autor propone una trama muy bien construida, que entrevera las historias del narrador y del abuelo con una naturalidad muy convincente», ha destacado el jurado que ha hecho público su fallo en una rueda de prensa celebrado este jueves en el Café Gijón de Madrid.
Narrada en primera persona, el autor se adentra en la Andalucía de la postguerra y en la Ibiza de los años 70, con la llegada masiva de los turistas que cambian el paisaje social de la isla. Y lo hace de la mano de un personaje real, su abuelo materno Nicomedes Miranda, un hombre originario de un pueblo de Córdoba que fue víctima de los abusos, la negligencia médica y la estigmatización que sufrió por sus problemas de salud mental.Su psicosis fue un tabú incluso en su propia familia, en la que solo se la nombraba con eufemismos, según se relata en West End, titulo que hace referencia a una zona de la ciudad ibicenca de Sant Antoni en la que se aglomeran bares y discotecas turísticas.
Circunstancias que vivió el propio autor, ya que la novela nació de una inquietud suya desde niño ya que en su familia, «muy mediterránea» en el sentido de su unión, se hablaba mucho de todo pero nunca se explicaba la enfermedad que padecía su abuelo, que tenía episodios psicóticos. «Hablaban de que estaba malo, y nadie explicaba nada más», ha recordado Morella, que años después intentó averiguar qué le ocurría y se dio cuenta de que ni su madre ni sus tíos conocían de verdad el diagnóstico clínico de su abuelo, que sufrió discriminación por ser un inmigrante humilde y, además, con esquizofrenia, según ha explicado.
Ser discriminado por varias cosas a la vez «es mucho peor», ha dicho el autor que ha destacado que sintió la necesidad de «ponerle palabras y abrir una puerta para que mi familia pudiera hablar». Por eso, ha reconocido que esta novela es muy emocional para él: «hay algo terapéutico siempre en la escritura y para mi ha sido algo evidente». Pero no es la primera vez que Morella escribe sobre la discriminación ya que en Asuntos propios (Anagrama) trató este asunto, en ese caso de personajes discriminados por edad y por raza.
Morella ha publicado también las novelas La fatiga del vampiro, una biografía ficticia de Julio Cortázar, y Como caminos en la niebla, en la que explora la vida desenfrenada y a contracorriente del psiquiatra anarquista Otto Gross.
El jurado ha estado integrado además por Rosa Regàs, Mercedes Monmany, Antonio Colinas y Marcos Giralt Torrente. El Premio Café Gijón fue instituido en 1949 por el actor Fernando Fernán-Gómez y algunos amigos con los que compartía tertulia en el célebre café del Paseo de Recoletos, como Camilo José Cela, José García Nieto, Manuel Aleixandre y Eduardo Haro Tecglen, entre otros.
En 1989 el Ayuntamiento de Gijón tomó la decisión de dar un nuevo impulso a este premio, ya en la modalidad de novela larga y con un considerable aumento de su dotación económica, una vinculación que la ciudad asturiana sigue manteniendo «con este otro Gijón de la villa de Madrid», ha dicho su alcaldesa en la rueda de prensa, Ana González.