Un perito avala que Silvia Hernández pudo morir tras un forcejeo

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Juicio por la muerte de Silvia Hernández
Juicio por la muerte de Silvia Hernández

Los forenses que realizaron la autopsia señalan la existencia de dos pinchazos realizados por arma blanca a la altura de la axila y en el estómago

06 nov 2019 . Actualizado a las 14:10 h.

Uno de los peritos forenses que trabajó en el caso de la muerte por arma blanca de Silvia Hernández, supuestamente a manos de su pareja, ha asegurado que la posición de las heridas «no cuadra» con que la víctima sufriera un ataque frontal y podrían haberse producido en un forcejeo entre la pareja, tal y como afirma el acusado.

El acusado C.G.V., cuya condena a cuatro años de cárcel por homicidio por imprudencia grave fue anulada por contradicciones en el veredicto, se enfrenta ahora a la petición de condena de 22 años de prisión, que interesan la Fiscalía y la Abogacía del Estado por un delito de homicidio y la solicitud de la pena de prisión permanente revisable por parte de la acusación particular y la popular, ejercida por la Asociación de Abogadas para la Igualdad, por un delito de asesinato.

En la segunda sesión del juicio, que se celebra en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, los peritos forenses que realizaron la autopsia a la víctima, S.H.A., han apuntado a la presencia de dos pinchazos provocados por un arma blanca en la zona torácica y en el hueco de la axila de la víctima, uno de los cuales afectó al estómago y finalmente provocó su muerte.

Según el relato fiscal, la pareja inició una «acalorada discusión» sobre las 02.30 horas del 13 de marzo de 2016 y al llegar a casa, en un momento dado, el acusado cogió un cuchillo, de 22 centímetros de longitud y una hoja de 11,5 centímetros, y se lo clavó a la víctima al menos en dos ocasiones en la zona torácica y a nivel de la axila.

Sin embargo, el acusado ha mantenido en el juicio que las heridas se produjeron en el transcurso de un forcejeo en el rellano de la escalera del domicilio conjunto durante el que ella tenía un cuchillo de cocina en la mano y él trataba de tranquilizarla.

«En un ataque de frente es un poco absurdo atacar haciendo una curva», ha considerado uno de los peritos, que ha señalado que en una acometida frontal «el hueco axilar no es un sitio que parezca excesivamente accesible», por lo que no le «cuadra» un enfrentamiento de este tipo.

Las dos principales heridas de la víctima han protagonizado gran parte de la sesión de este martes, en la que el mismo perito forense ha considerado que el relato del acusado es «sólido, lineal» e «hilado» y podría ser compatible con las heridas causadas.

Según ha relatado, la muerte de la víctima se debió a que una de las heridas produjo una perforación del estómago que provocó la salida del contenido del estómago a la cavidad abdominal lo que desembocó en una peritonitis que terminó provocando un fallo multiorgánico.

Los peritos, que sitúan la muerte cerca de las 01.00 horas del 14 de marzo, han señalado que la víctima no agonizó durante horas, sino que «murió sin darse cuenta y en relativamente poco tiempo» tras entrar en shock.

Además, han asegurado que estaba en sus facultades mentales para haber decidido ir al médico, que en circunstancias «normales» le habría suturado la herida que provocó la muerte sin más complicaciones.

La pareja convivía en un domicilio «insalubre totalmente», ha relatado uno de los agentes de la Policía Nacional que acudió al lugar de los hechos el 14 de marzo después de que el acusado alertara al 112 de lo sucedido.

Además, según manifestaron vecinos a los agentes, en el domicilio «siempre había pelas, discusiones y gritos» hasta el punto que vecinos habían escuchado a la mujer amenazar con lesionarse para denunciar a su compañero.

Sobre la inspección ocular, varios policías han coincidido en que el cuchillo se encontraba «tirado en el colchón» de una de las habitaciones de la vivienda, pero no escondido sino semioculto debido a que la cama estaba llena de panfletos de publicidad, botellas y objetos.

Además, han resaltado el cambio de versión del acusado que en un primer lugar achacó las heridas a un ataque que la víctima sufrió en la calle y posteriormente, a un forcejeo en el que él intentaba quitarle un cuchillo de cocina para que no se lesionara.