Ledo admite que tiró el cuerpo de Paz Fernández por un puente por miedo pero su muerte fue accidental

La Voz

GIJÓN

Javier Ledo
Javier Ledo Juan González

El acusado asegura que la mujer se cayó por una escalera

14 sep 2020 . Actualizado a las 16:42 h.

Javier Ledo, el acusado de matar a Paz Fernández Borrego en Navia en 2018 y arrojar su cadáver al arroyo de La Pontiga, ha señalado este lunes que la muerte fue accidental al caer ella por las escaleras tras un forcejeo entre ambos, aunque admite haber tirado su cuerpo por un puente. Además, dice que no llamó a una ambulancia o la policía cuando comprobó que no tenía pulso por «miedo» a cómo afectaría lo sucedido a la relación con su hijo.

Así lo ha indicado durante su declaración, a preguntas de su defensa, en la primera jornada del juicio oral se celebra ante un Tribunal del Jurado en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón.

El acusado, que no respondió a las acusaciones particulares, la Fiscalía ni la Abogacía del Estado, apuntó que el día de los hechos se vieron en Navia, donde él residía, y la invitó a cenar a su casa. Según su versión, ella estaba afectada por haber perdido dinero en las tragaperras y él le animó a dar una vuelta tras la cena y le ofreció 100 euros, que sacó de un sobre que tenía en casa.

Javier Liedo sostiene que, a continuación, subió a lavarse los dientes y coger la cartera y que, al bajar junto a ella, vio que faltaba el sobre con el dinero. Le reclamó el sobre y ella «se aferró al bolso», que él le quitó en un forcejeo durante el que le dio «golpes en los brazos».

Afirma que fue mientras ponía el sobre en una repisa cuando oyó un «estruendo» que asoció con algún mueble que ella pudiera haber tirado. Dice que se asomó a las escaleras y la vio de rodillas en el descansillo, y que al tratar de levantarse cayó hacia atrás, momento en el que perdió la visión sobre ella porque la escalera giraba hacia un lado. Añade que cuando bajó a mirar, se encontró un somier sobre ella y un charco de sangre, y comprobó que no tenía pulso.

Según el relato que hizo a preguntas de su abogado, no llamó a una ambulancia ni a la policía por «miedo» a que lo sucedido pudiera afectar a la relación que el acusado tiene con su hijo, nacido de otra relación. «Estaba muy nervioso», ha indicado, afirmando que cogió el coche pensando en suicidarse y admitiendo haber tirado el cuerpo de Paz Fernández Borrego por un puente de la carretera de Villayón.

En su declaración señaló que conoció a la fallecida en 2011 porque regentaba un bar en Gijón en el que solía parar. También dijo que ella le había contado que se dedicaba a la prostitución y que quedaron en varias ocasiones, tanto en Gijón como en Navia y en una finca de ella en Siero. Además, apuntó que ella le avisó el domingo previo de que iba a ir a Navia el lunes o el martes y de que su novio iba a recogerla.

Las acusaciones plantearon sus preguntas, centradas en la relación entre ambos, detalles sobre los hechos que se juzgan y actitudes violentas previas del acusado con terceras personas, y también observaron contradicciones en la declaración del acusado. La defensa, por su parte, sostiene que no se podrá demostrar que el acusado y la victima fueron pareja, que la forzó a beber, ni su superioridad física sobre la fallecida.

El juicio se reanuda este martes, a las 10.00 horas, y en los próximos días se irán sucediendo las declaraciones de los testigos, entre familiares de la víctima, agentes de participaron en la investigación del caso y detención del acusado, los peritos y los forenses.

La Fiscalía de Área de Gijón y la Abogacía del Estado solicitan 15 años de prisión y 10 de libertad vigilada para Javier Ledo por un delito de homicidio con agravantes de abuso de superioridad y de desprecio de género; mientras que las acusaciones particulares, que ejercen los familiares de la víctima --madre y hermanas, e hijos--, piden 25 años de prisión al calificar el crimen como un asesinato con la agravante de desprecio de género. La defensa pide su libre absolución, y de no ser atendida plantea multa por imprudencia leve o 3 meses de prisión por imprudencia grave.