Los terrenos que albergan el evento darán paso a un proyecto de ciudad «muy ilusionante que transformará el Natahoyo»
13 jul 2025 . Actualizado a las 17:04 h.La XXXVIII edición de la Semana Negra de Gijón cierra este domingo sus puertas con la incógnita de dónde se celebrará el próximo año ya que aún no está decidido el espacio que lo albergará tras trece años en los que ha ocupado los terrenos de la antigua Naval Gijón.
Desde su nacimiento, la Semana Negra se ha celebrado en cinco ubicaciones de la ciudad, y en los terrenos del antiguo astillero, durante los últimos trece años, si bien la próxima edición, no podrá dar continuidad a este evento porque a partir de agosto será objeto de una adecuación provisional mientras se desarrolla el plan especial de Naval Azul.
El director de la Semana Negra, Miguel Barrero, ha reconocido que se despiden e este espacio con «cierta melancolía anticipada» porque tras tantos años le han «cogido cariño», pero ha asegurado que no le preocupa el futuro porque tienen el compromiso del Ayuntamiento de Gijón y del Gobierno del Principado de que el festival va a seguir.
«Aunque no sabemos dónde, este barco del deseo va a seguir navegando y la próxima travesía será en 2026, del 3 al 12 de julio», ha señalado el director de este festival multicultural durante el acto oficial de clausura de la presente edición.
El concejal de Infraestructuras Urbanas y Rurales de Gijón, Gilberto Villoria, había reconocido previamente que, aunque no está decidido dónde se celebrará, desde el ayuntamiento van a apoyar la búsqueda de un nuevo espacio «porque esta ciudad no se entiende sin la Semana Negra, que forma parte ya parte del verano y de la forma de entender la cultura».
Los terrenos que albergan la Semana Negra, ha añadido, darán paso a un proyecto de ciudad «muy ilusionante que transformará el Natahoyo» que se iniciará nada más finalice el desmontaje del festival ya que el Ayuntamiento quiere iniciar las obras cuanto antes y para recuperar cuanto antes estos terrenos «tras cinco meses perdidos de forma absurda». «La Semana Negra cambia de sitio, pero no de alma y el nuevo espacio estará a la altura de lo que merece este festival. No se detiene, solo cambia de escenario», ha precisado.
La concejala de Cultura, Juventud y Museos, Montserrat López Moro, también ha dado su respaldo a lo que ha calificado como «una gran fiesta de cultura llena de encuentros, críticas, reivindicaciones, reflexión y fiesta» y que no deja de ser «un espacio libre, valiente y lleno de vida, en el que caben hasta las voces que incomodan».
El director general de Formación Profesional del Principado, Ángel Balea, ha destacado la importancia de que este festival sea de acceso libre y gratuito y se haya convertido en un aula abierta en el que se trata la creatividad, el pensamiento crítico, la igualdad o los derechos humanos.
El director de la Semana Negra ha evitado dar cifras de la edición que ahora acaba, «porque la cultura no se puede reducir a eso, no debe medirse en términos cuantitativos, sino en función de lo que aporta a la ciudad, y la Semana Negra aporta mucho», aunque sí ha asegurado que a lo largo de estos diez días ha visto el recinto lleno.
Entre el 4 de julio y hoy han pasado por la Semana Negra más de un centenar de autores de distintos países, entre ellos, el escritor irlandés John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2014, que firma sus novelas policíacas con el seudónimo Benjamín Black.