El principal problema de Markle, sin embargo, no es su cuñada sino su padre
16 jul 2018 . Actualizado a las 17:49 h.¡Pues vaya debut en Al Sol! Yo que esperaba ir a pipear a la gente en las terrazas, escuchando lo que comentaban de mi sección, y me encuentro con un día nuboso, fresco y hasta un poco frío. Menos mal que Laura me advirtió antes del aperitivo de que, amigo mío, esto es un verano en Galicia y hay que reservarse. En fin, el sábado dejábamos a Kate y Meghan solas en Wimbledon sin maridos. Era la noticia del día en estos sinuosos mundos del cuore. Ayer, sin embargo, llegaba él. Nos referimos, por supuesto, al príncipe Guillermo. Con esa cara de bueno. «Y cada vez con menos pelo», me puntualiza Laura con una sonrisita pícara.
El tema es que ayer se enfrentaban Novak Djokovic y Kevin Anderson en la pista. Sentados al lado de la primera ministra británica, Theresa May, la pareja disfrutó de la final. Ella, guapísima, lució su sonrisa de siempre. Quizá un poco más grande por la presencia de su marido. Su vestido de Dolce & Gabbana amarillo, de manga corta y falda lápiz, le resultaba muy favorecedor.
Pero, pronto, la memoria de los seguidores de la familia real británica se puso a funcionar. ¿No hay un modelo muy parecido que usó su cuñada Meghan Markle? Efectivamente, la esposa del príncipe Harry llevó un vestido similar durante la recepción Your Commonwealth Youth Challenge en la Malborough House de Londres. Una ¿casual? coincidencia que afila las plumas de todos aquellos que pretenden establecer una rivalidad entre ambas mujeres. ¿Copia Kate a Meghan? Yo creo que no. Pero Laura no está tan convencida. «Un vestido amarillo como ese no se te pasa», razona. Habrá que estar atentos a sus próximas apariciones.
Estilo en las gradas
Brigitte y Kolinda. Las miradas no solo estaban en el tenis. En Rusia se disputaba la final del Mundial de fútbol. En el palco de autoridades el protagonista fue el presidente de Francia Emmanuelle Macron, desatado con los goles de la selección gala. Pero a su lado se encontraba Brigitte Macron de impoluto blanco y destacando con su elegancia. Mucho más atrevida fue Kolinda Grabar-Kitarovi quien, ni corta ni perezosa, se plantó con la camiseta de su selección sobre un pantalón blanco. Me caen bien las dos. Cada uno en los suyo, arrasan. Mucha personalidad.
Vuelve el padre
Thomas Markle. Volvemos a la realeza británica, porque el principal problema de Meghan Markle no es que su cuñada le copie sus vestidos. El problema viene por consanguinidad directa ascendente: su padre. En el periódico The Sun On Sunday dijo que su hija estaba aterrorizada en su nuevo rol. Ella ya no se comunica con él. Por algo será.