El confinamiento en kilos: ¿Cuánto hemos engordado desde marzo?

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Los expertos alertan de una subida de peso generalizada por la falta de actividad física y la ansiedad que muchos sufren desde hace meses. Explicamos los errores que hay que evitar para mantener la salud y la figura a raya

23 sep 2020 . Actualizado a las 17:34 h.

Esta semana un informe revelaba que Burger King y McDonald's fueron las cadenas de alimentación con mayor cuota de mercado en el mundo del delivery en el segundo trimestre del año; el mismo período en el que España tuvo el candado echado. Nada nuevo bajo el sol; ni los más ingenuos se sorprenderán al descubrir que no entran en este podio locales de comida sana (¿cuántas veces ha pedido una ensalada a domicilio y cuántas una pizza o una hamburguesa?). Sin embargo, es de cierto interés y relevancia el dato si se tiene en cuenta que hace seis meses, cuanto todo empezó aquel 14 de marzo, las redes se inundaban de memes que alertaban de los kilos que ganaríamos encerrados en el salón. Pero las guasas de Internet pronto dieron paso a otra tendencia, la de enseñar a propios y extraños las barras de pan integrales horneadas en casa, los bizcochos con panela que preparábamos cuando la levadura se dejaba ver en el supermercado, y las ensaladas que copiábamos de los directos de Instagram de los grandes chefs, cuando todos fueron Arguiñano. 

Todo muy bien. Como las visualizaciones que se llevó Patri Jordán, la Eva Nasarre del confinamiento, que se hizo de oro con sus vídeos para fortalecer glúteos, abdomen y músculos que muchos españoles no sabían ni que tenían. Pero la realidad, medio año después de este postureo, es que no solo no hemos dado la talla con la alimentación y el deporte, si no que suspendemos con creces. El confinamiento, acompañado de las vacaciones estivales, ha hecho que la báscula de cada español haya marcado, de media, 5 kilos más. Así lo han puesto de manifiesto varios especialistas en endocrinología del hospital Quironsalud Huelva.

En la esquina noroeste penisular, la nutricionista Ana Golpe confirma la situación. De hecho, asegura que en este inicio de curso, momento que muchos aprovechan para ponerse a punto tras los excesos del verano, ha notado una diferencia abismal respecto a otros años. «Estoy atendiendo a cantidad de gente que en los últimos meses ha ganado hasta diez kilos, y en muchos casos se trata de pacientes que no tienen tendencia a coger peso».El desánimo a la hora de hacer deporte, el teletrabajo, la ansiedad por la evolución incierta de la pandemia y el hecho de tirar la casa por la ventana durante un verano que muchos vivieron como «el último de sus vidas», son algunos de los factores que enumera Golpe para justificar una subida de peso que califica como generalizada.

La importancia de la actividad física

Insiste la especialista en que todos aquellos que continúan pasando mucho tiempo en casa, bien porque el teletrabajo obliga o porque están pasando una cuarentena, deben tener en cuenta, sobre todo, la necesidad de moverse aunque sea en el hogar. «Por muy sano que comamos, es imprescindible llevar a cabo algún tipo de ejercicio, aunque sea subir o bajar escaleras, porque precisamente aquellas personas que veo que están cogiendo peso sin tener antes tendencia es porque no están quemando energía», comenta. Otro tema importante es aprender de los errores del pasado. Quedó comprobado en la primera ola que los alimentos estaban garantizados en los supermercados y que, precisamente, que muchos hicieran acopio de víveres para subsistir hasta el 2033 fue lo que supuso la rotura de stock de productos como la levadura. Así, cantidad de familias se encontraron con tentaciones alimenticias de todo tipo que, claro, acababan en el buche. «Es importante realizar compras responsables por infinidad de motivos, pero si estamos mucho en casa o nos confinan, principalmente para evitar tener al alcance de la mano todo tipo de productos, muchos de los que compramos para combatir la ansiedad, contraindicados».

En relación a la ansiedad, Fátima Branco menciona otra consecuencia de este trastorno que es, precisamente, la opuesta a engullir sin cesar. Esta experta comenta que ha visto cómo algunos de sus pacientes alteraron forzosamente su rutina alimenticia y eran incapaces de comer, precisamente, por la angustia y preocupación del momento que estaba viviendo el país y el mundo. Ahora bien, donde comenta que el verano fue un completo ancha es Castilla para casi todos. «Mi percepción, pese a lo que dicen los estudios, es que la gente se portó relativamente bien en el confinamiento respecto a sus comidas. Creo que a la mayoría le hizo pensar que tienen que mejorar la alimentación; si a eso le sumas que no había bares donde tomar una tapita, comedores de trabajo con platos ultraprocesados... pues doy un aprobado. Otra cosa es que con la nueva normalidad la gente tuviera ganas de churrasco, terraceo, y mucha gente se relajase y quizás cogiese unos kilos». Branco pone el acento, como su homóloga, en la falta de actividad física como principal lastre de los españoles en los últimos meses; o eso es lo que percibe en consulta. «Es que a lo poco que podíamos hacer durante el confinamiento se le sumó que ahora mucha gente tiene miedo a ir al gimnasio, o no quieren ir por el tema de la mascarilla, y además ya  usan esto como excusa cuando les da pereza practicar ejercicio».