Es uno de los alimentos más consumidos del mundo, pero algunos estudios han disparado las alarmas señalando que contiene arsénico inorgánico

Junto a los cereales, la patata o el azúcar, el arroz está considerado uno de los alimentos más consumidos del mundo. Es un ingrediente muy versátil, tanto para platos dulces como salados y depende del país en que nos encontremos habrá un plato representativo de su gastronomía compuesto por arroz: en España, la paella; en Japón, el sushi; en Italia, el risotto… y así una larga lista que tocaría países de los cinco continentes.

El arroz, lleno de nutrientes y bajo en grasa, está en el ojo del huracán de ciertos estudios que alertan de que contiene arsénico inorgánico, una sustancia natural que según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es inofensiva siempre que no llegue a unas dosis concretas. Influye también el país del que proceda el arroz, porque los niveles no son siempre los mismos. Por ejemplo, el arroz español tiene una media de 180 microgramos por kilogramo de arsénico inorgánico, mientras que el estadounidense o el británico rozan los 300 microgramos. Realmente, hay otros alimentos como las frutas y la verduras que también contienen arsénico, pero el arroz es el que más alerta ha suscitado.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) señala que el arsénico se encuentra presente en el medio ambiente como consecuencia de ciertos procesos naturales como volcanes, incendios forestales o erosión de minerales. También contribuye a su presencia la producción de energía a partir de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural y también por el uso de herbicidas y pesticidas en áreas de cultivo. Y el arroz, debido a sus características y a su forma de cultivarse en campos inundados tiene una absorción de arsénico hasta 10 veces mayor que otros cereales.

Para mayor tranquilidad de quienes se alarman con la posibilidad de poner en peligro su propio organismo al consumir arroz, existen una serie de trucos o procedimientos para reducir las cantidades de arsénico antes de ponerse a cocinar arroz. El más practicado es dejar el arroz en remojo una noche antes, pero para los menos previsores está la opción de lavarlo y enjuagarlo hasta que el agua esté limpia -hasta que deje de salir blanca-. Otro de los trucos es hervirlo con una proporción de cinco partes de agua por una parte de arroz.

Sabiendo cómo tratarlo, es el momento de remangarse y ponerse manos a los fogones porque si algo tiene el arroz es una versatilidad enorme para poder elaborarlo en diferentes versiones y con recetas para todos los gustos. Salteado de arroz con pesto de verduras y nueces es una propuesta rica y saludable que se prepara por separado: por un lado se prepara el arroz y por otro el pesto de verduras y nueces para luego unirlos en una mezcla llena de sabor y nutrientes. Para recetas con un toque de diversión están los rollitos de arroz, inspirados en los makis y con ingredientes que nunca disgustan como el pavo, el queso, el cangrejo o la piña y que son ideales para cocinar en familia. Y cómo no, recetas de aprovechamiento como hamburguesas de arroz y legumbres, que permiten dar salida a las sobras y elaborar un plato resultón, nutritivo y que ayuda a luchar contra el desperdicio alimentario.

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