Este pequeño fruto tiene propiedades tan intensas como su color rojizo. Las tres recetas de esta semana rezuman frescura por todos lados

Carnosas y sabrosas. Así son las cerezas, además de refrescantes y llenas de color. La cereza está de plena temporada ahora que se acerca el verano. Aunque el origen de esta fruta se sitúa en el Mar Negro y el Mar Caspio, fue a través de las migraciones humanas y de aves que acabó llegando a Asia y Europa. Si hay unas cerezas por excelencia en España, esas son las del Valle del Jerte, en Cáceres, también conocidas como picotas y que cuentan con Denominación de Origen Protegida.

El consumo de cerezas se aconseja cuando están bien maduras; de hecho, un indicador de su madurez es la intensidad del rojo que la caracteriza. Es más, cuando más rojas estén, más concentrados tendrán sus nutrientes. ¿Y cuáles son esos nutrientes y propiedades que tanto caracterizan a este pequeño fruta?

El titular del artículo nos puede dar una pista de por dónde van los tiros. No es la característica más importante de la cereza, pero quizás sí la más peculiar. La Universidad de Michigan elaboró un estudio que concluyó que las cerezas son hasta diez veces más eficaces que el ibuprofeno o la aspirina gracias a las antocianinas, un poderoso antioxidante con poder antiinflamatorio y antidolor, muy presentes en las cerezas. Las antocianinas, responsables del color rojo de muchas frutas o vegetales, protegen contra muchas dolencias especialmente las que causan inflamación de los tejidos. Para una mayor absorción, Nair Muraleedharan, responsable del estudio, afirma que consumir las cerezas licuadas hacen que se puedan absorber mejor para un efecto antiinflamatorio más eficaz.

Pero los beneficios de la cereza van más allá. Las antocianinas que hemos mencionado tienen también alto poder antioxidante y depurativo para un mejor tránsito intestinal. Combaten también los síntomas de enfermedades como la artritis y la gota. Y, para completar su ficha nutricional, son ricas en melatonina -que ayuda a regular los ciclos del sueño- y beneficiosas para la memoria. Por esto y por mucho más, la OMS recomienda su consumo.

¿Qué recetas os proponemos para incluir la cereza en nuestros platos veraniegos? Como entrante, nuestra sugerencia es una ensalada de tomate, cerezas y almendra cuya mezcla de dulzor y frescor se convertirá en la mejor propuesta para nuestra dieta veraniega. Fácil de preparar y deliciosa. Para refrescarse mientras tomamos el sol, ¿qué tal una limonada de piña y cereza? Con un poco de imaginación y unas piezas de fruta podemos llenar nuestros vasos de color… y de nutrientes, claro. Bien merece coronar este trío de propuestas un postre saludable sin ni una pizca de azúcares añadidos: pastel de cerezas. Tanto frío como templadito unos segundos en el microondas es toda una delicia para el paladar.

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