Puedes cuidar tu salud respiratoria con una buena alimentación. Solo tienes que saber cómo hacerlo

¿Acabas de pasar la gripe? ¿Se te ha complicado con alguna infección respiratoria? ¿Has dejado de fumar y quieres trazar un plan integral para mejorar tu salud? Si estás empeñado en recuperar la funcionalidad que pierden los pulmones, ya sea por el paso del tiempo, por una enfermedad transitoria, porque has adquirido algunos malos hábitos como fumar o por llevar una vida sedentaria, debes saber que la alimentación, además del ejercicio, es importante. Un reciente estudio parece haber dado con la fórmula para que nuestro aparato respiratorio retrase su envejecimiento: la dieta mediterránea. Servir determinados alimentos en tu mesa te ayuda a retrasar o prevenir dolencias. Lo mismo sucede si tratas de paliar los efectos de la contaminación ambiental en tu organismo y especialmente en tus pulmones. Una nutrición rica en sustancias antioxidantes y sus grasas cardiosaludables ayuda a compensar.

¿Por qué la dieta mediterránea? ¿Qué aporta para ser tan beneficiosa para los pulmones? Esas investigaciones actuales señalan que la vitamina C, los polifenoles, el ácido fítico, los ácidos grasos omega-3, vitamina E, selenio, y otros muchos nutrientes actúan como protectores celulares y mantienen la salud de nuestros órganos vitales. Una dieta rica en aves de corral, huevos, pescado, verdura, legumbres, patatas, fruta, nueces y frutos secos contribuirá a que tus pulmones respiren. Vamos a ver cómo lo puedes hacer.

Puedes empezar priorizando los alimentos vegetales. Frutas, verduras, hortalizas, semillas, legumbres o frutos secos deben estar presentes a diario. No te quedes con que es una obligación. Dale la vuelta y conviértelo en algo divertido. Cocina una ensalada de frutas con hortalizas asadas y queso de cabra. O mejor un sencillo pastel de verduras al micro, que estará listo en 15 minutos. Solo tienes que trocear las verduras que tengas en la nevera, añadir dos puñados de guisantes congelados, un chorrito de aceite de oliva, sal y pimienta. Lo cocinas durante tres minutos a máxima potencia mientras bates cuatro huevos, a los que añades una cucharadita de cúrcuma en polvo y 300 gramos de queso fresco batido 0%. Lo mezclas bien, lo pasas a un molde y lo cocinas entre cinco y siete minutos en el micro, a máxima potencia. Es delicioso, sano y original. No obstante, las manzanas, los tomates y los plátanos se llevan la palma si hablamos de proteger los pulmones.

Pásate al aceite de oliva. Está lleno de antioxidantes y grasas de las buenas. Puedes tomarlo al natural o aromatizado, para explorar nuevos sabores. Puedes triturarlo con cebollino y con cilantro, en función del sabor que más te guste, y luego colarlo. También cabe la posibilidad de infusionarlo con los sabores de la naranja y el limón. Es mejor hacerlo 24 horas antes de usarlo, calentándolo con la piel de ambos cítricos. Son solo dos ejemplos sencillos. 

La mejor bebida es el agua. Pero acuérdate también de la leche y los lácteos. Son fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Los yogures también ejercen una acción probiótica. Así que prueba un sencillo parfait de yogur con frambuesas, que estará listo en 10 minutos. Consume cereales integrales a diario y mejor si es en sus versiones integrales, para obtener todos sus nutrientes. La carne y el pescado consúmelos con moderación. No tienen que ser los ingredientes principales de todos tus menús. Dale una vuelta al concepto tradicional y conviértelos en la guarnición de platos repletos de vegetales, cereales o tubérculos. ¿Sabes cocinar yuca o batata? Quizá haya llegado el momento de experimentar.