Punta Cana es para morirse

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas MI MUNDO ES OTRO

OPINIÓN

02 jul 2019 . Actualizado a las 20:22 h.

Miranda Lynn tenía 41 años, estaba feliz de vacaciones en un hotel de Punta Cana, y tras beberse un combinado en el bar cayó desplomada el 30 de mayo. Miranda Lynn está muerta. Leyla Cox, de 53 años, festejaba el cumpleaños de su hijo William en otro complejo cuando de pronto sufrió un ataque al corazón el pasado 10 de mayo. Leyla Cox está muerta. Edward Nathaniel, de 63 años, y Cynthia Day, de 49, eran un matrimonio que disfrutaba del paraíso caribeño, pero el 25 de mayo aparecieron muertos en la cama de su habitación. ¿La causa? Un edema pulmonar y una insuficiencia respiratoria. Joseph Allen falleció en la piscina de su lujoso hotel después de darse un chapuzón, y Vittorio Caruso, a los 56 años, murió hace solo unos días en otro establecimiento hotelero. ¿Qué dice la autopsia? Insuficiencia cardíaca. Lo que les estoy contando no es el comienzo de un relato de Agatha Christie ni el arranque de un guion de la próxima serie de Netflix, sino el desenlace fatal de lo que está siendo el gran misterio del verano para los agentes del FBI que han iniciado la investigación después de que las autoridades dominicanas asegurasen que son «casos aislados». Doce turistas muertos. Doce turistas norteamericanos que, según los primeros indicios, pasaron por el bar. Son doce, un número bíblico que nadie desea que aumente ni tampoco hay desde aquí la intención de meterles a ustedes miedo en el cuerpo. No le haremos un boicot a los hoteles lujosos de la República Dominicana ni dejaremos de hacer volar nuestros sueños de poner un pie en el paraíso para sumergirnos en sus aguas cristalinas. Es mejor que se tomen con humor lo que nos han contado siempre de Punta Cana. Viajen allí. Tienen todo incluido.