Reencuentros en la tercera fase

Beatriz Pallas ENCADENADOS

OPINIÓN

17 jun 2020 . Actualizado a las 09:14 h.

Antes el tiempo era un proceso más o menos estable, previsible a veces. Era posible hacer planes a medio plazo sin que nada cambiase demasiado. Pero en tiempos de pandemia y medidas higiénicas las circunstancias se transforman tanto día a día que un programa grabado corre el riesgo de quedarse reseso. El lunes por la noche, en el programa Improvisando de Antena 3, Arturo Valls hizo un chiste sobre las pruebas del espacio: «A este paso nos hacen olímpicos en el 2020», señaló con sarcasmo. Pero la ironía estaba en que el comentario puso en evidencia que el programa lleva enlatado muchos meses, desde la época en la que aún se podía afirmar que nada impediría que hubiese juegos en Tokio.

El primer programa de MasterChef grabado tras el confinamiento, que se emitió este lunes, correspondió al regreso al plató tras la cuarentena que los concursantes pasaron juntos y encerrados. La prueba inicial fue un emotivo acercamiento a sus familiares, sin besos y sin abrazos, que llega cuando buena parte de la población ya va muy por delante con sus reencuentros en la tercera fase. Las medidas higiénicas han cambiado ligeramente el aspecto formal del concurso. Los aspirantes cocinan con guantes, guardan las distancias de seguridad, las mesas para comensales tienen menos platos y el acopio de ingredientes del supermercado se ha simplificado para evitar la avalancha.