Los estudiantes toman las calles de Oviedo al grito de «no es no»

Natasha Martín REDACCIÓN

OVIEDO

La movilización contra la sentencia de La Manada se ha organizado de manera sincronizada en ciudades de toda España. Los jóvenes reivindican unas calles seguras para las mujeres

10 may 2018 . Actualizado a las 17:53 h.

La polémica sentencia de La Manada, condenados a nueve años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual pero absueltos del de agresión sexual, continúa despertando ira e indignación entre la ciudadanía. Esta vez, han sido los estudiantes de varias ciudades españolas quienes han sido convocados por el sindicato y por la plataforma feminista «Libres y combativas» a manifestarse en las calles para demostrar que esto no es un caso aislado, sino el ejemplo visible de un sistema cuyo planteamiento tiene, en diversas ocasiones, unos beneficiarios y unas perjudicadas. 

En Oviedo, cientos de estudiantes se han decidido a tomar las calles acompañados de pancartas que dejaban claro que «la manada viola a una chica, la justicia viola a todas las mujeres». Así como gritos que reclamaban la necesidad de la mujer de sentirse libre y segura, independientemente de la hora que sea y de las circunstancias.

Mónica Iglesias, una de las mujeres al frente de la organización de la huelga en la capital asturiana, señala que «es necesario dar una respuesta rápida y contundente a una sentencia tan escandalosa como esta, y en el ámbito estudiantil teníamos la posibilidad de mostrar apoyo». Por eso han parado la actividad en las aulas. Iglesias comenta que a pesar de que se encuentran en época de exámenes, el seguimiento ha sido bueno.

«Nosotras sí te creemos», ha sido otro de los cánticos más escuchados en las movilizaciones de Asturias. Desde el Sindicato de Estudiantes aseguran que la protesta contra el sistema judicial es esencial porque «encarcela a jóvenes, tuiteros y raperos por criticar a la monarquía y la corrupción del PP, ataca la libertad de expresión secuestrando libros, censurando revistas, y lleva a la policía a los campos de fútbol para secuestrar camisetas amarillas argumentando que puede incitar a la violencia». Asimismo, consideran que la sentencia contribuye a «reírse y despreciar a una mujer joven que fue agredida brutalmente por un grupo de salvajes».