Oviedo Redondo alerta sobre la proliferación de apartamentos turísticos

L.F. OVIEDO

OVIEDO

Unos turistas consultan un plano de Oviedo en la calle Uría.Unos turistas consultan un plano de Oviedo en la calle Uría
Unos turistas consultan un plano de Oviedo en la calle Uría

«No podemos cambiar el monocultivo hostelero por el monocultivo hotelero», afirman los vecinos

15 nov 2019 . Actualizado a las 18:16 h.

La forma de hacer turismo ha cambiado sustancialmente en los últimos años. El aquiler de apartamentos se ha consolidado como una alternativa más para las personas que deciden visitar otras ciudades y esta nueva práctica se está desarrollando con fuerza en Oviedo. La última información al respecto es la de que una cadena hotelera ha comprado un edificio entre la esquina entre las calles del Rosal y Jesús para utilizar este sistema de alquiler de apartamentos. El escenario que se plantea no gusta a la asociación Oviedo Redondo, que alerta de los riesgos que puede suponer el hecho de poner límites a este tipo de negocios.

Oviedo Redondo reconoce que el turismo es un motor económico importante para Oviedo, pero considera que su desarrollo «debe ser compatible con un barrio habitable por sus vecinos, así como con otras actividades económicas que también producen riqueza y empleo para la ciudad». La asociación resalta la «nefasta» experiencia de otros cascos antiguos de ciudades españolas, en los que una entrada masiva de los apartamentos turísticos ha llevado «a disparar el precio de la vivienda y a expulsar el comercio tradicional y a sus habitantes para sustituir viviendas por plazas hoteleras y bajos comerciales de diverso uso, por negocios exclusivamente orientados al turismo».

Por todo ello, Oviedo Redondo reclama una «regulación eficaz de este modelo de negocio que evite excesos indeseables o situaciones de acoso inmobiliario, como ya han sufrido algunos vecinos que han sido expulsados para convertir en hoteles edificios enteros del barrio». «No podemos cambiar el monocultivo hostelero por el monocultivo hotelero», añaden.

El barrio necesita diversidad social y económica, bares y hoteles, pero también pequeños negocios de toda la vida, comercio tradicional, asociaciones y espacios culturales, vecinos y vecinos de todas las edades y clases sociales, explican desde la asociación. «No queremos ser ni un gueto marginal ni un barrio para turistas y gente rica», añaden. En opinión del colectivo vecinal «si queremos tener un casco antiguo atractivo y regenerado, la prioridad es eliminar las pintadas, rehabilitar los edificios y espacios degradados, acabar con la situación del Martillo de Santa Ana, cuidar la muralla y peatonalizar la calle Paraíso. Es lo que llevamos años pidiendo los vecinos y vecinas de la zona».