Gaspar Llamazares, candidato a la alcaldía: «Convocatoria es autocrítica con el tripartito, tuvo la oportunidad de cambiar Oviedo y no lo hizo»

LA VOZ DE OVIEDO

Gaspar Llamazares, candidato de Convocatoria por Oviedo a la alcadía el próximo 28M.
Gaspar Llamazares, candidato de Convocatoria por Oviedo a la alcadía el próximo 28M. TOMÁS MUGUETA

El histórico político vuelve a la primera línea apoyando desde lo local el proyecto nacional de Yolanda Díaz y apostando por un gran pacto entre partidos para sacar adelante los «grandes temas» municipales

18 may 2023 . Actualizado a las 00:06 h.

Regresa a la política con el tono calmado de la experiencia y dejando claro que la confrontación no es la fórmula para resolver los problemas de la ciudadanía. Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) aspira a la alcaldía de Oviedo encabezando la candidatura de Convocatoria, la plataforma que aglutina IU y Más País y que pretende ser la base local de Sumar, el proyecto de la vicepresidenta Yolanda Díaz. Desde que anunció su vuelta a la primera línea, ha recorrido los barrios y la zona rural en una campaña «a pie de calle» de la que está sacando «buenas sensaciones». 

—¿Se ha sentido arropado en su vuelta durante la precampaña y en estos primeros días de campaña electoral?

—Sí, me siento arropado. Estamos haciendo una campaña muy a pie de calle y estamos contentos de nuestra actividad. Llevamos ya mes y medio y hemos recorrido los barrios y prácticamente la periferia y la zona rural. En Trubia, en Olloniego… en diversas localidades y en el entorno del Ayuntamiento. La sensación es buena y la acogida es buena. Si bien caminando por Oviedo y observando la cartelería, es cierto que he pensado que no hay mucho ambiente de campaña electoral.

—¿Qué le llevó a elegir Oviedo para su vuelta a la primera línea política?

—Era lo que me faltaba prácticamente. He estado en el ámbito nacional y en el regional, y volver ahí no me parecía adecuado, yo creo que esas segundas partes no son buenas. Y la política local me parece, por una parte, que es la base del proyecto de Sumar, porque si Sumar quiere ser algo en las generales tiene que tener una base municipal y yo estoy comprometido con ello. Por otra parte, creo que este período, que es muy especial dentro de la historia humana, es el período del encadenamiento de catástrofes, como he denominado en mis libros. Da la impresión de que solamente tiene una solución, que es en el ámbito de las políticas internacionales o europeas, y creo que no es así, el cambio cultural tiene también mucho que ver con la política local, en esa adaptación a la transformación digital, a la crisis climática…

TOMÁS MUGUETA

—Nunca estuvo en política municipal, ¿cómo se está viendo en este terreno?

—Está siendo un máster. Uno se puede tomar las cosas de distinta forma: que lo sabe todo o que tiene que aprender. En relación al ámbito local, estoy aprendiendo cosas que no conocía y que no sabía. Por ejemplo, las políticas de movilidad para mí eran algo un poco lejano. Yo me muevo con políticas de movilidad activa, caminando, básicamente. Pero en ese aspecto, y en un Ayuntamiento como este, en el que son prácticamente inexistentes, me daba la sensación de estar un poco lejos. Luego la ruralización del espacio ciudadano, que es otra de las políticas más novedosas, he tenido la oportunidad de conocerla de la mano de profesores de la Universidad de Oviedo que me la han explicado. Digamos que con algunas cosas estaba ya familiarizado, como las políticas de empleo o las políticas sociales, y he tomado contacto con el Oviedo de la movilidad, de la ruralidad y el Oviedo cultural, que conocía como espectador y ahora he conocido en la relación con sus protagonistas: me he reunido con artistas plásticos, gerentes de orquestas… En una campaña no solo se explican propuestas políticas, también se aprende de los protagonistas de cada uno de los temas. Por ejemplo, el urbanismo, que está muy presente en Oviedo y hay una oportunidad urbanística sin precedentes para ordenar y hacer ciudad, que no se puede ni se debe perder. Convocatoria quiere estar presente en ese cambio urbanístico que va a tener lugar en Oviedo sí o sí. Pero el cambio puede ser para continuar con las mismas políticas del automóvil y el cemento, o un cambio urbanístico para transitar, no de manera brusca pero ágilmente, hacia el Oviedo del futuro: de movilidad activa, urbanismo amable, descentralización del Ayuntamiento… Por ese Oviedo merece la pena dialogar, acordar y comprometerse. 

«Hay una oportunidad urbanística sin precedentes para ordenar Oviedo y hacer ciudad que no se puede ni se debe perder»

—Como vecino de la ciudad y alejado de la política en los últimos años, ¿qué balance hace de la legislatura liderada por Alfredo Canteli

—Lo hace el mismo gobierno de Canteli. Presentando tanta infografía en los últimos días, podemos decir que está haciendo un balance de lo comprometido y no realizado, de incumplimientos. Creo que es un gobierno de incumplimientos. Si bien en una primera parte del período se pudo considerar que había estado condicionado por la crisis sanitaria, los dos años posteriores no han desbloqueado la mayor parte de los problemas. Si hacemos balance de los grandes problemas urbanísticos del Ayuntamiento de Oviedo, ahí siguen desde hace mucho tiempo. Si lo hacemos sobre la atención a la zona periférica y a la zona rural o de la situación de los barrios, hay que decir que han cambiado muy pocas cosas. La calidad de vida de los barrios se ha estancado y la de la zona rural ha retrocedido. Pero a mí, más preocupante que esto, me parece que el balance político es de crispación y polarización, lo que ha contribuido también a bloquear esas grandes necesidades de Oviedo. Nosotros queremos contribuir a desbloquear la política. La política no puede seguir siendo un elemento de bloqueo para la solución de los problemas; debe contribuir a solucionarlos mediante el diálogo y los compromisos, y ese es el papel que queremos jugar, el de facilitar, no el de entorpecer el funcionamiento del Ayuntamiento de Oviedo. También hay que tener modelo de Oviedo; debería haber un compromiso básico en torno al modelo de los próximo 10 años, compartido por las fuerzas políticas y, a partir de él, llegar también a acuerdos de colaboración con el Principado y con la administración central. Sin ese acuerdo básico sobre Oviedo, cada uno de los problemas se va a resolver de manera individual y no va a tener que ver con hacer ciudad. Hay que tener un pacto por Oviedo en los grandes temas; siempre va a haber posiciones distintas, porque eso es inevitable y forma parte de la vida democrática, pero en temas que articulan la ciudad como La Vega, el Cristo, la Fábrica de Gas o Ciudad Naranco, deberíamos llegar a un pacto y, desde él, negociar con otras administraciones.

«La política no puede seguir siendo un elemento de bloqueo para la solución de los problemas, debe contribuir a solucionarlos mediante el diálogo y los compromisos, y ese es el papel que queremos jugar, el de facilitar, no el de entorpecer el funcionamiento del Ayuntamiento de Oviedo»

—Convocatoria por Oviedo y Podemos no han logrado confluir y se presentan por separado. ¿Perjudicará a la hora de articular un bloque de izquierdas que pueda formar gobierno tras el 28M?

—Yo soy partidario, tanto a nivel local como a nivel general, de sumar, de los acuerdos sobre la base de una estrategia. Yo creo que nosotros representamos algo distinto de lo que representa hoy Podemos en el Ayuntamiento de Oviedo o de lo que era Somos. Nuestra principal diferencia con ellos es que nosotros no venimos a confrontar, no venimos a agitar; venimos a acordar, a buscar acuerdos para solucionar problemas. Eso no hace incompatible el acuerdo, pero de alguna manera debería ser el marchamo para valorar cualquier acuerdo. No ha sido así; Somos ha querido seguir su camino confiados en que revalidarán su presencia y nosotros hemos seguido el nuestro.

—¿Ve posible que se reedite un tripartito como el que gobernó Oviedo en la etapa anterior a Canteli? 

—Como el anterior a Canteli no. Creo que Izquierda Unida y yo mismo como componente de esta candidatura somos críticos con respecto al funcionamiento del tripartito. Tuvo buenas ideas, pero podemos decir que su competencia interna se antepuso a la colaboración en la gestión, y eso dificultó el desarrollo y la aplicación de las ideas. Creo que eso cualquiera lo reconoce y cualquiera hará un balance diciendo que la culpa la tuvo no sé quién… Es lo mismo. Fue un gobierno local que tuvo la oportunidad de cambiar Oviedo, no lo hizo y yo creo que, independientemente de que uno siempre lo atribuya a la herencia recibida o ahora a Canteli o a los problemas de la administración local, debe asumir su propia responsabilidad y ser autocrítico. Yo creo que IU y la candidatura de Convocatoria es autocrítica con respecto al tripartito y nos gustaría que, sabiendo que va a haber una mayoría plural, funcionase de manera muy diferente. El gran problema son los compartimentos estancos. Hay que compartir el proyecto de Oviedo con otros, no puede ser que cada uno tire por su lado. En ese sentido, lo que debe primar en un gobierno es un programa compartido y una gestión compartida, no una suerte de cogestión en la que cada uno se responsabilice únicamente de lo suyo. Así están algunas cosas que dependían de distintas concejalías; se proyectaron y no se ejecutaron.

TOMÁS MUGUETA

—¿Cuál sería un buen resultado para Convocatoria por Oviedo?

—El buen resultado es, por una parte, que en Oviedo se cambie de la polarización al diálogo y que eso permita regenerar la política y mejorar la vida de los ciudadanos. Creo que es lo esencial. Y luego, por otra parte, que haya una mayoría de carácter progresista en el Ayuntamiento de Oviedo. Esos son nuestros principales objetivos: el diálogo y, digamos, una visión de cambio y progresista dentro del Ayuntamiento. 

—Cree que hay que proponer alternativas a fiascos como el Calatrava antes de utilizarlo como arma política. ¿Cuál es su propuesta al respecto?

—Yo no soy partidario del discurso de la herencia recibida, del «esto culpa de Gabino»… Creo que eso aburre a las piedras y no sirve de nada. Hay que asumir la responsabilidad que tienes, y el que llegue al gobierno local va a tener que solucionar el problema del Calatrava, que es verdad que es un problema importante. No solo ese. Tenemos varios agujeros negros en el Ayuntamiento de Oviedo por decisiones que, con el tiempo, se ha visto que fueron equivocadas. Habrá que ir a una visión, que podemos denominar múltiple, de la actividad del Calatrava, centrada, por una parte, en dimensionar lo comercial y en los congresos, que también tienen futuro pero no son el único, y, por otra parte, no habría que descartar que fuera un espacio cerrado para algún tipo de ferias. En todo caso, creo que habría que integrar el Calatrava en lo que va a ser la zona del Cristo-Buenavista, que va a ser, en una parte, ampliación del espacio judicial y, en otra, ampliación del campus. Con esa visión es como hay que enfocar el futuro del Calatrava. 

«Hay que asumir la responsabilidad que tienes, y el que llegue al gobierno local va a tener que solucionar el problema del Calatrava, que es verdad que es un problema importante. No solo ese, tenemos varios agujeros negros en el Ayuntamiento de Oviedo»

—También apuesta por una ciudad más amable y cree que Oviedo podría convertirse en «ciudad de los 15 minutos». ¿Qué ventajas tendría ese modelo y por qué piensa que Oviedo sería una ciudad ideal para aplicarlo? 

—En primer lugar, serviría para no seguir cometiendo los mismos errores: el error de seguir encerrando la ciudad y el de la movilidad únicamente mediante el automóvil. Yo creo que son los errores que hemos padecido y padecemos, y esa es la ciudad del pasado. ¿Por dónde va la ciudad del futuro? En primer lugar, por reducir la presión del automóvil y del cemento. Creo que es muy importante introducir un nuevo modelo de movilidad activa, como es la bicicleta, caminar, las sendas seguras… Creo que todo eso debe ser parte de la ciudad. Y luego, plantearse un transporte público con el objetivo de que sea gratuito; esa es nuestra propuesta. Junto a la movilidad, la «ciudad de los 15 minutos» también cree en la recuperación comercial, porque es un modelo de ciudad más amable para el comercio de proximidad. En tercer lugar, la ciudad de los 15 minutos es trasladar el ámbito municipal a cada uno de los barrios. No vale con que haya un centro social, debe ser también administrativo, deportivo… Esa es nuestra idea, que la vida en cada barrio sea accesible en 15 minutos y, en el conjunto de la ciudad, en 30 minutos que tengas todo al alcance de la mano.

—¿Choca este modelo con grandes proyectos como el de la Ronda Norte? ¿Cuál es su postura al respecto?

—La conexión por La Pixarra es la que creemos más adecuada. La Ronda Norte sería otro cierre de Ciudad Naranco, que ya tiene uno que todavía no está superado, el ferrocarril. Creo que hay pocas ciudades en España con una trinchera como la que tenemos aquí entre Ciudad Naranco y el resto de la ciudad; por tanto, hacer otro cierre por arriba sería para acogotar definitivamente la zona y convertirla en un barrio segregado. Yo creo que eso, junto con la situación actual de Almacenes Industriales, es intolerable para el barrio. Es necesario, por una parte, urbanizar lo que está comprometido en el plan en Almacenes Industriales y que si hay una conexión para salir del barrio sea por La Pixarra. Pero es imprescindible también continuar con la permeabilización de la trinchera de Renfe. Gabino lo hizo con una losa, ahora hay dos conexiones. Creo que tendría que haber más conexiones, y plantearse con Renfe y en el marco de la Alta Velocidad cuál va a ser el futuro. Recuerdo las movilizaciones que hubo con la Alta Velocidad en Murcia, donde pasaba lo mismo porque segregaba un barrio entero, y aprovechando la Alta Velocidad, hubo una gran movilización ciudadana y se soterró, o León mismo. En ambos casos terminaron solucionando el problema con la profundización del ferrocarril.

—¿Qué opinión le merece el último anuncio del Gobierno central sobre la construcción de 1.000 viviendas para alquiler social en La Vega? 

—Aquí soy de los optimistas. Creo que se ha roto la base más negativa de La Vega, que era la privatización, porque el Ministerio de Defensa pensaba que la forma de ceder era privatizar, hacer de un terreno público uno privado. Yo creo que eso se ha roto con la decisión del Gobierno de que va a ser terreno público y que va a haber vivienda, una vía interior, un patrimonio muy importante y también tenemos otro patrimonio que es el de Santullano. Yo creo que se ha roto el principal candado que cerraba el futuro de La Vega y se abren posibilidades de negociación y de acuerdo basadas en la protección integral del patrimonio industrial y también de Santullano, la compatibilidad entre ambas, y luego en la densidad de viviendas. Con esa premisa de la gestión pública de La Vega y de su uso para actividades patrimoniales, económicas, equipamientos y viviendas, hay posibilidades de llegar a un acuerdo y hay que llegar a un acuerdo para que salga adelante el convenio. Esa es la disposición de mi candidatura.

TOMÁS MUGUETA

—El viejo Huca, el futuro de la plaza de toros o la reapertura del Asturcón son otros de los temas que preocupan. ¿Cuáles son las propuestas de Convocatoria por Oviedo sobre estos asuntos?

—En el viejo Huca, aplicar el mismo modelo que el último cambio del Gobierno central en La Vega. Si el Ministerio de Defensa ha admitido que el terreno, de alguna manera ,se vende a Sepes para vivienda social, propongo lo mismo para el Cristo: que la Seguridad Social ceda ese terreno y que se pueda suturar en términos médicos lo que es una herida abierta en el corazón de Oviedo. Eso significa, en mi opinión, extender el campus, pero no en todo el terreno, que haya también vivienda, una parte de servicios públicos y equipamientos… Y en la plaza de toros coincido con aquellos que consideran que se puede mantener el bien cultural transformándolo en algo activo, para realizar algún tipo de actividades públicas, deportes, etcétera. Recuerdo una plaza de toros que está en el centro de Barcelona que casi casi la levantaron en el aire para remodelarla. Yo creo que sin hacer cosas tan sofisticadas, la plaza de toros merece combinar la protección con una reutilización para el barrio. 

«Propongo el modelo de La Vega para el Cristo, que la Seguridad Social ceda ese terreno y que se pueda suturar en términos médicos lo que es una herida abierta en el corazón de Oviedo»

Sobre el Asturcón no estamos en absoluto de acuerdo con lo aprobado en el pleno municipal y, además, lo malo de esto es que al cabo de un tiempo será un dinero perdido. Ya hemos comprobado lo que daba de sí durante años y yo creo que tanto el Asturcón como el Palacio de los Niños serían lugares idóneos para el deporte saludable y el deporte base. Tenemos un problema de obesidad y eso pide movilidad activa y espacios para realizar ese deporte saludable. Son dos lugares adecuados.

Además, está la Fábrica de Gas. Se podría hacer una factoría cultural. Ahora dicen que no va a haber problema; hagámosla, porque es demandada por los artistas, por la mayor parte de la gente que está trabajando en cultura y no hay ni siquiera una sala de exposiciones del Ayuntamiento de Oviedo, lo cual demuestra la falta de equipamiento en esa materia.

—Los cambios en las fiestas de San Mateo fueron muy criticados el año pasado. ¿Apostaría por volver al modelo original?

—Somos partidarios de un San Mateo para todos, no excluimos la actividad empresarial, pero creemos que se tomó una decisión de excluir a la iniciativa social y ciudadana que no entiende nadie en el norte de España. La mayor parte de las fiestas en el norte de España tienen esos dos componentes, el componente de iniciativa ciudadana y asociaciones y el componente empresarial, y ninguno de los dos se considera incompatible con el otro. Aquí se planteó como un tema incompatible. Yo creo que se lo estarán repensando, creo que volverá al pleno municipal porque desde luego unas fiestas que eran una referencia para Asturias y más allá de Asturias se han convertido en unas fiestas muy localistas, de puertas para dentro. Yo creo que eso no le interesa a nadie, ni a los ovetenses ni al propio sector comercial. Yo tuve una reunión con Otea y me dio la impresión de que sus valoraciones de cómo había ido la fiesta no eran para tirar cohetes.

—Para acabar, hace unas semanas se generó mucha polémica por las declaraciones de Rodrigo Cuevas en Lo de Évole. Decía que Oviedo era una ciudad conservadora. ¿Lo considera así?

—Me pareció un programa excelente. Rodrigo Cuevas ha contribuido más a la difusión del folklore asturiano y a la renovación que cualquier proyecto o campaña que haya costado mucho dinero. Tengo una visión muy favorable hacia él y en relación a lo que pudo sufrir en Oviedo en cuanto a intolerancia, yo creo que va por barrios. Hay varios «oviedos» e igual que hay un Oviedo histórico, universitario, metropolitano… Hay uno muy conservador y otro más progresista. Si él lo sintió así, está justificada la crítica.