Sondova, la histórica paragüería de Oviedo: «Los ovetenses son muy buenos clientes»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

LA VOZ DE OVIEDO

El gijonés Álvaro Mendoza es la cuarta generación de la Paragüería Sondova
El gijonés Álvaro Mendoza es la cuarta generación de la Paragüería Sondova

Es el único comercio de estas características que queda en la capital asturiana. A día de hoy es la cuarta generación la encargada de llevar las riendas de este negocio familiar que lleva nueve décadas protegiendo a los asturianos del mal tiempo. ¿Dónde está el secreto de su éxito? Su propietario, Álvaro, nos desvela las claves

02 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo un tiempo en el que llovía de forma más regular y continua en el Principado. Una época en la que el oficio del paragüero vivía su máximo apogeo. Quien no compraba un paraguas se pasaba por los distintos talleres para que le arreglaran el que ya tenía. Eso parece que ya es historia. Debido a la emergencia climática desde hace unos años solo caen aguaceros en momentos puntuales del año, ni siquiera orbaya casi. Pero eso no quita para que todavía sigan existiendo tiendas especializadas en artículos para resguardarse de las precipitaciones. Podríamos decir que son la resistencia. En Oviedo, por ejemplo, solo queda una en activo y consigue aguantar el chaparrón por su buen hacer.

Se trata de la Paragüería Sondova —antiguamente llamada Romanelli— y es el último establecimiento de este tipo que existe en Oviedo. Lleva nada más y nada menos que nueve décadas protegiendo a los asturianos de la lluvia y del frío. Fue a finales de los años 30 cuando abrió sus puertas esta pequeña tienda situada en la calle Ramón y Cajal, en un local que en un primer momento albergó una farmacia. Si uno echa un pequeño vistazo a su interior puede observar como aún se conversan las vitrinas donde antiguamente se colocaban los medicamentos o los coloridos azulejos que tradicionalmente caracterizaron a las boticas.

La Paragüería Sondova lleva más de nueve décadas abierta en Oviedo. El local no ha cambiado nada desde que se inaguró a principios del siglo XX
La Paragüería Sondova lleva más de nueve décadas abierta en Oviedo. El local no ha cambiado nada desde que se inaguró a principios del siglo XX

«En la tienda sigue todo igual, lo único que cambiamos fue el suelo porque intentamos modernizarlo pero sin romper la estética», asegura Álvaro Mendonza, quien a sus 26 años es el encargado de llevar las riendas de este comercio después de que su familia cogiese la cesión hace una década. Cuando los anteriores propietarios decidieron traspasar la paragüería al poner fin a sus carreras laborales, la madre de este gijonés, Elisa Álvarez, no lo dudó ni un instante y decidió hacerse con la misma. De esta manera conseguía expandir el negocio que su abuelo había fundado en Gijón, la Paragüería Sandova.

«En la década de los 30 mi bisabuelo, Sisebuto, abrió en Gijón un taller para reparar paraguas. Luego destinó una parte a tienda que pasó a manos de mi abuelo Luis, quien después de estudiar empresariales en México vino a Asturias para ponerse al frente del negocio», cuenta Álvaro. Tiempo más tarde este comercio fue regentado por la tía y la madre del que hoy es la cuarta generación de la familia Álvarez.

Álvaro siempre tuvo «bien claro» que quería trabajar de cara al público y, a poder ser, dedicarse a la venta de paraguas, al igual que sus antepasados. «Yo siempre digo que en vez de nacer con chupete, nací con un paraguas debajo del brazo», asegura orgulloso este joven, quien desde bien pequeño se pasaba horas y horas en la paragüería de Gijón viendo como su madre despachaba a los clientes. «Me encantaba observar como lo hacía», confiesa. Es por ello que tras estudiar un FP de administrativo pasó a formar parte del negocio familiar.

En Sondova ponen a disposición del público todo tipo de paraguas
En Sondova ponen a disposición del público todo tipo de paraguas

A día de hoy se encarga de llevar las riendas de la paragüería de Gijón y de la de Oviedo. Con su afable sonrisa atiende a todo aquel que se deja caer por estas históricas tiendas en busca de un paraguas. Da igual de la característica que sea, ya que tienen de todos los tipos. Con la empuñadura de plástico o de madera. Con el mango largo o con la posibilidad de que se pliegue. Automático o manual. De los colores más neutros hasta los llamativos, con o sin estampados.

Y si hay alguien que tiene por casa algún paraguas estropeado puede pasarse, sin ningún problema, por Sondova para que se lo arreglen. Operan como taller de reparación. Pero, «en estos casos tenemos muy en cuenta el modelo del producto porque hay piezas que son muy difíciles de encontrar», asegura.

Comercializa también chubasqueros, gorros de agua o botas, así como complementos de vestir como pueden ser fulares, guantes y bolsos. Para adaptarse a los tiempos y poder seguir la actividad de la tienda en aquellas épocas donde el mal tiempo brilla por su ausencia, pone a disposición del público sombrillas y parasoles con protección solar. También cuentan con una amplia carta de sombreros y venden abanicos pintados a mano para facilitar la refrigeración de las personas en aquellos ambientes más calurosos.

En Sondova venden todo tipo de artículos para la lluvia
En Sondova venden todo tipo de artículos para la lluvia

«Somos especialistas del tiempo», resalta Álvaro, quien aconseja «siempre» a sus clientes sobre qué artículos le permitirán salir del paso y aquellos que podrán tener un uso diario. Al fin y al cabo, Álvaro no quiere vender por vender, sino que el consumidor salga satisfecho de su tienda. «No voy a dar nunca el paraguas más caro sino el que mejor le convenga al cliente, el que realmente necesite, aunque este sea más barato», reconoce.

En este punto, el paragüero asegura que los vecinos de la capital asturiana son «muy buenos clientes» porque «siempre se dejan asesorar», algo que agradece encarecidamente. Al ofrecerles ese trato tan personalizado, Álvaro consigue afianzar la clientela de la tienda. Muchos ya son de los «de toda la vida». «Aquí vienen abuelos, padres y nietos», asegura. También a ampliarla porque a este comercio ovetense también acuden turistas a los que la lluvia les puede sorprender en cualquier momento.

La calidad de los productos es otro de los aspectos que valoran los consumidores de Sondova. «Trabajamos con varias marcas de paraguas y siempre priorizamos que sean lo más nacionales posibles. Pero hay que ser objetivos, si por ejemplo hay una marca internacional que es buena pues recurrimos a ella porque primamos la calidad para dar el mejor producto al cliente», reconoce Álvaro.

Esa calidad va relacionada con el precio. Si a esto le sumas el trato recibido, ahí están las claves de porqué la Paragüería Sondova sigue al pie de cañón 90 años después de haber abierto sus puertas en la capital asturiana. Sigue escribiendo capítulos en su historia y también en la de Oviedo, porque es seña ya de identidad de la ciudad.