Artículo de opinión
18 sep 2018 . Actualizado a las 17:28 h.Decía Baraja al finalizar el encuentro que el Numancia se llevaba un “premio injusto”. Quizá el técnico pucelano sea de las personas que aun creen que la Segunda División es una categoría de paso, donde Numancia, Alcorcón o Nàstic son sparring para que clásicos del fútbol español como el Sporting vuelvan a Primera. Pero la realidad es bien distinta, porque el Numancia de López Garai no fue peor que el equipo de Baraja el domingo.
A pesar de ver los mejores minutos del Sporting esta temporada, el gol de Babin remató un cuarto de hora de gran calidad de juego, los sorianos pusieron sobre el césped del Molinón un planteamiento serio y resolutivo según fueron avanzando los minutos. Fue mejor el Sporting en el global de la primera parte, no supo rematar el partido con el 1-0, pero mostró que hay plan ofensivo el día que por fin “aterrizó” Robin Lod en Gijón. Con el gol del empate y el descanso se apagó el fuego y el Numancia controló mejor el partido, curiosamente, teniendo menos el balón, pero cuidando cada posesión y engranando todo para que Villalba nos brindase la mejor actuación individual de la tarde moviéndose entre líneas.
En el plano individual, sorprendió a casi todos la alineación por la presencia de Salvador en el centro del campo junto a Nacho y Sousa. Es la primera vez en lo que va de temporada que el discurso ofensivo del equipo empieza muchas veces desde la línea de medio centro y ofrece continuidad al juego. Durante casi toda la primera parte vimos un bloque ofensivo compacto, no una sucesión de jugadas aisladas sin relación. Suele ocurrir que cuando juntas a cinco o seis futbolistas con claro carácter asociativo, las acciones cobran sentido y se reducen las dudas al avanzar hacia portería contraria. Las bandas fueron protagonistas, aunque el flanco izquierdo siguió siendo dominante y Carmona pudo cruzar más veces el eje central con naturalidad.
Un tema delicado son los laterales, sonó extraña la entrada de Canella por Geraldes después de que este fuese la gran noticia de los partidos anteriores. Sabemos que Molinero cuenta con la confianza de Baraja y sabemos que el portugués estuvo en el parte médico durante la semana, pero creo que la defensa titular será esta. Y el cambio de Sousa, miradas de estupor en el estadio, estaba sosteniendo al equipo, compensaba la buena circulación de Nacho a Lod y protegía las imprecisiones. Se disipó un poco el tema porque quien le sustituyó fue Morilla y la grada está sedienta de talento joven, pero enseguida volvió a la mente de todos cuando el Numancia pasó de tener muchas opciones de puntuar a unas cuantas opciones de ganar. Estuvo bien Baraja dando entrada a Jiménez, que no había dado nada hasta ahora y agitó bien al equipo acercándole al área con conducciones y un buen disparo que animó incluso a la grada.
Mención aparte merece el serbio. De momento ha dado más al equipo que el equipo a él, un futbolista de área tan alejado del remate que en contra de la impresión que dio los dos primeros partidos, no se ha desesperado y ha crecido a favor del colectivo. Su despliegue físico, a veces heroico como en Coruña, no tapa sin embargo lo que todos esperamos de él, el gol.
Sabíamos hasta Riazor que Baraja tiene un plan defensivo, sabemos ahora que también tiene uno ofensivo. Veremos si en Pamplona, donde vuelve Cofie, la apuesta es la de Coruña, la del domingo o -por fin- la de un equipo compensado. Es muy pronto para conclusiones, hay jugadores llegando como Lod, Salvador o Jiménez que seguro tendrán importancia en que el grupo se asiente en una idea que, yo pienso, el entrenador tiene clara en su cabeza, en su libreta, pero duda al materializarla y con quién materializarla. Si algo da la Segunda División es oportunidades y tiempo para trabajar. Paciencia.
