El Sporting roza los 2 años sin remontar un partido

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

Carmona
Carmona Real Sporting

Una estadística que preocupa a la afición rojiblanca

20 feb 2019 . Actualizado a las 01:03 h.

Una de las muchas carencias del Real Sporting de Gijón ha sido su escasa capacidad para remontar marcadores adversos, incluso cuando iba por detrás por la mínima. Algo que no sucede desde el 19 de marzo de 2017 en El Molinón - Enrique Castro Quini, cuando se remontó y goleó al Granada por 3-1 en la etapa de Rubi.

Los asturianos jugaban una final frente al rival más débil de la categoría, que se adelantó en el minuto 51, pero la entrada al terreno de juego de Lacina Traoré minutos después resultaría un factor clave, ya que entre el minuto 60 y 67 marcaron 3 goles el citado delantero, Babin y Carlos Carmona, en unos segundos de locura que emocionaron a la afición sportinguista. De hecho, el encuentro se volvió loco y hubo tiempo suficiente para que posteriormente el propio Traoré fallase un penalti, y que el árbitro anulase un gol al Granada por un fuera de juego tan al límite como el primer y único tanto del africano.

Por consiguiente, tanto Rubén Baraja como Paco Herrera abandonaron el banquillo sin conocer el buen sabor de boca de una remontada rojiblanca, así como José Alberto tampoco lo ha logrado hasta la fecha.

En ese sentido, tanto personas del entorno sportinguista, como desde el propio club han señalado que faltan líderes sobre el terreno de juego que sean capaces de dirigir al equipo hasta la competitividad, tanto en lo anímico, como a la hora de lanzar al equipo a la presión o pedir balones en los momentos clave, ya fuera para retener la posesión o para encarar en el uno contra uno. No se trataría de un problema físico, puesto que las métricas informan de que el rendimiento de los hombres rojiblancos en esa materia no es inferior a la de los rivales durante estas campañas.

Precisamente el citado Paco Herrera fue uno de los pocos protagonistas que vino a reconocer en público el problema de la personalidad, asegurando en más de una oportunidad que eran sus propios jugadores los que se encerraban en su campo cuando se ponían por delante en el marcador, mientras él les exigía que fueran a presionar la salida de balón rival.y que aguantasen la pelota.