Análisis Sporting: «82 minutos sin disparar a portería»

A.V.M.

SPORTING 1905

José Alberto
José Alberto Real Sporting

Artículo de opinión

20 sep 2019 . Actualizado a las 14:54 h.

Resulta bastante complicado hacer un profundo análisis sobre el partido del Sporting en tierras canarias, ya que fue un encuentro más propio de 11 futbolistas que no habían coincidido en su vida sobre un terreno de juego, que de un proyecto de equipo. Si existen automatismos, están lejos de verse, muy lejos.

Solo los problemas ofensivos de Las Palmas evitaron un marcador más abultado, tanto por sus contragolpes, como por su juego en estático. Con todos sus defectos, falta de confianza por no haber ganado ningún partido, estadio vacío por la disputa con el máximo accionista, bajas importantes y demás contratiempos, los hombres de Mel fueron muy superiores a un Sporting que ni ataca bien, ni defiende bien, ni presiona bien, ni contragolpea bien, ni domina el balón parado. Y sí, es verdad, una buena parada del guardameta local evitó el empate de Aitor en los compases finales durante el segundo disparo a portería del Sporting -para el primero se esperaron 82 minutos-, pero si José Alberto considera que debemos retirar del análisis del Sporting-Deportivo el gol gallego en el descuento, como si valiese menos que los del minuto 5, tampoco tendría gran sentido escudarse en una ocasión como gran argumento de competitividad.

Al entrenador asturiano se le comienzan a agotar las excusas, cuando empieza a acercarse a su año al frente del Sporting y se cuentan con los dedos de la mano los días en los que la afición sportinguista ha disfrutado de un partido. Pidió una pretemporada y una plantilla cerrada a mitad del verano, y la tuvo. En ese sentido, la única excusa a su favor pasaría por señalar a Miguel Torrecilla, que no firmó al extremo que solicitó el cuerpo técnico, entre otras decisiones cuestionables, como fichar a un lateral derecho con un nivel similar al jugador suplente de la pasada temporada.

Y es que tampoco se puede echar toda la culpa al banquillo rojiblanco, a pesar de que parezca haber una notable ausencia de automatismos en la cabeza de los futbolistas, no les exime de ser capaces de tejer alguna jugada o robar balones peligrosos en campo rival. Cada salida de balón empieza a ser más propia del juego de la patata caliente, en la que el poseedor se la quiere quitar de encima y el compañero no se ofrecer a recogerla, en unas ocasiones no existe línea de pase y en otras, la falta de confianza lleva a regalar un balón dividido. Culpa del mediocampo, pero también de los hombres de banda, especialmente de los laterales, cuya vocación ofensiva para desatascar al equipo está resultando nula y no ofrece una ruptura de líneas alternativa.

¿Qué jugador se encuentra en el aspecto individual a un nivel notable? Es otra pregunta que debe hacerse la afición. A nivel defensivo, las estadísticas no mejoran las malas sensaciones. Las Palmas realizó 25 acciones defensivas en campo contrario por las 11 del Sporting, realizando un análisis generoso, puesto que las de corte canario estuvieron más cerca del área de Mariño.