«Los graves problemas de El Molinón»

Alejandro Vigil Morán

SPORTING 1905

El Molinón
El Molinón Real Sporting

Artículo de opinión

06 nov 2019 . Actualizado a las 22:55 h.

Cuando no se han cumplido ni diez años de la última gran reforma de El Molinón - Enrique Castro "Quini", son muchos los defectos que afloran en sus entrañas y que incluso amenazan con cerrar en días de temporal una serie de pequeños sectores de la grada, ya que comienzan a afectar a los asientos, pasillos y la instalación eléctrica. El susto de esta semana, con el riesgo de desprendimiento de una parte de la fachada de la grada sur solucionado por los bomberos, no hace más que aumentar la inquietud de los aficionados, por suerte, el incidente no ha producido daños personales.

El actual debate sobre quién es el responsable del nuevo "parcheado" no es más que el fruto de una mala gestión por diversas partes desde el comienzo. Como suele ser habitual en el Sporting y en Gijón, todo se hizo a salto de mata y sin planificar a largo plazo una obra que se antojaba como estratégica para cualquier entidad de la industria deportiva. Por ejemplo, ¿a nadie se le ocurrió crear hasta ahora una comunidad hasta ahora?, ¿qué sentido tiene que el Sporting limpie al completo una fachada de un recinto que explota comercialmente menos horas que el resto?, ¿por qué lleva varios años realizando obras y una serie de acciones de mantenimiento que benefician a negocios ajenos de los que no cobra rentas?,..las preguntas al aire son infinitas, lo único seguro que es la SAD rojiblanca no debe hacerse cargo de todos los gastos y estamos entrando en una situación de alto riesgo.

Otra duda que surge es por qué no se realizó el correspondiente seguimiento de las obras y de las deficiencias estructurales que arrastraba desde el primer día, bajo el objetivo de exigir responsabilidades al constructor. Las goteras se vienen registrando en el interior del estadio desde hace años, en algunos casos hasta se cayó el falso techo de zonas internas del estadio, por lo que no es exclusivamente fruto de un mal mantenimiento del tejado, que tampoco parece el más correcto por otra parte.

A su vez, se vendió a bombo y platillo que la fachada se limpiaría con la habitual lluvia de Gijón, era un producto patentado de última generación. Ahora no solo resulta que no es así, sino que para colmo, conlleva un gasto importante al requerir de un supuesto proceso especial.

Por otra parte, el Sporting barajaba meses atrás la posibilidad de invertir en los bajos comerciales del recinto. Un aspecto que ya debió realizar desde el primer momento, y no ahora que cotizan a precio de oro, siendo el museo y la boutique los espacios que menos ingresos generan de la finca sportinguista. Todavía se está a tiempo de hacer una obra estratégica cuando se regrese a Primera división, creando en el recinto deportivo la casa del sportinguismo, un espacio grande y diáfano en el que los objetos del museo sean visibles de forma gratuita, donde los seguidores puedan consumir bebidas y comida a diario, mientras se incrementa la venta del merchandising y entradas al aumentar el contacto directo con los fans de forma exponencial, ya que ofrecería la posibilidad de la compra impulsiva mientras se visita un espacio de ocio abierto todos los días. Bien gestionado, elevaría la liquidez del club con sus cajas diarias ajenas a lo deportivo y ofrecería un servicio extra a sus aficionados. Un punto de reunión que actualmente no existe. En ese sentido, los nuevos espacios del aparcamiento del estadio, cada vez más reducido por las medidas de seguridad, también podrían ser utilizados como fan zone en días señalados y en los que, dentro de lo posible, se espere un buen tiempo. A día de hoy ya los utiliza de tal modo la afición sin que el club lo rentabilice.

Por último, según la web oficial del Sporting, el aforo del estadio es de 30.000 espectadores y en el derbi del 2017 se registró a 27.506 aficionados ¿realmente tiene dichas plazas?