Djurdjevic no pudo contener su enfado
24 feb 2020 . Actualizado a las 20:19 h.El triunfo del Real Sporting de Gijón teñía de satisfacción el estadio de El Molinón. Una actuación solvente y competitiva que reafirmaba el paso adelante del conjunto rojiblanco y certificaba la recuperación de la ilusión tanto en el vestuario como en la grada. Sin embargo, no pasaba desapercibida la reacción, menos feliz, de alguno de los protagonistas.
El carácter de Djurdjevic reaperecía. El delantero serbio, al contrario que el equipo, no pasa por su mejor momento en el club rojiblanco. Alejado de las alineaciones, su presencia sobre el verde se ha visto reducida a la mínima expresión en las últimas semanas. Con 9 minutos de juego en los tres últimos duelos, la frustración de Djuka volvía a hacer acto de presencia.
Tras ejercitarse en la banda del municipal gijonés durante gran parte del segundo periodo ante el Cádiz, Djurdjevic observaba como en su última modificación Djukic elegía a Aitor García para saltar al terreno de juego. Era el minuto 85 del encuentro y el serbio no lograba disimular su decepción. De camino al banco de suplentes, tras el calentamiento, a patadas desahogaba su frustración. Primero con un peto, después con la chapa del banquillo y, finalmente, con una de las cazadoras.
No es la primera vez. El carácter volcánico del serbio, característica que aporta y penaliza en partes iguales a su juego, se vuelve en su contra en estos momentos. Domar el ímpetu de Djuka no es tarea sencilla. Esta misma temporada, con José Alberto al frente del equipo, el serbio fue multado por el cuerpo técnico en una actuación similar. El serbio tuvo que hacerse cargo de una cuantiosa factura en forma de cena para la plantilla al completo en un conocido restaurante local. Con mano izquierda o tirando de sanciones en régimen interno, Miroslav Djukic deberá de encontrar el modo de reconducir a una de las piezas de mayor valor de cara a la recta final del campeonato.
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