Kevin Méndez, el fichaje roto del Sporting

A.V.M.

SPORTING 1905

El atacante uruguayo reconoce la operación rojiblanca

14 abr 2020 . Actualizado a las 19:02 h.

El polivalente atacante uruguayo Kevin Méndez reconoce en balonlatino.net que su cesión desde la Roma al Real Sporting de Gijón llegó a estar apalabrada en el mercado de invierno de 2016, aunque finalmente recaló en Suiza.

Un mercado en el que llegaron a tierras asturianas los zagueros Vranjes y Lichnovsky como refuerzos rojiblancos de Nico Rodríguez para la segunda vuelta. Unas semanas en las que el Sporting todavía tenía restricciones por parte de LaLiga a la hora de realizar refuerzos.

"Cuando estaba en Roma me quería el Sporting de Gijón porque había ido Sanabria antes y le había ido bien. De club a club estaban interesados pero conmigo nunca hablaron. Mi empresario tenía todo arreglado pero me llamó el Lausanne de Suiza y cambiamos de planes", así lo explicó el propio protagonista.

En esas semanas en la liga suiza el urugayo despuntó como mediapunta y extremo con 4 goles y 1 asistencia, por lo que siguió cedido en el Lausanne durante una temporada extra en la que perdió toda la continuidad a raíz de una lesión al comienzo de la campaña. A partir de ese momento, Méndez comenzó su declive hasta fichar semanas atrás por el Defensor Sporting de Uruguay, donde debutó con una asistencia.

Kevin Méndez era por 2016 una joven promesa de 20 años por la que la Roma había ganado la subasta de su fichaje en Uruguay ante otros clubes europeos como el Fútbol Club Barcelona. Así explica aquellos tiempos el atacante:

"A mí lo que me perjudicó fue el fútbol europeo, no pude debutar acá en Uruguay y el adaptarme me hizo demorar mucho. Perdí mucho tiempo y no pude jugar. Con el Barcelona estaba todo arreglado, pero no fui al final. Siempre le digo a mi representante que cuando era inconsciente jugaba mejor, cuando me empecé a profesionalizar perdí otras cosas. El talento no lo vas a perder, pero necesitas adaptación y confianza"

"Tuve problemas serios con la fama. Fue más que nada cuando estaba acá, cuando surgió lo de Barcelona, por suerte mi entorno mi ayudó. Me estaba yendo muy bien, me quería comprar un auto último modelo y la empecé a embarrar. Tuve un bajón de varios meses sin pensar las cosas. Mi empresario me decía que si con 17 años te compras un auto que abre las puertas hacia arriba, a los 24 tenes que ir en avión privado a practicar"

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