Análisis: «La ausencia de cambios en el Sporting»

Dani Souto

SPORTING 1905

Djukic
Djukic Real Sporting

Artículo de opinión

16 jun 2020 . Actualizado a las 23:31 h.

La nueva realidad futbolística ha aterrizado. Riazor, sin aficionados blanquiazules ni la clásica Mareona copando sus gradas en uno de los mejores desplazamientos de la temporada, lucía desolado, desangelado. No existió un ambiente que empujara a dos equipos que parecían no acusar la excepcionalidad de la situación y el evidente perjuicio que suponía estar tres meses parados, aunque solo fuese por unos instantes.

Ambos firmaron unos primeros minutos de poco tanteo y mucho intercambio, aunque, inevitablemente, el desgaste físico no tardó en hacer acto de presencia. Sporting y Deportivo nos ofrecieron un partido de alternativas, equilibrado a los puntos, pero para el que las ocasiones manifiestas rojiblancas -especialmente la de Murilo- daban como vencedor moral a los asturianos. Algo, una victoria moral, que viniendo de donde venimos y viendo lo que queda de competición, sirve más bien de poco.

Sin embargo, el punto obtenido en Riazor quizá tenga mayor valor para Djukic. El técnico serbio sorprendió a propios y extraños al no aprovechar lo que la nueva tesitura deportiva le ofrecía en forma de cinco sustituciones. Preguntado lógicamente por esto al finalizar el encuentro, tirando de refranero, el razonamiento del técnico iba más enfocado al ‘más vale pájaro en mano’ que ‘sin riesgo no hay victoria’. No quiso arriesgar con cambios; “cambiar por cambiar”, dijo el balcánico. Personalmente, no sé qué entraña más riesgo, si mantener a tus jugadores de más influencia sobre el césped a pesar de que los signos de agotamiento sean evidentes o dar el relevo a un grupo de jóvenes con poca o ninguna experiencia en la categoría.

Es probable que nada hubiera cambiado en términos de resultado, y que el agotar los cambios, o al menos gestionarlos de otra forma, habría modificado la forma de enfocar estas líneas, pero lo cierto es que Djukic se salió de la tendencia mostrada por el resto de técnicos en este retorno del fútbol profesional, y su argumentario no convenció. El serbio se mostró positivo ante esta posibilidad de utilizar hasta cinco sustituciones en las horas previas, pero en la primera oportunidad a su alcance solo utilizó dos de forma efectiva -obviando la entrada de Javi Fuego en el minuto 90 de encuentro-. Llamativo, especialmente cuando la situación sí parecía demandar estas sustituciones. La entrada de Nacho Méndez, por ejemplo, lejos de suponer un elemento decisivo en el partido, al menos dio cierto dinamismo al juego del Sporting, que agradeció la presencia de piernas de refresco para su medular. Algo que podría haberse trasladado a otras zonas del campo que así parecían requerirlo.

Es comprensible que ante un rival difícil como es el Dépor de Fernando Vázquez no pongas tus miras en el siguiente compromiso. Pero ciñéndonos al partido en tierras gallegas, a pesar de haber sido superiores en el apartado físico a los locales, parecía evidente que esas sustituciones eran necesarias para dar aire a un equipo que poco a poco se iba ahogando y que llegó a la orilla con lo justo. El caso más acuciante era el de los extremos, que prácticamente jadeaban en esos últimos minutos. Aunque las opciones de las que disponía Djukic para dar relevo a Murilo o Carmona eran arriesgadas por su juventud, era el momento de apostar por ellas. Y es que, si no apuestas en una situación así, ¿cuándo lo vas a hacer?

Seguramente todo esto quede únicamente para el anecdotario. Nadie va a señalar este encuentro y la influencia de los ‘no cambios’ del serbio en caso de que el Sporting no logre sus objetivos a final de temporada. Hasta qué punto todo el revuelo causado pueda hacer reflexionar a Djukic sobre la administración de minutos y rotaciones tan importantes en esta recta final de campeonato es un misterio. Todo esto puede servir para que el serbio se reafirme en su idea y priorice de nuevo los noventa minutos de Santo Domingo o puede cambiar las tornas en cuanto a la gestión de las sustituciones.

Sea como fuere, lo veremos en la visita a Alcorcón, segundo compromiso en escasos días, con el derbi asturiano ya en el horizonte próximo. Tachando las finales de aquí al final de este apretado e improvisado calendario, Djukic deberá gestionar de la mejor manera los esfuerzos que puede hacer su equipo estas semanas. Al final, nadie mejor que él y su cuerpo técnico conocen el estado de su plantilla, pero seguro son conscientes que, dada la situación, deben planificar al detalle cómo pueden ir dosificando las piezas para llegar en el mejor estado de forma posible a cada compromiso. Algo que en Riazor no pareció ser ejemplo.

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