Las claves del Big Data en el Sporting - Oviedo

Daniel Souto

SPORTING 1905

Álvaro y Pedro
Álvaro y Pedro Real Sporting

Estadísticas ofrecidas por Alebia Sports Analytics

22 jun 2020 . Actualizado a las 15:44 h.

Real Sporting y Real Oviedo llegan a un nuevo derbi asturiano en situaciones completamente contrapuestas. Mientras los carbayones visitan El Molinón en zona de descenso, los rojiblancos lo hacen tras observar durante todo el fin de semana qué hacen aquellos equipos inmediatamente por delante en la clasificación, con el objetivo y la esperanza de seguir acercándose a los puestos de playoff de ascenso.

Dinámicas muy diferentes de cara a ese ‘nuevo derbi’, y nunca mejor dicho lo de ‘nuevo’, ya que nunca habíamos imaginado poder vivir el gran duelo del fútbol asturiano sin su tensión previa en los aledaños, sin el aliento de ambas aficiones durante el partido, sin el aliciente de vivirlo in situ. Un derbi vivido en el hogar y no en el estadio. Más allá de cualquier consideración futbolística que pudiéramos hacer, esta situación es la más extraña de todas.

Y por extraña también resulta imposible de cuantificar y analizar. ¿Cómo afectará a cada equipo la ausencia de su afición en la grada? No es algo con una respuesta evidente. Será el primer partido del Sporting en El Molinón tras el parón, y a su vez será el primer duelo del Oviedo lejos del Carlos Tartiere tras la reanudación del campeonato. Es una cuestión que casi con total seguridad tendrá su influencia, pero en la que todos se encuentran en proceso de adaptación, por lo que mejor busquemos saber por dónde pueden pasar las claves del Nuesu Derbi en materia futbolística a través de los datos estadísticos ofrecidos por alebia.es empresa experta en el sector.

Las claves: imponerse desde el físico y el control de balón

Si algo podemos sacar en claro visto lo visto en Alemania, donde el fútbol profesional regresó unas semanas antes que en España -pero también por lo visto en nuestra liga en estos once días de competición ininterrumpidos- las dinámicas previas al parón se reproducen igualmente en este retorno a la actividad en líneas generales. Los problemas y virtudes de los diferentes equipos siguen estando presentes, cuestiones a las que hay que añadir ahora la peculiaridad de la situación, jugando sin aficionados, sin apenas margen de preparación entre los partidos y con la incógnita e importancia del apartado físico en cada jugador de forma particular.

Un componente físico que el Sporting parece haber estado trabajando con acierto estas semanas. Al equipo se le ve bien competitivamente en este sentido, aunque como es lógico, las rotaciones y la gestión de minutos en esta situación resultan igualmente fundamentales. Sabiendo además de las dificultades del Sporting para controlar el balón, algo que en estas dos jornadas que llevamos de retorno nos dejó sensaciones levemente positivas -más en Alcorcón que en A Coruña-, y sabiendo que es una cuestión compartida con el Oviedo, la lógica invita a pensar que será un partido sin un dominador claro, con mucho envío directo y mucha disputa de balones divididos, así como de segundas jugadas en las que el punto físico de cada equipo ganará una relevancia aún mayor.

Como ya ocurriera en el partido de ida, ninguno de los dos conjuntos fue capaz de imponerse al otro, de controlar el ritmo y el sentido del encuentro. En cuanto a números, el Oviedo aglutinó más cuota de posesión, pero como viene ocurriendo en el equipo de José Ángel Ziganda -y como también ocurría con Egea y Rozada- esa posesión suele ser estéril, sin apenas influencia en campo contrario, donde adolece de precisión en sus combinaciones y profundidad en sus movimientos. Al Sporting le ocurre algo parecido, siendo un equipo más peligroso cuando ataca directo, en pocos pases, en lugar de cuando tiene que elaborar la jugada con paciencia. Como podemos observar en los datos, ni gijoneses ni carbayones destacan precisamente en lo referente a sus posesiones (peor estadística en ambos) ni tampoco en sus ataques posicionales. Los dos son fuertes precisamente en características parecidas: en el duelo físico, el envío directo y el juego exterior, atacando más el área a través de centros que con combinaciones. Dos equipos similares que, por sus virtudes y defectos, invitan a pensar que ninguno de los dos estará cómodo con el balón a la hora de intentar dominar el partido, aunque quien sea capaz de gestionar mejor esta situación para sus intereses tendrá una leve ventaja sobre el rival.

Dos equipos que comparten muchas fortalezas y debilidades

Es por todo lo comentado que, al comparar ambos equipos, las telas de araña que se forman con los datos que acumulan a lo largo de la temporada resulten tan similares. Siendo el Sporting más fuerte en aquellos factores más defensivos (algo entendible siendo el equipo menos goleado de la categoría junto al Málaga) así como en cuestiones más técnicas como la precisión, la creatividad o las posesiones, el Oviedo aventaja a los rojiblancos en métricas más relacionadas con el gol y el aspecto ofensivo como la efectividad de cara a puerta, el desborde o el juego directo. Sin duda, el gol sigue siendo la asignatura pendiente del Sporting de Djukic en estos días de reinicio competitivo.

La importancia del balón parado

Resulta interesante destacar por último la importancia de la estrategia. Las acciones a balón parado son un arma cada día más eficaz, que equilibra a equipos más distanciados en lo futbolístico y que marca diferencias en aquellos duelos más igualados, algo que además parece acentuarse en este fútbol post parón. En ese sentido, defensivamente el Sporting se muestra más sólido que su máximo rival en este tipo de jugadas, pero a su vez el Oviedo tiene mejores datos en cuanto a su poderío en el juego aéreo. Estas acciones pueden marcar lo que a priori apunta a ser un partido igualado, donde el Sporting llega con mejor dinámica y sensaciones, pero donde la similitud en el juego, tanto en fortalezas como en debilidades de ambos equipos, puede hacer que estos detalles terminen resultando definitivos para el marcador.

Un Nuesu Derbi especial, quizás más que nunca. Uno que seguro ninguno hubiera querido vivir así. Sea como fuere, lo sentiremos como merece, con la rivalidad que siempre ha acompañado a un duelo de esta altura y que, además, encaminándose ya a la recta final de la temporada, puede ser muy importante, no solo en los puntos sino también en lo anímico, para la consecución o no de los objetivos que ambos tienen marcados. Un Nuesu Derbi que, sin su ambiente característico, puede estar marcado más por lo estadístico que por lo emocional, donde los jugadores no sentirán la misma presión con la grada de El Molinón, por desgracia, desangelada.

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